Se entrega en Brasil un terrateniente ligado a la muerte de una monja

Un terrateniente brasile?o buscado por instigar el asesinato de la religiosa estadounidense Dorothy Stang el 12 febrero en la Amazon¨ªa se entreg¨® ayer, despu¨¦s de m¨¢s de un mes en paradero desconocido. El asesinato provoc¨® una gran pol¨¦mica en Brasil sobre la impunidad de importantes grupos de presi¨®n y forz¨® al presidente, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, a enviar tropas del Ej¨¦rcito al Estado de Par¨¢ para combatir el crimen organizado.

Vitalmiro Bastos de Moura, alias Bida, est¨¢ acusado de ordenar y pagar por el asesinato de la monja, que se hab¨ªa hecho conocida en la localidad de Anap¨² (al norte de Brasil) por su defensa de los derechos de los ind¨ªgenas. ?stos ven a diario c¨®mo sus tierras son invadidas y devastadas por explotaciones ilegales que se dedican a diversas actividades como la producci¨®n de madera o la extracci¨®n de minerales.

En total, la justicia brasile?a ha acusado a cuatro personas de estar relacionadas con el crimen. Los otros tres ya est¨¢n detenidos y Moura s¨®lo se entreg¨® despu¨¦s de que su defensa pactara algunas condiciones especiales. El detenido fue trasladado a la capital del Estado de Par¨¢, Belem -a unos 400 kil¨®metros al este de Anap¨²-, y ayer se someti¨® durante seis horas al interrogatorio de los investigadores.

Huido de la justicia

El abogado de Moura insisti¨® en que su defendido es inocente y que las pruebas que le relacionan con el asesinato son circunstanciales. "No fui yo, soy inocente. No la hab¨ªa visto m¨¢s que una vez en la vida y no ten¨ªa ning¨²n inter¨¦s en matarla", asegur¨® Bida a los polic¨ªas. El detenido ha reconocido que durante los d¨ªas en que estuvo huido de la justicia se cruz¨® con algunos polic¨ªas y que pas¨® varias jornadas refugiado en la casa de Delio Fernandes, uno de los mayores terratenientes de la regi¨®n.

Seg¨²n los datos en poder de la polic¨ªa, Moura habr¨ªa pagado unos 15.000 euros a tres personas -dos pistoleros y un intermediario- para que acabaran a balazos con la vida de la religiosa, que se hab¨ªa convertido en un molesto obst¨¢culo para sus proyectos. La disputa era algo p¨²blico y varias compa?eras de Stang en la orden de las misioneras franciscanas aseguraron que la monja -que llevaba en Brasil 37 a?os- visit¨® a sus asesinos la noche antes del crimen para pedirles que abandonaran sus planes. Los otros tres detenidos -Rayfran das Neves Sales, Clodoaldo Carlos Batista y Amair Feijoli da Cunha- se encuentran recluidos en una c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad de Bel¨¦m.

Tras el asesinato de Stang y ante la amplia repercusi¨®n interior e internacional que tuvo el caso, el presidente Lula env¨ªo a 2.000 soldados para proteger a los polic¨ªas que investigaban el crimen y firm¨® cinco decretos por los cuales quedan -al menos en teor¨ªa- protegidas un total de 5,2 millones de hect¨¢reas de selva entre los Estados de Amazon¨ªa, Acre, Par¨¢ y Roraima.