La econom¨ªa vasca a debate
El debate econ¨®mico debe estar presente en cualquier campa?a electoral, y en la nuestra tambi¨¦n lo est¨¢. Se supone que, con la ayuda de los n¨²meros, este es un debate m¨¢s riguroso y en el que la elucubraci¨®n es menos posible que en el caso de la pol¨ªtica. Como se puede comprobar, en el transcurso de la campa?a, parece que las opiniones de unos y otros andan tocando los extremos. Para Ibarretxe y su Gobierno, debemos estar satisfechos de la buena marcha diferencial de la econom¨ªa y, seg¨²n su versi¨®n, cualquier cr¨ªtica desde la oposici¨®n, entre las cuales hay de todo, no demuestra m¨¢s que la falta de confianza en el pa¨ªs.
Vaya por delante mi confianza en mi pa¨ªs y en sus posibilidades, pero tambi¨¦n mi desconfianza en los an¨¢lisis autocomplacientes, cuando no est¨¢n justificados por los datos reales. Sobre todo porque se vienen repitiendo tanto que pueden acabar equivoc¨¢ndonos en la gesti¨®n futura de nuestra econom¨ªa y en la cuidada atenci¨®n que requiere.
No tenemos una econom¨ªa 'gal¨¢ctica', sino de cantera, por lo que no debemos caer en la autocomplacencia
1.- Por empezar por el principio, que no es otro que el crecimiento econ¨®mico en el per¨ªodo Ibarretxe: entre 1999 y 2004 nuestra participaci¨®n en el PIB de Espa?a ha pasado de un 6,4% a un 6,3%.Es decir, seg¨²n estas cifras del INE, hemos crecido por debajo de la econom¨ªa espa?ola. De este modo, fuimos la und¨¦cima comunidad en crecimiento en dicho per¨ªodo y no conseguimos recuperar aquel lejano 7,2% de 1975.
2.- Esta ligera ca¨ªda de nuestra participaci¨®n en el PIB se debi¨® a una ca¨ªda mayor en nuestra participaci¨®n relativa en la inversi¨®n, que pas¨® de un 5,8% a un 5,4%,l o que consolida la tendencia al debilitamiento relativo del stock de capital del Pa¨ªs vasco, tal y como se deduce del informe que en su d¨ªa public¨® la Fundaci¨®n BBVA.
3.- Pero es en la evoluci¨®n relativa del empleo donde los efectos han sido demoledores. Seg¨²n un reciente informe de la Caixa, el crecimiento medio anual del empleo en Euskadi, entre 1999 y 2004, ha sido del 0,3%, ocupando as¨ª la ¨²ltima plaza en el ranking regional espa?ol.
4.- Para que esta evoluci¨®n no quede al descubierto se viene utilizando el concepto de renta per c¨¢pita en sus diferentes versiones. Cualquier observador atento sabe que, si en un pa¨ªs la poblaci¨®n baja -es decir, el denominador-, el cociente, que es la renta per c¨¢pita, sube, aunque la renta se mantenga constante. Vamos, que el argumento num¨¦rico en este caso tiene truco. Por eso, en todos los ¨ªndices relativos de renta per c¨¢pita Euskadi mejora relativamente. Por eso este indicador tiene menos significaci¨®n a la hora de explicar nuestra evoluci¨®n relativa.
5.- Pero todo conocedor de las virtudes del Concierto Econ¨®mico sabe que ¨¦ste nos proporciona anualmente unos recursos superiores a los de las comunidades aut¨®nomas que reciben sus recursos b¨¢sicamente seg¨²n el criterio de poblaci¨®n. Sin entrar en cuantificaciones comparadas, no parece que se pueda dudar de que estamos hablando de alg¨²n que otro punto de PIB al a?o, por decirlo de forma coloquial. Es decir, que, siendo rigurosos, el Concierto nos ten¨ªa que haber permitido disfrutar de un crecimiento superior al de la econom¨ªa espa?ola desde su implantaci¨®n. Y sin embargo seguimos desde los ochenta estancados en el 6,3% de la econom¨ªa espa?ola.
6.- Estos son los fr¨ªos y simplificados datos de un balance global de nuestra econom¨ªa, en la cual se han producido importantes transformaciones estructurales, en la dimensi¨®n y composici¨®n de los sectores, reduci¨¦ndose de forma dr¨¢stica la presencia de la gran empresa y compens¨¢ndose dicha carencia con el esfuerzo de los peque?os empresarios.
Ha sido una tarea meritoria, pero nuestro potencial de crecimiento es hoy inferior al de ¨¦pocas pasadas y nuestra estructura econ¨®mica necesita mucha atenci¨®n y cuidado. No tenemos una econom¨ªa gal¨¢ctica, tenemos una econom¨ªa de cantera y, por lo tanto, no debemos distraernos en la autocomplacencia sino prestar atenci¨®n a los cuidados adicionales que aqu¨¦lla necesita.
7.- La paz y la estabilidad institucional es el primero de ellos. Euskadi debe aspirar todav¨ªa a ser una tierra de inversi¨®n y, sin abundar en argumentos sobradamente empleados, la pol¨ªtica debe proporcionar ese input que nos viene faltando desde hace mucho tiempo.
8.- La transferencia del bloque de empleo de la Seguridad Social permitir¨ªa adecuar las pol¨ªticas activas y pasivas de empleo a nuestras necesidades para hacer frente a la globalizaci¨®n. Por eso urge la renovaci¨®n del Pacto estatutario.
8.- Tambi¨¦n, en ese contexto, cabr¨ªa abordar la transferencia del sistema de pensiones sin poner en riesgo el futuro de los ingresos de nuestros pensionistas. Nuestras tendencias de largo plazo 1991-2003 son rotundas. Ca¨ªda en la participaci¨®n en los ingresos generales del sistema y crecimiento relativo en el gasto. Si pag¨¢ramos con nuestros ingresos las pensiones de los pensionistas que se fueron, estar¨ªamos en d¨¦ficit. Vayamos, pues, a un sistema de cogesti¨®n y no juguemos con los ingresos de nuestros pensionistas en pos de proyectos que no se sostienen.
10.- Hay que crear un espacio de acuerdo entre Gobierno, sindicatos y patronal que permita colectivizar las reflexiones y medidas que la adaptaci¨®n a la globalizaci¨®n requiere y que no se pueden resumir en contenci¨®n salarial y precarizaci¨®n del empleo.
11- La pol¨ªtica de I+D+i debe de avanzar en la cooperaci¨®n entre las diferentes administraciones p¨²blicas, la Universidad y la empresa. Esta es una terapia de sentido com¨²n muchas veces planteada, pero que todav¨ªa -por imponderables de la pol¨ªtica que han acabado afectando al mundo empresarial y sindical- no se ha podido desarrollar con ¨¦xito. Por eso, no ser¨¢ qui¨¦n lo plantee el que se llevar¨¢ el Nobel vasco de la econom¨ªa, sino quien lo ponga en pr¨¢ctica.
Jon Larrinaga es ex secretario general de EE.
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