Antonio Vega vuelve con un emocional 'Tres mil noches con Marga'
El ex miembro de Nacha Pop se autoproduce y toca gran parte de los instrumentos

El ex miembro de Nacha Pop nunca ha sido un autor prol¨ªfico y su reaparici¨®n discogr¨¢fica siempre es una buena noticia. Otra novedad es que en Tres mil noches con Marga (EMI) se autoproduce y toca gran parte de los instrumentos, lo que permite disfrutar de su poderosa guitarra en canciones de gran pegada mel¨®dica y emocional. El t¨ªtulo refleja que el impulso creativo lleg¨® tras el impacto del fallecimiento de Marga del R¨ªo, "la mujer que redibuj¨® mi sonrisa y llen¨® mi coraz¨®n cuando parec¨ªa un espacio condenado a quedarse vac¨ªo".
Con la mirada baja y unas manos abundantes en heridas, Vega se enfrenta tranquilo a la respetuosa curiosidad de los periodistas: "He sido muy afortunado en muchas cosas, incluyendo el hecho de que la prensa nunca se haya mostrado ¨¢cida o intransigente conmigo". Como siempre, su discurso es l¨®gico y flexible. No aprovecha para vender Tres mil noches con Marga como "Antonio Vega puro", tal como est¨¢n afirmando sus seguidores: manifiesta respeto por los productores de sus anteriores -"aunque hubo discos poco o nada afortunados"- y dice que no tendr¨ªa inconveniente en volver a ponerse a las ¨®rdenes de alguien. En este caso, "controlarlo todo era una necesidad emocional y musical, aunque eso supon¨ªa tirarme demasiados meses encerrado en el estudio. No iba a romper mi l¨ªnea, pero quer¨ªa reflejar algo de mi formaci¨®n: los guitarristas de blues, la psicodelia, los grupos de rock progresivo, lo que o¨ªa antes de que llegara la new wave a Madrid". Algunas de las ideas musicales de Tres mil noches con Marga vienen de los cajones donde guarda todo tipo de ocurrencias, "aunque todas las letras son nuevas, es algo que me obsesiona y le doy mil vueltas. Soy hipercr¨ªtico con los textos y m¨¢s en este caso, cuando estaba el recuerdo de Marga".
Siente la urgencia de tocarlas en concierto con su banda, ahora reforzada por Alberto Zapata: "Ya somos tres guitarristas y eso me permite recuperar material que rara vez he sacado al escenario". El directo es la medida de lo que hace: "Las cifras de venta de un disco me parecen una abstracci¨®n, son unos signos sobre un papel, y m¨¢s ahora, con la pirater¨ªa. Lo que importa es cu¨¢nta gente ha venido a verte esa noche y el aforo de las salas que te llaman. Estamos aqu¨ª para disfrutar de la vida y para aportar algo a la vida de los dem¨¢s. Eso lo aprecias directamente tocando".
Lejos de la imagen de tipo hura?o, Antonio explica que est¨¢ abierto a colaboraciones y proyectos ajenos: "Evito las propuestas mercantilistas, pero, si puedo hacer m¨ªa una canci¨®n y el entorno del disco es agradable, all¨ª estar¨¦. Participo en Samba pa' ti, ese saludo a Brasil de los artistas espa?oles. Pero luego hay otras invitaciones que acepto y no puedo cumplir. Por ejemplo, me llamaron para el disco de homenaje a Javier Krahe, que es una persona encantadora, y termin¨¦ ech¨¢ndome atr¨¢s: no me ve¨ªa cantando algo tan sarc¨¢stico como lo que me hab¨ªan reservado".
Por el contrario, aplasta cualquier especulaci¨®n de revivir Nacha Pop: "Entiendo ese deseo general, pero no me imagino viviendo del pasado. Cuando se editan cosas como ese DVD que recoge nuestros conciertos finales, comienza a crecer la bola y siento que se me plantea la obligatoriedad de reunirnos. Hombre, ser¨ªa bonito comprobar c¨®mo sonar¨ªa Nacha Pop en 2005. Pero, en cierta forma, lo que acabo de editar es Nacha Pop de la cosecha 2005. Y hecho con toda la libertad posible, sin pensar en llenar grandes locales".
Antonio vive ahora solo en Madrid, con su amado telescopio: "Tocar m¨²sica te permite la ilusi¨®n de la eterna juventud, pero lo que m¨¢s me hace recordar el paso del tiempo es que estoy perdiendo vista, que cada vez me cuesta m¨¢s escudri?ar el cielo". No pierde mucho tiempo en Internet, "aunque a veces entro en alg¨²n foro dedicado a mi m¨²sica, para conversar con los chavales". Su consumo cultural no sigue el ritmo de la actualidad: "Acabo de leer El p¨¦ndulo de Foucault, prefiero dejar que los libros reposen un tiempo despu¨¦s de comprarlos".
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