La fot¨®grafa, ante 30 a?os de su trabajo
Martine Franck defiende la armon¨ªa y la humanidad en la visita a la exposici¨®n de sus retratos y paisajes en Bilbao
Martine Frank visit¨® ayer la exposici¨®n de sus fotograf¨ªas en la sala BBK (Gran V¨ªa, 32; Bilbao. Hasta el 24 de abril) con su c¨¢mara Leica colgada del cuello, lista para disparar. Martine Franck, fot¨®grafa muestra medio centenar de im¨¢genes, captadas a lo largo de m¨¢s de 30 a?os. Son retratos de gentes del mundo de la cultura y paisajes de todo el mundo a los que la fot¨®grafa se ha acercado con cuidadas composiciones. No tiene predilecci¨®n por ning¨²n g¨¦nero. "Mi inter¨¦s est¨¢ en todo lo humano y art¨ªstico", dijo. "No busco tanto la belleza como la armonia y la humanidad, que existe hasta en la guerra. En las guerras se pueden encontrar fotos muy bellas".
Franck (Amberes, 1938) es miembro de pleno derecho de Magnum desde 1983, tres a?os despu¨¦s de haber solicitado su ingreso en la prestigiosa agencia de fotograf¨ªa. Su dedicaci¨®n a la imagen hab¨ªa comenzado mucho antes, tras realizar un viaje a Extremo Oriente con la directora de teatro Ariane Mnouchkine, fundadora de Le Th¨¦atre du Soleil, con quien lleva colaborando directamente desde hace 35 a?os. Mnouchkine -"la persona a la que m¨¢s he retratado", reconoci¨® Franck- aparece varias veces en la exposici¨®n, junto a otros otros personajes del arte, la interpretaci¨®n, la moda y la literatura, como Balthus, Isabelle Huppert, Marc Chagall, Peter Brook, Yves Saint-Laurent, o su marido, el fot¨®grafo Henri Cartier-Bresson, fallecido el pasado agosto.
"Hasta en las guerras se pueden encontrar fotograf¨ªas muy bellas"
Frank record¨® ante sus retratos que, en la mayor¨ªa de los casos, han sido realizados por encargo. "Cada uno de ellos es un reencuentro con la persona retratada", explic¨®. La fot¨®grafa relato que, despu¨¦s de realizar retratos durante a?os, comenz¨® a interesarse por los paisajes. Sus viajes por todo el mundo han supuesto "una buena excusa para hacer fotos". Su gusto por viajar arranca de una infancia cosmopolita, con una familia de origen flamenco franc¨®fono interesada en el arte, educaci¨®n brit¨¢nica y largas estancias en los Estados Unidos.
En la exposici¨®n, compuesta por una selecci¨®n de las fotograf¨ªas de la antol¨®gica que organiz¨® el Museo de la Vida Rom¨¢ntica de Par¨ªs en 2002, pueden verse rincones de China, Jordania, Italia, Irlanda o Gran Breta?a. Franck ha tomado esas im¨¢genes despu¨¦s de dedicar un tiempo a la contemplaci¨®n de los paisajes, en "una especie de meditaci¨®n visual ante los espacios desconocidos". "Mis paisajes son cl¨¢sicos y rom¨¢nticos a la vez: cl¨¢sicos por la composic¨¬¨®n, el contenido; rom¨¢nticos, por el desarraigo, el gusto por lo extra?o", se?ala.
Franck ha dedicado su atenci¨®n en los ¨²ltimos a?os a retratar ancianos. "Todos los fot¨®grafos empezamos retratando viejos", asegur¨® quitando importancia a su colaboraci¨®n con organizaciones dedicadas a la protecci¨®n de personas mayores dependientes. "Intento plasmar la parte positiva de la vejez, a los ancianos que tienen algo que decir, no la decrepitud f¨ªsica y mental".
Franck tuvo que desarrollar una carrera propia venciendo la dificultad de compartir su vida con Cartier-Bresson, con quien contrajo matrimonio en 1970. "No soy yo quien debe descubrir las influencias que mi marido tuvo en mi trabajo", apunt¨®. Record¨® el car¨¢cter provocador de Cartier-Bresson para explicar por qu¨¦ abandono la fotograf¨ªa en los ¨²ltimos a?os de su vida. "Volvi¨® a su primer amor, que fue la pintura", a?adi¨®. "Pod¨ªa maldecir la fotograf¨ªa, pero no dejo de retratar a sus amigos ni de tomar fotos de su vida cotidiana. Ten¨ªa problemas para caminar; no es f¨¢cil hacer fotos si necesitas un bast¨®n".
Frank no se separa de su Leica, con la que sigue fotografiando en blanco y negro con su estilo preciosista y respondiendo a encargos en todo el mundo. Al ser preguntada por las c¨¢maras de tecnolog¨ªa digital admite, con cierta resignaci¨®n, que est¨¢ pensando en comprarse una.
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