Una negociaci¨®n marcada por el 4 de abril

Populares y socialistas ya han marcado sobre el terreno las l¨ªneas rojas que no est¨¢n dispuestos a cruzar en la negociaci¨®n para reformar un Estatut -en realidad se propone casi una redacci¨®n nueva dada la obsolescencia del texto actual-. Tras la aprobaci¨®n del informe de la comisi¨®n parlamentaria que ha estudiado la reforma estatutaria, el pleno de las Cortes ratificar¨¢ por unanimidad el documento el pr¨®ximo jueves 14 -otra fecha emblem¨¢tica por ser el aniversario de la II Rep¨²blica- que hasta ahora s¨®lo es una enumeraci¨®n de acuerdos y desacuerdos. A partir de aqu¨ª, los grupos parlamentarios popular, socialista y Esquerra Unida, especialmente los dos primeros, tendr¨¢n que jug¨¢rsela para intentar conjugar los intereses partidistas con los generales y los de los valencianos con los del Estado.

El pasado lunes 4 de abril, el secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, se entrevistaba con el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero; mientras casi a la misma hora el popular Francisco Camps asist¨ªa a una reuni¨®n de presidentes auton¨®micos con el l¨ªder del PP nacional, Mariano Rajoy. En las citadas conversaciones se habl¨® sobre la reforma valenciana y sobre financiaci¨®n auton¨®mica, fundamentalmente. El resto forma parte, al menos por ahora, de la confidencialidad. Pero lo cierto es que tras estas reuniones la alegr¨ªa con la que los parlamentarios so?aban el futuro de los valencianos ha recibido un jarro de agua fr¨ªa.

El PP de Francisco Camps insiste en que el Estatut sea el primero en tramitarse en el Congreso de los Diputados. La capacidad de disoluci¨®n plena de las Cortes Valencianas por parte del presidente de la Generalitat es el argumento que justifica la reforma para el PP. Un alto cargo del partido expiica que, con el calendario como prioridad, el portavoz parlamentario Seraf¨ªn Castellano se mostr¨® excesivamente flexible con las demandas de la oposici¨®n, "pero en Madrid ya se han puesto nerviosos" y ha habido que hacer marcha atr¨¢s y empezar a poner pegas. Un retroceso en el que se ha apostado, adem¨¢s, por enterrar en el caj¨®n proyectos como el de la segunda descentralizaci¨®n propuesta en su d¨ªa por el PP -desde las autonom¨ªas hacia los ayuntamientos- y una cierta predisposici¨®n a aceptar que el nuevo texto se ratifique mediante refer¨¦ndum.

Por su parte, el PSPV es consciente ahora de que Madrid ver¨ªa con muy buenos ojos que la reforma valenciana fuese un ejercicio de responsabilidad y moderaci¨®n para el conjunto del Estado. "No habr¨ªa problema para llevar la reforma del Estatut al Congreso antes que Catalu?a si el PP acepta negociar" cuestiones como la revisi¨®n del modelo de financiaci¨®n y la estructura judicial, argumenta un dirigente socialista, consciente de que otra reforma descafeinada pasar¨ªa una factura dif¨ªcil de pagar.