31 pantallas gigantes para seguir la ceremonia
La mayor¨ªa de los peregrinos ver¨¢ la celebraci¨®n a trav¨¦s de las retransmisiones en directo en 11 puntos de la ciudad
Millones de peregrinos, procedentes sobre todo de Italia, han acudido a Roma para asistir hoy al funeral por Juan Pablo II. Pero la inmensa mayor¨ªa de ellos s¨®lo podr¨¢n verlo en las pantallas gigantes distribuidas en 11 puntos estrat¨¦gicos de la ciudad.
Los servicios de Protecci¨®n Civil segu¨ªan repartiendo ayer miles y miles de botellines de agua para combatir el calor y los desmayos. Los j¨®venes acampaban en los lugares asignados por las autoridades, pero tambi¨¦n en los peque?os trechos de hierba a la orilla del r¨ªo T¨ªber, en las inmediaciones de la plaza de San Pedro. A pesar de que la cola para ver a Karol Wojtyla se cerr¨® a las 22.00 horas del mi¨¦rcoles, ayer a las seis de la tarde a¨²n segu¨ªa llegando gente, sobre todo desde Polonia. Y se les permit¨ªa el acceso.
Entre 100.000 y 200.000 polacos se han desplazado estos d¨ªas a la capital italiana
El gerente comercial Daniel ?lvarez, de 60 a?os, fue uno de los ¨²ltimos en incorporarse a la cola. Lleg¨® justo a las 22.00 horas, procedente de Londres. "El avi¨®n que me tra¨ªa ha estado 45 minutos dando vueltas por el cielo de Roma sin poder aterrizar", dec¨ªa. Al rato lleg¨® un grupo de boy scouts procedentes de Connecticut, un irland¨¦s, tres amigos de Palermo (Sicilia) y Javier, un madrile?o de 42 a?os, due?o de una jugueter¨ªa. A las 22.15, cuatro carabineros se pusieron al final de la cola y ya no estaba permitido acceder a ella... en teor¨ªa. S¨®lo en teor¨ªa.
Porque durante toda la noche no dejaron de llegar polacos en autob¨²s. Monika Stanios, de 25 a?os, lleg¨® con su marido desde Varsovia a las cuatro de la tarde de ayer, cuando en teor¨ªa la cola llevaba m¨¢s de 18 horas cerrada. Pero les dejaron pasar sin ning¨²n problema. A ella y a los 150 polacos de su grupo repartidos en varios autobuses. "Cuando partimos de Polonia sab¨ªamos que no ten¨ªamos posibilidades de entrar. Ven¨ªamos resignados a ver s¨®lo el funeral. Pero hemos tenido mucha suerte". Las autoridades polacas calculan que entre 100.000 y 200.000 compatriotas se han desplazado estos d¨ªas a la capital italiana.
Al lado de la expedici¨®n polaca de Monika Stanios caminaban en direcci¨®n a la bas¨ªlica tres j¨®venes espa?olas de 17 a?os, procedentes de Murcia y Alicante. Hab¨ªan llegado a Roma en viaje de estudio y aprovecharon la oportunidad para colarse y hacerle algunas fotograf¨ªas al Papa. "Al principio nos echaron para atr¨¢s, pero conseguimos callejear por ah¨ª, y al final te vas metiendo as¨ª y as¨ª, entre empujones, y aqu¨ª estamos".
A Oriol Pallar¨¦s, de 21 a?os, ver al Papa le cost¨® 13 horas de espera. "Y pudieron haber sido muchas m¨¢s", comentaba ayer. "Porque a las dos de la madrugada del jueves cerraron la bas¨ªlica y no la abr¨ªan hasta las cinco. Yo hubiese tenido que esperar hasta las cinco. Pero una italiana que estaba al lado de nosotros se puso a llorar, pero a llorar bien fuerte y de verdad, diciendo que ella se ten¨ªa que ir a las tres. Y entonces los carabineros la dejaron pasar. Y ella les dijo que mi madre y yo ven¨ªamos con ella y nos dejaron pasar. La verdad es que el estado del cad¨¢ver ya estaba muy mal, muy deteriorado. Y la gente no paraba de hacerle fotos. A m¨ª, que soy ateo, me parece eso un poco irrespetuoso".
En las fila de ayer se ve¨ªan banderas de la paz, de Polonia, de Espa?a, de todas partes de Italia. M¨¢s de dos mil autobuses han aparcado en las afueras de la ciudad. El comisario de Protecci¨®n Civil, Guido Bertolaso, ha apelado a la hospitalidad de los ciudadanos de Roma para que atiendan bien a los hu¨¦spedes. Los peregrinos que llegaban ayer a la ciudad dispon¨ªan al menos de 11 campamentos donde tender sus tiendas y sacos de dormir. En la explanada verde de Circo M¨¢ximo, extensa como seis campos de f¨²tbol, dorm¨ªan ayer la siesta a las puertas de sus tiendas j¨®venes procedentes de Mil¨¢n, N¨¢poles, Tur¨ªn...
Sobre dos pantallas gigantes se ve¨ªan im¨¢genes en directo de la bas¨ªlica de San Pedro. Los t¨¦cnicos de imagen y sonido preparaban los ¨²ltimos detalles de la retransmisi¨®n. De vez en cuando se o¨ªan las sirenas de la comitiva de alg¨²n personaje. Pero la mayor¨ªa de los j¨®venes segu¨ªan dormitando impasibles bajo el sol, a los pies de las ruinas del Palatino.
Las im¨¢genes que ver¨¢n hoy no diferir¨¢n mucho de las que podr¨¢n ver cientos de millones de espectadores desde sus casas en el mismo momento. "Pero se trata de estar aqu¨ª en Roma", comentaba un joven espa?ol, "de vivir, respirar el ambiente".
La noche en que muri¨® Juan Pablo II el cardenal Angelo Sodano ofici¨® una misa en la plaza de San Pedro mientras doblaban las campanas de duelo. En la plaza hab¨ªa dos pantallas de m¨¢s de dos metros cuadrados. Hab¨ªa m¨¢s feligreses aglomerados frente a las pantallas, donde se pod¨ªan apreciar primeros planos de la cara del cardenal y tambi¨¦n vistas a¨¦reas de la propia multitud en la plaza, que frente a la persona en carne y hueso del cardenal Sodano.
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