Los domingos salvajes, otra vez
Las sesiones discotequeras 'after hours' dejan una larga etapa residual y viven una creciente popularizaci¨®n
"42 horas non stop". As¨ª, y a las claras, se promociona en Fallas y en puentes diversos el club Friend's, que es como se llama el recinto de la macrodisco Banana's de la pedan¨ªa de El Roman¨ª cuando abre los domingos por la tarde -hacia las 16.00 o las 18.00- hasta que aguanten el cuerpo y la cabeza del personal. El espacio es tomado por miles de hedonistas j¨®venes y muy desaforados que celebran la posibilidad de estar en ¨®rbita a deshoras. La sala, a la hora de comer, sirve paellas a los asistentes, pero su hambre no es de arroz. Los vecinos, el PSPV y el Bloc de Sollana se quejaron a finales de 2004 del exceso que se genera alrededor de Friend's. La fiebre colectiva tiene eso.
La imagen no es nueva en Valencia, pero hace mucho que no se daba tan abiertamente. Haga m¨¢s o menos gracia, los primeros after hours -locales fuera de horas, con horario distinto al habitual- no clandestinos de toda Espa?a se abrieron en Valencia, y en su ¨¦poca hasta se presum¨ªa de ello. En Ibiza, en los a?os ochenta, estaba el famos¨ªsimo club Amnesia, que cerraba a las 10 de la ma?ana. Pero, en esa d¨¦cada, aqu¨ª se consolid¨® Spook Factory, en Pinedo, una nave transgresora que favoreci¨® la existencia de una clientela que incluso se levantaba de madrugada para asistir a una novedosa fiesta brutal que acababa al mediod¨ªa del domingo. Luego abri¨® ACTV, en la Malva-rosa, que convirti¨® los domingos tarde-noche en sesiones multitudinarias. El invento se imit¨® hasta la saciedad, y al final, convertido en un lodazal para desfasados, se persigui¨® y se elimin¨® de la legalidad.
A principios de los noventa, una legislaci¨®n auton¨®mica que fue pionera en todo el Estado regul¨® las discotecas con horario especial. El a?o 2003, el PP en la Generalitat acab¨® con esa regulaci¨®n e impuso las 7.30 como horario de cierre, sin posibilidad de pactar la opci¨®n de que algunos grandes clubes abrieran hasta las 10 de la ma?ana. Desde luego, si alguien esperaba que esto acabara con la demanda, se equivoc¨®. Porque la ausencia de regulaci¨®n empuj¨® a que la opci¨®n matinal acabara en manos de bares clandestinos, en los que el tufo a mafia cutre lo inundaba todo. Si la relaci¨®n de las maratonianas sesiones domingueras con el mundo de las drogas de s¨ªntesis era evidente, ahora, sencillamente, hab¨ªa pasado a manos de la gente de la coca¨ªna. Eso s¨ª, sin alardes promocionales, sin aforos para grandes masas.
Pero en los ¨²ltimos meses algo ha cambiado. En Londres, Ibiza, Nueva York o Barcelona, se han impuesto opciones l¨²dicas establecidas que han consolidado las sesiones de domingo como una opci¨®n propia nueva y diferenciada. En la era de la globalizaci¨®n, era cuesti¨®n de tiempo que esto volviera a una de las ciudades europeas pioneras en la moda after. Ahora, en Valencia, cada vez m¨¢s clubes abren por la ma?ana con licencia de cafeter¨ªa o restaurante; otros, se esperan a abrir el domingo por la tarde, al amparo directo de la ley para discotecas; los m¨¢s al margen se aprovechan de la moda, sin preocuparse de encajar en una u otra regulaci¨®n. Entre otros locales, Friend's, la cafeter¨ªa de Puzzle, Flamingo, Mogambo o Ave Nox, los dos ¨²ltimos en el centro de Valencia, son espacios que, a distintas horas del domingo, permanecen abiertos para una nueva generaci¨®n que ya considera los s¨¢bados una mera rutina. "Te hace sentir especial, distinto a toda esa gente que vive el domingo como la muerte del fin de semana", opina un cliente de 24 a?os de diversos de estos locales. Para ¨¦l, como para los muchos otros que le imitan, "la fiesta, en domingo, es m¨¢s fiesta". Y en eso, quiz¨¢, se resume todo.
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