Una sentencia por la dignidad
Rigoberta Mench¨² gana el primer juicio por racismo en Guatemala
Rigoberta Mench¨², premio Nobel de la Paz en 1992, se apunt¨® este lunes un nuevo ¨¦xito en su larga lucha por reivindicar la dignidad y los derechos de los descendientes de los mayas. Mench¨² logr¨® una condena de tres a?os y dos meses de c¨¢rcel contra cinco activistas del Frente Republicano Guatemalteco (FRG, el partido-iglesia de ex dictador Efra¨ªn R¨ªos Montt), quienes la agredieron f¨ªsica y verbalmente en pleno Tribunal Constitucional cuando, en octubre de 2003, intent¨® impedir la candidatura a la presidencia de la Rep¨²blica del viejo general.
Pese a que la sentencia dictada ayer pueda parecer m¨¢s bien tibia -tres a?os y dos meses, redimibles con una multa de 75 quetzales (unos 7,5 euros) por cada d¨ªa de prisi¨®n-, Rigoberta Mench¨² calific¨® el juicio y la condena como algo "maravilloso", en la medida en que sienta un precedente en la historia guatemalteca, donde la exclusi¨®n del indio es algo tan cotidiano que pasa incluso inadvertido para la cultura dominante.
"Por primera vez en Guatemala se castiga la discriminaci¨®n y se la considera delito", dijo Mench¨²
"Alcanzar una sentencia condenatoria es algo maravilloso. Es la primera vez en la historia de Guatemala que se castiga la discriminaci¨®n y se la coloca como un delito", dijo Mench¨², visiblemente emocionada, al salir de la sala. Tras reiterar que las humillaciones son algo cotidiano para el indio en Guatemala, dijo que se siente con la suficiente fuerza moral para perdonar a sus agresores, "siempre que cumplan con la pena que les ha sido dictada y pidan disculpas a la poblaci¨®n por su conducta agresiva".
Para Mench¨², quien coment¨® que hab¨ªa preparado el juicio "con toda el alma", el gran significado de la sentencia es que sienta un precedente legal, "en un delito que tanto da?o le hace a Guatemala". "Nosotros [los ind¨ªgenas] vivimos a diario la humillaci¨®n y el desprecio, a pesar de que la Constituci¨®n y las leyes ordinarias hablan de igualdad", afirm¨® la activista. Tambi¨¦n anunci¨® que estudiar¨¢ con abogados la manera de promover que la discriminaci¨®n racial sea castigada con penas m¨¢s severas.
El 9 de octubre de 2003, Rigoberta Mench¨² acudi¨® al Tribunal Constitucional para actuar legalmente en contra de la inscripci¨®n de R¨ªos Montt como candidato a la presidencia de la Rep¨²blica. Las aspiraciones presidenciales del viejo general estaban prohibidas expresamente en la Constituci¨®n, que veda tal derecho a quienes han protagonizado un golpe de Estado. R¨ªos Montt lleg¨® al poder el 23 de marzo de 1982, tras derrocar al tambi¨¦n general Romeo Lucas Garc¨ªa.
En aquellas fechas, R¨ªos Montt era presidente del Congreso (legislativo, unicameral) y concentraba todo el poder con un presidente t¨ªtere, Alfonso Portillo, y un organismo judicial complaciente.
Al concluir la diligencia, y cuando Rigoberta se dispon¨ªa a abandonar la sala, una turba de seguidores de R¨ªos Montt, encabezados por un nieto de ¨¦ste, Juan Carlos R¨ªos, y por dos diputadas del partido-iglesia del general, agredieron verbalmente a Mench¨², con gritos donde le recordaban su condici¨®n de "india" y la mandaban a "vender tortillas" en alusi¨®n a la costumbre del mestizo de emplear a la mujer maya para las labores dom¨¦sticas. Los acompa?antes de la premio Nobel lograron salvarla de los empujones y escupitajos, ante la acci¨®n tard¨ªa de los vigilantes de la sala.
Todo esto fue recogido por las c¨¢maras de televisi¨®n que cubr¨ªan el acto. A pesar de esta evidencia, determinante para su condena, los cinco acusados negaron su participaci¨®n en los hechos y anunciaron que apelar¨¢n el veredicto en busca de su absoluci¨®n.
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