El habit¨¢culo

No entiendo el revuelo que han levantado en la opini¨®n p¨²blica las ¨²ltimas declaraciones de la ministra de Vivienda. Mar¨ªa Antonia Trujillo ha sido expeditiva y clara al afirmar que la nueva soluci¨®n para acceder a un piso pasa por un prototipo de apartamentos de 25 o 30 metros cuadrados; una posibilidad nada descabellada si de lo que se trata, como as¨ª parece, es de una vivienda de transici¨®n, una plataforma de espera para j¨®venes que deciden independizarse. Sin embargo, la idea ha ca¨ªdo mal en sectores que consideran inhumano un habit¨¢culo de esas medidas, supongo que porque no han captado el mensaje o se han quedado s¨®lo con la jugosa frase ministerial de que la dignidad de una vivienda "no se mide en metros cuadrados". Lo que le ocurre a la se?ora Trujillo es que entr¨® con mal pie en la pol¨ªtica y ahora le va a costar mucho coger el paso. Por ejemplo, su promesa de crear 180.000 viviendas nada m¨¢s llegar al gobierno se rectific¨® a los pocos d¨ªas con el matiz, el eufemismo o el circunloquio de 180.000 "soluciones habitacionales". Luego lleg¨® lo de su propia ubicaci¨®n en Madrid. No hubo m¨¢s remedio que alojarla en un chal¨¦ de 500 metros cuadrados, adjunto al edificio ministerial, en pleno Paseo de la Castellana 112. Dos plantas para una sola mujer (de izquierdas adem¨¢s) que sab¨ªa a despilfarro. De ah¨ª que se volviera a rectificar y se invitara a la ministra de Cultura, Carmen Calvo, a compartir con ¨¦sta el palacete.

Comprendo que la dignidad nada tiene que ver con los metros con que uno se monte la vida, siempre que se tenga una menguada edad, se viva solo y no haya perspectiva inmediata de procrear. En el Sal¨®n de la Construcci¨®n de Barcelona, donde se inspir¨® la ministra, se ha dado buena prueba de lo que un dise?ador de espacios puede hacer con un container y un poco de imaginaci¨®n. Yo mismo pas¨¦ unos a?os en un estudio de alquiler de 22 metros (cocina, aseo y dormitorio incluido) que me parec¨ªa el para¨ªso. Pero el problema sigue estando en la enorme burbuja inmobiliaria y en el suelo p¨²blico que las administraciones locales no van a ceder as¨ª como as¨ª. Conclusi¨®n: Mar¨ªa Antonia Trujillo lo tiene dif¨ªcil y su mal pie le est¨¢ ayudando poco.