Juan Goytisolo defiende la senda de la innovaci¨®n cervantina
El escritor abre unas conferencias sobre el 'Quijote' y presenta tres ensayos reunidos
Para Juan Goytisolo (Barcelona, 1931), quien sigue a Cervantes est¨¢ obligado a inventar. Para ir tras ¨¦l no hay otro camino que el de la innovaci¨®n, la recreaci¨®n, ni otra senda que la del cultivo de las incertidumbres, las dudas, que son las que conducen a cada una de nuestras verdades. "Son los novelistas, m¨¢s que los cr¨ªticos, los que est¨¢n obligados a cervantear", dice el escritor, que ayer inaugur¨® en la Biblioteca Nacional un ciclo de conferencias quijotescas y que cuenta con un nuevo libro que re¨²ne tres ensayos: El furg¨®n de cola, Cr¨®nicas sarracinas y Contracorrientes.
A cervantear, pues, ha llegado ayer Goytisolo a Madrid, donde abri¨® el ciclo Visiones Quijote -con su conferencia Defensa del Quijote contra sus admiradores apresurados-, en el que participar¨¢n tambi¨¦n Carlos Fuentes (18 de abril), Gonzalo Rojas (11 de mayo), Virgilio Zapatero (17 de mayo), Francisco Rico (19 de mayo), N¨¦lida Pi?¨®n (25 de mayo), Roger Chartier (14 de junio) y Jos¨¦ Manuel Blecua (22 de junio). Es uno de sus libros fetiche, eternos, una biblia recurrente como manual vital y creativo: "Cervantes obliga a crear cosas nuevas, a a?adir novedad al ¨¢rbol de la literatura", asegura Goytisolo.
Con Cervantes se abren muchas cosas; una de ellas, la modernidad en literatura, con eso tan cabal, tan propenso a los territorios de la exploraci¨®n como es la incertidumbre: "Kundera habla del territorio de la duda; Carlos Fuentes, de la incertidumbre; a Nabokov le parece un libro cruel precisamente por esas cosas... Cervantes insiste en la falsa autor¨ªa desde el principio y eso convierte la obra en algo que pertenece a un solo due?o seguro, el lector".
A las pruebas se remite el autor. "Sus interpretaciones pueden ser m¨²ltiples; en Espa?a puede ser la Biblia nacional o un s¨ªmbolo de la decadencia, todo lector cabe en ¨¦l", dice. "Abre lo que a m¨ª me gusta denominar como las autopistas mediterr¨¢neas que transportan siempre una especia de polinizaci¨®n creativa", asegura el escritor. Unas autopistas donde transitan juntas, en mezcla explosiva, diferentes culturas, bebiendo unas de otras, porque una de las claves de la riqueza del Quijote es precisamente su punto de vista abierto a los mestizajes culturales: "Para muchos, en el Quijote hay claves de la C¨¢bala, algunos jud¨ªos creen que es un hijo de Israel, los musulmanes son parte del mosaico".
Exclusi¨®n
Las desgracias de Cervantes en Argel debieron ser duras pero muy enriquecedoras. Propiciadoras de la reflexi¨®n, desde luego, para Goytisolo, quien en uno de los textos de Cr¨®nicas sarracinas, reunido en Los ensayos (Pen¨ªnsula), que acaba de aparecer, defiende que desde su cautiverio, el autor fue forj¨¢ndose una visi¨®n de Espa?a y una sensaci¨®n de exclusi¨®n y rechazo que le persigui¨® constantemente. "En el vecindario de Valladolid donde viv¨ªa Cervantes cuando escribi¨® Don Quijote, nadie sab¨ªa que ¨¦l era escritor en junio de 1605, ya con el libro en la calle. Fue en el barrio de Casas Llanas, el m¨¢s abandonado de la ciudad, donde resid¨ªan las prostitutas y no se puede imaginar el nivel de pobreza y marginaci¨®n que sufr¨ªa. Viv¨ªa en los ant¨ªpodas de Lope de Vega, que fue el cacique teatral de la ¨¦poca y que le cerr¨® el paso", a?ade el conferenciante.
Han pasado 40 a?os desde que Goytisolo publicara los tres ensayos que reaparecen ahora, pero la relectura no queda vapuleada por el tiempo: "Me gusta comprobar que no me equivoqu¨¦ en muchas cosas", asegura el escritor. Ni en su percepci¨®n de pa¨ªs cambiante, ni en los nubarrones de algunos aspectos de la cultura: "El problema de Espa?a durante siglos ha sido la discontinuidad cultural que en muchos casos nos ha incapacitado para ofrecer propuestas originales". Hoy es m¨¢s optimista: "No vivimos una ¨¦poca mala para la literatura, lo malo son los autores que merecen la pena y quedan al margen porque hoy existe una censura m¨¢s poderosa que la pol¨ªtica: la del mercado".
Babelia
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