Los familiares de Terri Schiavo pelean por sus restos mortales
Varios Estados sopesan exigir permiso escrito para retirar las sondas
La muerte de Terri Schiavo, 13 d¨ªas despu¨¦s de que le desconectaran las sondas de alimento a petici¨®n de su marido, Michael Schiavo, no ha puesto fin al rencor entre ¨¦ste y sus suegros. El marido va a incinerarla, contra el deseo de los padres de enterrarla, y se niega a revelar en qu¨¦ lugar de Pensilvania va a depositar las cenizas. Varios Estados sopesan exigir permiso por escrito para retirar las v¨ªas de alimentaci¨®n.
Pero la historia de Terri trascender¨¢ a las desavenencias familiares. El caso, fronterizo con la pol¨ªtica, la religi¨®n y la justicia, ha abierto un debate nacional sobre el derecho a morir y a vivir con dignidad.
Terri muri¨® instantes despu¨¦s de las 9.00 del pasado jueves en la residencia de enfermos terminales de Pinellas Park, Florida, en presencia de su marido y del abogado de ¨¦ste, pero no de sus padres y hermanos, a los que Michael Schiavo prohibi¨® que entraran en la habitaci¨®n. La mujer ha pasado 15 de sus 41 a?os en "estado vegetativo persistente". Tal fue el diagn¨®stico aceptado por el juez, pero que la familia y varios m¨¦dicos y enfermeras han rebatido hasta el final, calific¨¢ndolo de "estado de consciencia m¨ªnima". Se espera que la autopsia arroje luz sobre la verdadera condici¨®n m¨¦dica en que permaneci¨® la fallecida. Las autopsias de personas en estado vegetativo suelen mostrar c¨¦lulas muertas en gran parte del c¨®rtex cerebral.
La autopsia se hace a petici¨®n de Michael Schiavo, ¨²nico custodio legal de Terri, que quiere limpiar su propio nombre despu¨¦s de que sus suegros, Robert y Mary Schindler, le acusaran reiteradamente de maltratar a su hija. El juez del caso desestim¨® las radiograf¨ªas y el informe m¨¦dico realizado poco despu¨¦s de que Terri sufriera el paro card¨ªaco que la sumi¨® en la inconsciencia: en esos documentos aparec¨ªan costillas rotas y otros fracturas, adem¨¢s de contusiones.
Michael no ha hecho declaraciones en la ¨²ltima fase de la batalla judicial, desde el 18 de marzo. Ese tiempo ha vivido en una habitaci¨®n de la misma planta que Terri, mientras que su actual mujer y sus dos hijos segu¨ªan en casa. Los padres y hermanos de Terri lograron instalarse en una tienda de objetos de segunda mano, frente a la residencia m¨¦dica. Afuera acamparon decenas de seguidores, por lo general con mensajes religiosos, mientras el drama se televisaba en directo.
Nunca en EE UU hab¨ªa habido un caso igual. Los analistas opinan que el fin de Terri forma parte de una contrarrevoluci¨®n que empez¨® en 1976 con el caso de Karen Ann Quinlan, a quien sus padres desconectaron con permiso judicial del pulm¨®n artificial. De momento varios Estados han empezado a considerar leyes que impedir¨ªan retirar las sondas de alimento a menos que la persona hubiera dejado instrucciones por escrito. Y en Michigan se va a debatir una ley para evitar que un c¨®nyuge ad¨²ltero tome decisiones m¨¦dicas sobre su pareja cuando ¨¦sta se encuentre incapacitada.
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