Los secretos del papel

Un aut¨¦ntico molino catal¨¢n de cinco pisos, ubicado, como debe ser, a la orilla de un hermoso lago en la localidad de Capellades, a 60 kil¨®metros de Barcelona. A la entrada se recoge la historia del papel desde sus or¨ªgenes hasta los actuales procesos de fabricaci¨®n y la importancia de la comarca como centro productor. Sorprende la maqueta que reproduce todas las piezas y el quehacer de un molino, que se pone en movimiento para disfrute de los m¨¢s peque?os.

Hasta aqu¨ª nada hace a este lugar diferente de un museo convencional. La aventura empieza cuando la gu¨ªa, Luisa Huerta, conduce a los visitantes al s¨®tano, el soterrani. Y aqu¨ª, lo que antes se pudo apreciar en peque?a escala surge a tama?o real: los artilugios y ¨²tiles que serv¨ªan tres siglos atr¨¢s para crear papel a mano a partir de viejos trozos de tela se ponen en marcha. El triador, una mesa de bordes cortantes, serv¨ªa para hacer jirones la tela. El sacudidor, una especie de bombo con manivela, permit¨ªa eliminar el polvo de los trapos que despu¨¦s se dejaban ablandar con agua en el pudridero.

La maquinaria pesada del molino tampoco desmerece. Una amplia ¨¢rea del s¨®tano est¨¢ reservada a las masas trituradoras, que estremecen el local con su atronador repiqueteo, y hace dif¨ªcil imaginar un d¨ªa de labor continua en aquellos tiempos en los que no hab¨ªa ning¨²n medio para protegerse. A continuaci¨®n se encuentra una especie de plancha para aplanar el papel: es el mazo satinador que se mueve por la energ¨ªa de una rueda hidr¨¢ulica de cajones o cangilones. Resulta interesante ver la rueda movida por el agua en un estrecho t¨²nel que comunica con el lago, el ¨²ltimo secreto de los rincones del molino.

Un secadero mirador

El final del proceso es tender el papel con el espito en el secadero o mirador que hay en la ¨²ltima planta, desde donde se puede contemplar la bassa, la fuente natural con un caudal de 12 millones de litros diarios que se utilizaba como energ¨ªa para el funcionamiento de los molinos de esta regi¨®n, que fue uno de los centros papeleros m¨¢s importantes de Espa?a durante los siglos XVIII y XIX. Su papel, en especial el de barba y el de fumar, se vend¨ªa en gran parte del pa¨ªs y en las colonias americanas.

Despu¨¦s de conocer los secretos de este oficio llega el momento de ponerlo en pr¨¢ctica, o lo que m¨¢s gusta a los visitantes, peque?os y mayores: es el momento de pringarse. En el mismo s¨®tano se realiza un taller de papel hecho a mano. Hay que remover los diminutos trozos de ropa triturada con agua hasta ponerlos en un molde y llevarlo a la prensa. La recompensa es llevarse a casa una hoja de papel con un relieve, dependiendo del molde, y una textura muy diferente a la del papel que hoy se considera tradicional.

Una visita divertida y educativa. Es esta dualidad de molino y museo lo que le aporta el mayor atractivo al lugar, que contin¨²a elaborando diariamente papel hecho a mano de alta calidad para su comercializaci¨®n.