Cristianos
Doy por hecho que cualquiera que est¨¦ leyendo estas humildes l¨ªneas se habr¨¢ enterado ya de que el papa Juan Pablo II ha muerto. Me tranquiliza, para que no perdamos el hilo. Si falta alguien por enterarse y estoy d¨¢ndole una primicia, que ponga TVE, donde hallar¨¢ la paz de conocer todos los detalles del ¨®bito. Coincide la muerte del pont¨ªfice con la aprobaci¨®n por la comisi¨®n de Justicia del Congreso del proyecto de ley que modifica el C¨®digo Civil para extender a la parejas homosexuales el derecho a contraer matrimonio. Puesto que no es can¨®nico sino civil el matrimonio al que se refiere tal modificaci¨®n, en nada estar¨ªan relacionadas ambas hist¨®ricas noticias, de no ser por la obsesi¨®n con que, a lo largo de su medi¨¢tico pontificado, Juan Pablo II ha insistido en la condena a estas uniones, y por el tiempo y la energ¨ªa que ha destinado a pontificar sobre moral sexual. Un legado ideol¨®gico que no se retransmite a los telespectadores urbi et orbi tan profusamente como cada ¨¢ngulo de la plaza de San Pedro, pero que conviene conocer. Hay que leer un poquito, y ni siquiera en formato libro, que parece que produce aversi¨®n (de averno, infierno: ya estamos topando), pues se puede hacer en otra pantalla, la del ordenador, si entramos, por ejemplo, en el portal de informaci¨®n transexual de la admirable activista Carla Antonelli (www.carlaantonelli.com).
No tendr¨ªamos tan en cuenta el legado ideol¨®gico de fobia a la diferencia sexual de Karol Wojtyla de no ser porque lo hereda el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, papable y, lo que es peor, firme candidato a ocupar el trono de la Iglesia. Incluso esta realidad tampoco habr¨ªa de ser contemplada sino por los cat¨®licos adscritos a su l¨ªnea de pensamiento, pero las abrumadoras y abusivas circunstancias medi¨¢ticas de la actualidad nos obligan a puntualizar: muy moderna la animaci¨®n inform¨¢tica del c¨®nclave que ofrece la televisi¨®n, pero veamos qu¨¦ dicen los textos de los protagonistas. A saber, en su libro p¨®stumo, Memoria e identidad: conversaci¨®n entre milenios, Wojtyla considera que la lucha por la reivindicaci¨®n de los derechos de la comunidad l¨¦sbica, gay, bisexual y de transg¨¦nero obedece a la influencia de la "ideolog¨ªa del mal" (el demonio). Por su parte, el candidato Ratzinger, que ya en 1986 hab¨ªa definido a gays y lesbianas como "alterados, auto-indulgentes e individualistas que amenazan la vida y el buen ser de un gran n¨²mero de personas", publica las siguientes Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales en un documento de la citada congregaci¨®n: "La inclinaci¨®n homosexual es objetivamente desordenada y las pr¨¢cticas homosexuales son pecados gravemente contrarios a la castidad"; "la legalizaci¨®n de las uniones homosexuales estar¨ªa destinada, por tanto, a causar el oscurecimiento de la percepci¨®n de algunos valores morales fundamentales"; "constituye una grave injusticia sacrificar el bien com¨²n y el derecho de la familia". Y mucho m¨¢s.
Todo esto est¨¢ inscrito en la l¨ªnea de recalcitrante regresi¨®n conservadora de un pontificado que abort¨® (con perd¨®n) la esperanza progresista abierta por el Concilio Vaticano II. Y se contradice con el sentir de una gran parte de las bases de esa Iglesia "pueblo de Dios" tan alejada de las altas esferas de la instituci¨®n, cuando no silenciada. Es el caso de la corriente Somos Iglesia (www.somosiglesia.net), que tiene una condena de la Conferencia Episcopal por reivindicar una Iglesia que recupere el esp¨ªritu de fraternidad, solidaridad y compasi¨®n que represent¨® Jes¨²s de Nazaret, una Iglesia comprometida con la liberaci¨®n de los empobrecidos, los oprimidos y los excluidos del mundo, que luche por la justicia social, la paz, la libertad y la felicidad para todos los seres humanos y cumpla, como recuerda Javier Garc¨ªa -portavoz de Asuntos Religiosos de la Federaci¨®n Espa?ola de Lesbianas, Gays y Transexuales (FELGT)-, con lo que dijo Jes¨²s en el cap¨ªtulo 25 de San Marcos: "Tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber...". Cosas, claro, de "extremistas" y "radicales", como tilda Esperanza Aguirre a Zapatero, presidente de un Gobierno que, con reformas como la del matrimonio gay, har¨¢ m¨¢s justa (m¨¢s cristiana) nuestra sociedad. Lo celebro.
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