Quedarse en Irak

Irak tiene presidente -por vez primera, un kurdo-, vicepresidentes y primer ministro, y a punto est¨¢ de contar con un Gobierno pleno m¨¢s de dos meses despu¨¦s de las elecciones. El secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, en su fugaz viaje a Bagdad, ha aconsejado al nuevo Ejecutivo que no cometa el mismo error que ¨¦l: dividir o purgar al ej¨¦rcito. ?ste, como la polic¨ªa, va creciendo tanto, seg¨²n Bush, que ya supera num¨¦ricamente a los soldados de la coalici¨®n, lo que permitir¨ªa considerar una reducci¨®n parcial de la presencia militar de EE UU, aunque sin horizonte temporal.

?sta es la visi¨®n rosa, pero el propio primer ministro, el chi¨ª Abrahim al Yafari, se ha apresurado a pedir que las fuerzas estadounidenses se queden en Irak por tiempo indefinido. No todos los chi¨ªes lo quieren, como lo demostr¨® una masiva manifestaci¨®n en Bagdad el pasado fin de semana organizada por el radical M¨²qtada al S¨¢der; tambi¨¦n exigen su retirada los opositores sun¨ªes y los variopintos grupos terroristas. Entretanto, siguen los secuestros y la dura guerra urbana contra la insurgencia en Mosul, Bagdad y otras ciudades, y las c¨¢rceles se han vuelto a llenar de 17.000 "detenidos por seguridad". Ayer mismo dos atentados suicidas causaron 15 muertos en la capital.

Los aliados de Estados Unidos van anunciando, en un goteo regular, la retirada de sus tropas. Lo habr¨¢n hecho ya para finales de este a?o Italia, Polonia, Ucrania, Bulgaria y una parte de los m¨¢s de 3.500 surcoreanos. Quedan casi 9.000 brit¨¢nicos, a los que, seg¨²n su ministro de Exteriores, se comenzar¨¢ a retirar probablemente el a?o pr¨®ximo. Y otros 11.000 de 20 pa¨ªses. Y, naturalmente, EE UU, con 142.000, m¨¢s un n¨²mero no determinado de contratistas privados. No parece suficiente para estabilizar el pa¨ªs frente a una violencia que no cesa y una Administraci¨®n nacional que se pone en marcha con extrema lentitud. Para el nuevo Gobierno, y en especial para su primer ministro -cargo que implica m¨¢s poderes-, la prioridad es que la Asamblea electa redacte para este verano el proyecto de Constituci¨®n que se habr¨¢ de someter a refer¨¦ndum a finales de a?o, y que requiere la aprobaci¨®n no s¨®lo de una mayor¨ªa de los ciudadanos, sino tambi¨¦n de las provincias, es decir, de las etnias.