"La maldici¨®n de los faraones somos nosotros"
Zahi Hawass irradia una energ¨ªa abrumadora, rayana en el exceso. Lo que seguramente es inevitable en alguien que lleva sobre sus hombros el peso de los monumentos fara¨®nicos de la tierra del Nilo. Dotado de una capacidad organizativa colosal y de una contagiosa pasi¨®n por su trabajo, Hawass, que se ufana de escalar la pir¨¢mide de Keops en 45 minutos, ha revolucionado la pol¨ªtica cultural egipcia con medidas radicales. "Si no se los protege con medidas extremas, los monumentos del Antiguo Egipto desaparecer¨¢n en menos de 100 a?os", afirma en una entrevista en El Cairo mientras al otro lado de las ventanas, decenas de garcillas (Bubulcus ibis) que han nidificado sobre unos altos eucaliptos junto al zoo de la ciudad, revolotean como jerogl¨ªficos vivientes. "La verdadera maldici¨®n de los faraones somos nosotros", sostiene.
"Al abrir el sarc¨®fago de Tutankam¨®n sent¨ª... no s¨¦ si lo podr¨¦ explicar. La realeza est¨¢ en su cara. Sent¨ª, s¨ª, su magia y su misterio"
"Hay que buscar un equilibrio entre las necesidades del turismo y la obligaci¨®n de proteger los monumentos"
"Creo que detr¨¢s de los conductos de ventilaci¨®n de la Gran Pir¨¢mide se encuentra escondida la verdadera c¨¢mara funeraria de Keops"
Pregunta: Tras los ¨²ltimos an¨¢lisis que han practicado a la momia de Tutankam¨®n ha dicho usted con mucha seguridad que no fue asesinado.
Respuesta: Con los datos nuevos, la teor¨ªa del golpe en la cabeza, en la que sustentaban las hip¨®tesis de asesinato, queda descartada. Me dir¨¢ que quiz¨¢ lo envenenaron. Pero nosotros nos tenemos que ce?ir a las evidencias, y ¨¦stas indican que no hay ninguna prueba de crimen.
P. ?Usted personalmente c¨®mo cree que muri¨®?
R. No lo s¨¦, quiz¨¢ tuvo una muerte normal. A veces hombres j¨®venes del Antiguo Egipto ten¨ªan un ataque al coraz¨®n. Es posible que no lo descubramos jam¨¢s. El misterio de Tutankam¨®n nunca cesar¨¢.
P. ?Qu¨¦ sinti¨® al abrir en enero el sarc¨®fago de Tutankam¨®n y tenerle cara a cara?
R. Sent¨ª... no s¨¦ si lo podr¨¦ explicar. La realeza est¨¢ en su cara. Sent¨ª, s¨ª, su magia y su misterio.
P. Usted no es un hombre al que detengan las supersticiones, pero tuvo pesadillas con las momias de dos ni?os halladas en el oasis de Bahariya que le persiguieron en sue?os hasta que, dice, las volvi¨® a juntar con la del padre. ?No ha temido la maldici¨®n de Tutankam¨®n?
R. Al meterlo en el esc¨¢ner el aparato se apag¨®, lo que puede alimentar la leyenda. A la gente le gustan esas cosas. Yo, en realidad creo que la maldici¨®n somos nosotros. En el caso de Tutankam¨®n es obvio qui¨¦n sali¨® perdiendo cuando lo encontraron: ¨¦l. Acostumbro a no afeitarme el d¨ªa que voy a entrar en una tumba cerrada, pero eso lo hago porque te proteges mejor de los posibles g¨¦rmenes. Se lo recomiendo. Las momias son cuerpos y se corrompen y, por cierto, emiten un olor espantoso.
P. Nos tiene a todos en vilo desde que se detuvo la exploraci¨®n de los misteriosos conductos de la Gran Pir¨¢mide, los mal llamados conductos de ventilaci¨®n.
R. La Universidad de Singapur nos va a enviar un robot y lo meteremos en octubre e iremos a ver qu¨¦ hay detr¨¢s de esas puertas o piedras que hemos encontrado en los conductos. Tenemos que ir despacio, pero tengo la sensaci¨®n de que detr¨¢s se encuentra escondida la verdadera c¨¢mara funeraria de Keops.
P. ?La verdadera c¨¢mara de Keops! ?Qu¨¦ habr¨ªa ah¨ª?
R. El cuerpo y el ajuar del rey, que nunca han aparecido
P. Otra vez, pues, "cosas maravillosas", como dir¨ªa Howard Carter.
R. Puede ser.
P. Hablando de cosas maravillosas, han encontrado ustedes al revisar la momia el pene perdido de Tutankam¨®n. Ap¨¦ndice nada balad¨ª porque esencializa no s¨®lo el fin de la poderosa dinast¨ªa tutm¨®sida (Tutankam¨®n, el ¨²ltimo fara¨®n de la familia, muri¨® sin descendencia viva) sino el deplorable trato dado por Carter a su momia.
R. S¨ª, lo hemos encontrado, entre la arena sobre la que est¨¢ depositada la momia en el sarc¨®fago. A Carter se le cay¨® seguramente mientras la manipulaba.
P. ?Le enfurece c¨®mo trataron a la momia?
R. Yo en lugar de Carter nunca le hubiera arrancado la m¨¢scara de oro como hizo ¨¦l. La puso al sol para despegarla y luego emple¨® un cuchillo. Nunca hubiera tratado ese cuerpo as¨ª. Lo destrozaron. Fue un gran crimen.
P. ?Preferir¨ªa que no hubieran encontrado la tumba?
R. Eso no. Enriqueci¨® nuestro conocimiento. Es uno de los grandes hallazgos de la arqueolog¨ªa. Hay que valorar las grandes aportaciones que Carter hizo.
P. A usted no le gusta que se exhiban las momias. ?Es cierto que es partidario de retirarlas e incluso de cerrar la Mummy Room del Museo Egipcio de El Cairo?
R. En tres a?os vamos a sacar todas las momias reales de ese museo para trasladarlas al nuevo Museo Nacional de la Civilizaci¨®n Egipcia en Fustat, en el viejo Cairo, donde las mostraremos de una manera digna. Pero a m¨ª, personalmente, me gustar¨ªa que esas momias volvieran a sus tumbas. Las momias no han de estar en museos, es como maltratarlas. Lo que s¨ª vamos a hacer es escanear todas las que podamos con la m¨¢quina que usamos para Tutankam¨®n.
P. Ese museo del que habla forma parte de la nueva red de centros que se proyecta.
R. S¨ª, tenemos 13 museos nuevos en marcha, estamos cambiando las ideas al respecto de lo que debe ser un museo, adapt¨¢ndolas a los tiempos. No se trata s¨®lo de ver momias y ata¨²des, sino de contar y hacer comprensible e interesante la historia. Entre estos nuevos museos se cuentan el Gran Museo de Egipto, en Giza, que ser¨¢ el mayor museo de antig¨¹edades y albergar¨¢ los 5.000 objetos de la tumba de Tutankam¨®n actualmente en el Museo Egipcio, el Imhotep Museum en Saqqara, o el Crocodile Museum en Kom Ombo.
P. ?Y qu¨¦ ser¨¢ del viejo Museo Egipcio?
R. Se dedicar¨¢ a la historia del arte fara¨®nico y ser¨¢ renovado de arriba abajo.
P. ?Qu¨¦ opina del museo del barco solar junto a la Gran Pir¨¢mide? Es feo, ?no?
R. Horrendo. Entorpece la visi¨®n de la pir¨¢mide y afea toda la vista de Giza. Mi idea es sacarlo de ah¨ª y llevarlo a otro sitio.
P. Tuvo usted muchos problemas con los que denomina "piramidiotas", partidarios de la peregrina teor¨ªa de que las pir¨¢mides son m¨¢s antiguas que los egipcios.
R. Eso ha cesado, por suerte. Afortunadamente, la gente empieza a tener m¨¢s inter¨¦s en lo que hacemos en Giza, como la excavaci¨®n de las necr¨®polis de los trabajadores que construyeron las pir¨¢mides, que en esas cosas aberrantes. Fue muy malo, pero ha pasado. ?Por qu¨¦ deb¨ªa permitir la acci¨®n de aficionados que se cre¨ªan con derecho a perforar en las pir¨¢mides? ?Que se vayan a hacer tonter¨ªas a sus pa¨ªses! Ha habido personas que se han vuelto muy locas con esas ideas, incluso o¨ªmos de algunos estadounidenses que quer¨ªan suicidarse en el interior de la Gran Pir¨¢mide.
P. Se le ha reprochado dar tratos de favor.
R. Nunca cometer¨¦ el error de Carter de dar exclusivas. National Geographic Channel, por ejemplo, ha podido realizar un documental sobre el an¨¢lisis a Tutankam¨®n
[La maldici¨®n de Tutankam¨®n, que se emite el 15 de mayo] porque brind¨® la mejor oferta de financiaci¨®n del esc¨¢ner. Pero la informaci¨®n obtenida se ha distribuido a todo el mundo, y las fotos las vamos a poner en Internet.
P. ?Qu¨¦ opina de las misiones espa?olas en Egipto?
R. Hacen muy buen trabajo.
P. ?Cree usted que el Valle de los Reyes est¨¢ agotado?
R. No. La arena de Egipto esconde mucho todav¨ªa. Calculo que no hemos descubierto a¨²n m¨¢s del 30% de lo que hay en el pa¨ªs. En el Valle, concretamente, a¨²n quedan tumbas reales por descubrir. Como la de Amenofis I.
P. Nicholas Reeves busca la tumba de Nefertiti en el Valle.
R. Hemos parado ese proyecto.
P. Lo de la supuesta momia de Nefertiti fue un chasco.
R. La gente lanza especulaciones como forma de hacerse famosa. Estoy harto de esas cosas. El caso que menciona es especialmente deplorable porque la momia que esa investigadora, Fletcher, identific¨® como la de Nefertiti es en realidad la de un hombre.
P. Es usted muy radical en la defensa de las antig¨¹edades. Ha cerrado, por ejemplo, la tumba de Nefertari.
R. Hay que buscar un equilibrio entre las necesidades del turismo y la obligaci¨®n de proteger los monumentos. Y hay que detener las excavaciones para concentrarse en la investigaci¨®n y la protecci¨®n de lo ya conocido.
P. Usted tiene fama de duro, pero es a la vez un rom¨¢ntico. Y, cosa extra?a para un arque¨®logo, ?le ten¨ªa miedo a la oscuridad!
R. Lo extra?o ser¨ªa alguien que no le tuviera miedo a nada, ?no le parece?
Babelia
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