Las reglas del juego
Las campa?as de promoci¨®n pueden llegar a convertirse para los medios de comunicaci¨®n en aut¨¦nticos quebraderos de cabeza. Los periodistas muchas veces tienen que soportar cacheos personales en algunas proyecciones cinematogr¨¢ficas realizados con antelaci¨®n al estreno o conformarse con pocos minutos para entrevistar a la estrella de turno. Cada vez es m¨¢s dif¨ªcil, por no decir imposible, entrevistar a solas y con tiempo suficiente a actores o directores, sobre todo sin son norteamericanos. Proliferan las ruedas de prensa o los llamados junketts, grupos de 6 a 8 periodistas que cuentan con apenas 20 minutos por grupo para intentar sacar algo en claro del entrevistado. Son las reglas de juego de un mercado cultural cada vez m¨¢s potente en el que se aprovechan f¨®rmulas muy diferentes.
Una de ellas es la de la entrevista por correo electr¨®nico, una nueva posibilidad que han abierto las nuevas tecnolog¨ªas. El formato tiene ventajas pero tiene inconvenientes. Se pierde, por ejemplo, la inmediatez del trato cara a cara, con lo que el periodista no cuenta con la posibilidad de hacer las interrupciones que considere pertinentes o con el recurso de cambiar de rumbo la conversaci¨®n. Tampoco existe la garant¨ªa de que quien contesta sea necesariamente el que dice contestar. De ah¨ª que las preguntas, en este tipo de entrevistas, propongan ara?ar opiniones del entrevistado sobre cuestiones pr¨®ximas, donde no ha de tener m¨¢s remedio, al responder, que dejar su impronta personal.
El reciente caso en que Umberto Eco eligi¨® un men¨² de preguntas entre las que le enviaron varios periodistas espa?oles para responder exclusivamente a las que se refer¨ªan a su ¨²ltimo libro rompe unas reglas de juego no escritas. Al periodista se le quita incluso el recurso a preguntar.
Babelia
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