V¨ªctimas de curas pederastas protestan en el Vaticano contra el ex arzobispo de Boston

La cuarta misa de Novendiales, en sufragio por el alma de Juan Pablo II, oficiada por el ex arzobispo de Boston, el cardenal Bernard Law, transcurri¨® ayer con normalidad, pese a la amenaza de protestas que pesaba sobre ella. Dos mujeres, Barbara Blaine y Barbara Dorris, en representaci¨®n de los 5.600 miembros de la asociaci¨®n de v¨ªctimas de abusos sexuales a menores por sacerdotes (SNAP, son las iniciales en ingl¨¦s) se apostaron en la plaza de San Pedro con fotograf¨ªas y pancartas para denunciar al ex arzobispo y al Vaticano, por consentirle participar en las misas de Novendiales.

Barbara Blaine y Barbara Dorris, ambas presuntas v¨ªctimas de dos sacerdotes de la di¨®cesis gobernada por Law hasta 2002, se lamentaron ante los periodistas de la falta de sensibilidad de las autoridades vaticanas. "Ha sido como echar sal en la herida", explicaron, refiri¨¦ndose a la presencia del ex arzobispo de Boston en la solemne celebraci¨®n. Miembros de la seguridad vaticana les obligaron a abandonar la plaza de San Pedro, relativamente desierta bajo la lluvia.

Law fue arzobispo de Boston hasta 2002, cuando tuvo que dimitir ante las dimensiones del esc¨¢ndalo de abusos a menores perpetrado por diversos sacerdotes de su di¨®cesis, a algunos de los cuales sigui¨® recomendando para otros puestos, pese a tener conocimiento del historial delictivo que arrastraban.

Tras un periodo de retiro espiritual, la Santa Sede volvi¨® a acoger al cardenal Law coloc¨¢ndole en un puesto de escaso relieve, al frente de una de las cuatro bas¨ªlicas patriarcales de Roma, la de Santa Mar¨ªa la Mayor.

Liturgia con normalidad

Dentro de la bas¨ªlica de San Pedro, repleta de periodistas y curiosos, aunque sin las aglomeraciones del d¨ªa precedente, cuando intervino el cardenal Camilo Ruini, se desarroll¨® la liturgia con normalidad. El cardenal Law, de 73 a?os, apareci¨® encorvado y envejecido, acompa?ado por los arciprestes de las restantes bas¨ªlicas patriarcales, a las que ayer estaba dedicada la misa de los Novendiales. En su homil¨ªa, Law record¨® las virtudes del Papa difunto y tuvo palabras de elogio y agradecimiento para el arzobispo polaco Stanislaw Dziwisz, secretario de Karol Wojtyla, que ayer celebraba su onom¨¢stica, por "toda una vida de dedicaci¨®n al pont¨ªfice".

A seis d¨ªas de que comience el c¨®nclave, el debate sobre el perfil del sucesor de Juan Pablo II acapara ya las sesiones de las congregaciones generales y los encuentros informales entre miembros de la jerarqu¨ªa vaticana. La batalla soterrada entre los partidarios de un papa europeo (es decir, italiano) y los que consideran imprescindible que la Iglesia universal desplace un poco su centro de gravedad fuera del Viejo Continente es fort¨ªsima en estos momentos.

Sea quien sea el elegido, su agenda inmediata estar¨¢ completa nada m¨¢s ce?irse la tiara, en vista de la enorme presi¨®n que est¨¢n ejerciendo sobre el pr¨®ximo pontificado los sectores m¨¢s afines al Papa difunto. Ayer se supo que un amplio n¨²mero de cardenales electores ha respaldado con su firma una petici¨®n para que Juan Pablo II sea canonizado urgentemente, sin atender a las normas vigentes. Petici¨®n que se har¨¢ llegar al pr¨®ximo Papa de inmediato.

El n¨²mero dos de la Congregaci¨®n de la Causa de los Santos, el arzobispo Edward Nowak, consideraba ayer perfectamente posible la fecha de octubre pr¨®ximo para la beatificaci¨®n de Karol Wojtyla. Dependiendo, naturalmente, de la decisi¨®n del nuevo Papa.

Adem¨¢s de cambiar la normativa (actualmente se exigen cinco a?os de espera a partir de la muerte del aspirante) para hacer santo al Papa polaco con la m¨¢xima celeridad, al sucesor le esperan un mont¨®n de tareas impuestas amistosamente por el partido wojtylano. La primera, visitar cuanto antes Polonia, patria de Juan Pablo el Magno. La segunda, indiscutiblemente, presentarse en Colonia, este verano, para presidir la jornada mundial de la juventud, como ten¨ªa previsto hacer su antecesor.

Algunos de los cardenales electores han dejado ya entrever, antes de que se impusiera el silencio en el prec¨®nclave, algo parecido a su programa electoral. Es el caso del cardenal primado de B¨¦lgica, Geofred Daneels, de 72 a?os, que no ha dudado en precisar que la Iglesia necesita junto a un Papa fuerte "un episcopado fuerte". Lo que equivale a defender una mayor descentralizaci¨®n del gobierno de la Iglesia.

Daneels, un hombre abierto y progresista, con pocas posibilidades de suceder a Wojtyla, considera urgente adem¨¢s que las mujeres ocupen puestos de poder en la Iglesia, aunque descarta en estos momentos la posibilidad de abrir la puerta al sacerdocio femenino.

El cardenal belga pertenece claramente al grupo de los que esperaban con impaciencia el final del pontificado de Juan Pablo II, marcado en los ¨²ltimos seis a?os por el sello del secretario del pont¨ªfice, el arzobispo Dziwisz. En el mismo sector se encuentra el cardenal Karl Lehmann, quien antes de viajar a Roma advirti¨® a los periodistas de que este c¨®nclave se inicia "sin candidatos favoritos".