La Real acepta los regalos de Osasuna

Seguramente Navarra est¨¢ plagada de opiniones sobre por qu¨¦ Osasuna no gana un partido desde el pasado 21 de diciembre. M¨¢s all¨¢ de teor¨ªas estrat¨¦gicas, dise?os, dibujos, elecci¨®n de futbolistas o infortunios varios, basta repasar el segundo gol que le marc¨® ayer la Real Sociedad para entender algo de lo que le pasa. Cruchaga, en vez de arrimarse a la banda, esperar al rival y tratar de sacar un fuera de banda, duda, vuelve a dudar y, cuando decide ceder a su portero, lo hace mal, muy corto, abierto, para que Uranga se anticipe, recorte y ceda atr¨¢s. Pero hay m¨¢s en ese momento: tres futbolistas de la Real dentro del ¨¢rea esperando el pase de Aranburu y tres de Osasuna, despavoridos, en la l¨ªnea de gol. En medio, nadie. Contra eso, contra el miedo, hay pocos ant¨ªdotos. Ni siquiera vale que Osasuna aguantara la briosa salida de la Real y que, poco a poco, se hiciera con la posesi¨®n del bal¨®n trazando algunos intentos de jugada, generalmente mal acabados por su impericia en el ¨¢rea o por los malos centros del especialista Delporte.

El toma y daca en Anoeta era absurdo. Demasiado esfuerzo para nada. Mucho valor y energ¨ªa en futbolistas como Uranga, Mikel Alonso, Mu?oz, Pu?al y Web¨®, sobre todo Web¨®, convertido en el ¨²nico estandarte de las esencias osasunistas, pero ocasiones ninguna. La m¨¢s clara fue un despeje de Brechet que a punto estuvo de irse a la red de su propia porter¨ªa. Ni un solo tiro entre los seis palos de las dos puertas hasta que Osasuna, fiel a su gui¨®n, decidi¨® hacer honor a su reciente historia. En tres minutos tir¨® el partido. Primero, realiz¨® mal un fuera de juego -Kovacevic era un ilegal posicional- y marc¨® Uranga -con estilo, por cierto- y despu¨¦s lleg¨® la jugada tonta del partido que sentenci¨® el resultado.

Por m¨¢s delanteros que sac¨® Aguirre, Osasuna no ten¨ªa ni f¨²tbol ni suerte. Sus jugadas eran ramplonas y sus tiros -uno de Web¨® fue el m¨¢s claro- siempre rozaban el poste. En medio de la rutina, la Real hizo bien su trabajo -Kovacevic remat¨® al poste-, liderada por la inteligencia de Karpin y el m¨²sculo de Mikel Alonso. Con eso le bast¨® para contener a un rival m¨¢s ansioso que listo, m¨¢s necesitado que razonable. La Real respir¨® y Osasuna ratific¨® que su destino es el sufrimiento.