Fieles y autoridades despiden al Papa en la plaza de San Pedro
Mandatarios de m¨¢s de 200 pa¨ªses y decenas de miles de fieles acuden a las exequias en la plaza de san Pedro
Con una ceremonia de tres horas, milim¨¦tricamente dise?ada y centrada en la resurrecci¨®n y a la que han asistido decenas de miles de fieles y centenares de mandatarios de m¨¢s de 200 pa¨ªses, se ha dado en la plaza de San Pedro del Vaticano, frente a la Bas¨ªlica, el ¨²ltimo adi¨®s a Juan Pablo II. El funeral por el Papa ha estado presidido por el responsable de la Doctrina de la Iglesia y decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal alem¨¢n Joseph Ratzinger, y concelebrado por m¨¢s de 160 purpurados, situados en torno al altar instalado frente a la entrada a la Bas¨ªlica, delante del cual se ha colocado el f¨¦retro de cipr¨¦s donde reposa Karol Wojtyla, cuya vida y Pontificado han sido elogiados por Ratzinger en su homil¨ªa.
Presidida por un tapiz de Cristo resucitado colgado a la entrada del templo, el funeral ha comenzado con el traslado del f¨¦retro del Papa desde el interior de la Bas¨ªlica hasta el altar situado al frente de la plaza de San Pedro, portado por 12 sediarios, los antiguos portadores de la Silla Gestatoria, mientras sonaba el Requiem eternam dona ei, Domine: et lux perpetua luceat ei ('Se?or dale el eterno reposo y que la luz perpetua resplandezca en el'). Uno de los cardenales ha situado el evangelio sobre el ata¨²d, al tiempo que llegaban los 164 cardenales oficiantes, todos vestidos de rojo, color del luto papal, que han besado uno a uno el altar.
El Papa "nos ve y nos bendice"
Los ¨²ltimos han sido Sodano y Ratzinger, que ha presidido la misa en calidad de Decano del Colegio Cardenalicio. Tras las primeras lecturas y actos lit¨²rgicos, Ratzinger ha comenzado la homil¨ªa, en italiano, en la que ha expresado que los sentimientos que embargan en estos momentos son de tristeza total, pero tambi¨¦n de alegre esperanza y de profunda gratitud. Tambi¨¦n ha glosado la vida de Juan Pablo II, diciendo que "ha podido portar una carga m¨¢s all¨¢ de las fuerzas humanas: ser pastor del reba?o de Cristo, de su Iglesia Universal". El elogio a su vida ha concluido con un recuerdo a sus ¨²ltimos padecimientos: "No olvidaremos c¨®mo, en el ¨²ltimo domingo de Pascua, el Papa marcado por el sufrimiento apareci¨® en la ventana del Palacio Apost¨®lico y dio una ¨²ltima bendici¨®n urbi et orbi. Podemos estar seguros de que nuestro Papa bien amado est¨¢ en la ventana de la casa del Padre. Nos ve y nos bendice".
As¨ª ha conclu¨ªdo la homil¨ªa Ratzinger, que ha sido recibida con aplausos y gritos en demanda de la inmediata beatificaci¨®n de Juan Pablo II. Tras la misa, los 12 sediarios han vuelto a portar, lentamente, en medio del sonido de un prolongado aplauso con que las decenas de miles de fieles han despedido al Papa, el f¨¦retro del Papa hacia el interior de la Bas¨ªlica, a las grutas vaticanas donde ha sido inhumado en una sencilla ceremonia a la que han asistido s¨®lo unos pocos cardenales.
Adem¨¢s de las autoridades vaticanas, con el Colegio Cardenalicio al completo como concelebrantes de la solemne misa, decenas de jefes de Estado y de Gobierno de m¨¢s de 200 pa¨ªses de todo el mundo han asistido, colocados a la izquierda del altar, a las exequias del Papa. Entre ellos, en primera fila, como marca el protocolo vaticano para las casas reales, se encontraban los Reyes de Espa?a, en cuyo s¨¦quito figuraban tambi¨¦n el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, el l¨ªder de la oposici¨®n, Mariano Rajoy, y el ministro de Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos. George W. Bush y su padre, el ex presidente Clinton, el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, destacaban entre los mandatarios, sentados justo detr¨¢s de las casas reales.
En una zona privilegiada
La de los mandatarios era una zona privilegiada, pero el resto de la plaza de San Pedro estaba literalmente abarrotada por decenas de miles de fieles que han invadido de nuevo al amanecer la plaza vaticana para asistir al funeral, en medio de un dispositivo de seguridad sin precedentes que ha blindado el min¨²sculo estado papal y la ciudad de Roma. Tras pasar la noche a la intemperie, durmiendo sobre la Via Conciliazione o en los campaings habilitados en la ciudad de Roma, los peregrinos han ido ocupando la plaza lentamente, despu¨¦s de pasar por los controles de seguridad instalados. Los que no han logrado acceder a la plaza, ven la ceremonia desde las 31 pantallas gigantes instaladas por toda la ciudad.
Antes de la misa, en el interior de la Bas¨ªlica de San Pedro, el cad¨¢ver del Papa Juan Pablo II ha sido introducido en un triple ata¨²d -cipr¨¦s, zinc y olmo-, en que ser¨¢ inhumado y su rostro ha sido cubierto con un velo de seda en una solemne ceremonia en presencia del cardenal Camarlengo, Eduardo Mart¨ªnez Somalo, el Maestro de Ceremonias Pontificias, el arzobispo Piero Marini, que ha le¨ªdo el Rogito, un pergamino en el que est¨¢ escrita la vida y obras m¨¢s importantes de Juan Pablo II. Despu¨¦s de que el Camarlengo rociara el cad¨¢ver con agua bendita, en presencia tambi¨¦n del secretario privado del Papa, Estanislao Dziwisz, Marini ha introducido en el f¨¦retro las medallas acu?adas durante el Pontificado y un tubo de plomo en cuyo interior se coloc¨® el Rogito, tras sellarlo con el sello de la Oficina de las Celebraciones Lit¨²rgicas del Sumo Pont¨ªfice. Joseph Ratzinger, decano del Colegio Cardenalicio, el que fuera secretario de estado, Angelo Sodano, el cardenal vicario de Roma, Camillo Ruini, han asistido a la ceremonia. Tras el cierre del ata¨²d, el f¨¦retro ser¨¢ llevado hasta la plaza de San Pedro en una solemne procesi¨®n encabezada por Ratzinger y Mart¨ªnez Somalo, mientras los coros entonan Libera me, Domine, de morte aeterna (l¨ªbrame Se?or de la muerte eterna).
Roma, ciudad blindada
El funeral, uno de los actos m¨¢s multitudinarios de la historia vaticana y sin duda el que m¨¢s mandatarios del mundo ha reunido en la historia, ha tenido lugar en una ciudad, Roma, blindada con un dispositivo de seguridad sin precedentes en el que han participado m¨¢s de 15.000 personas, entre polic¨ªas y otras fuerzas del orden para controlar a los dos millones de personas que han acudido a la ciudad a despedir al Papa. El ministro italiano del Interior, Giuseppe Pisanu, afirm¨® ayer que el plan de seguridad inclu¨ªa un avi¨®n Awacs de la OTAN para vigilar el espacio a¨¦reo -cerrado- de la ciudad, en cuyos puntos estrat¨¦gicos se han colocado bater¨ªas de misiles antia¨¦reas. Adem¨¢s, se han instalado bater¨ªas de misiles Hawk de medio alcance en el aeropuerto militar de Pratica di Mare. Para la vigilancia de las delegaciones, las fuerzas del orden han puesto a disposici¨®n 1.430 unidades que se han encargado de acompa?arles en sus trayectos por el interior de Roma y hasta la Plaza de San Pedro, mientras que otros 5.000 agentes se han ocupado de las tareas de vigilancia y control del orden p¨²blico. Los servicios de tres n¨²cleos de los departamentos especiales antinuclear, antibacteriol¨®gico y qu¨ªmico, as¨ª como de un reparto especial de artificieros encargado de vigilar la zona han completado el despliegue de seguridad, junto con el cierre del espacio a¨¦reo a los vuelos privados por debajo de los 6.500 metros de altitud en un radio de 63 kil¨®metros.
Un evento excepcional
El Vaticano, a trav¨¦s de su portavoz, Joaqu¨ªn Navarro Valls, ha considerado esta tarde que el funeral y entierro de Juan Pablo II ha sido "un evento excepcional" que ha sido "excepcionalmente bien gestionado" y ha agradecido a Italia y a Roma la eficacia con la que han acogido a los millones de peregrinos llegados para el ¨²ltimo adi¨®s al Papa polaco.
Navarro ha dado las gracias tambi¨¦n por la generosidad de todas las personas que han trabajado en la organizaci¨®n de "un evento sin precedentes e imprevisible en sus dimensiones". "Un aplauso particular va dedicado a los ciudadanos romanos por su colaboraci¨®n y paciencia para soportar los inevitables problemas de estos d¨ªas. Roma ha dado nuevamente prueba de su bimilenaria civilizaci¨®n y de su uni¨®n al difunto Pont¨ªfice", ha a?adido Navarro.
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