El reto de Alberto II, modernizar el principado
"No confiamos en el pr¨ªncipe Alberto, pero tenemos que hacerlo", afirma un alto funcionario monagesco. Es dif¨ªcil ver el mundo de otro modo cuando se es ciudadano de un principado cuyo jefe de Estado es tal "por la gracia de Dios", y no s¨®lo no sabe de la separaci¨®n de poderes -el pr¨ªncipe de M¨®naco delega en un legislativo vagamente democr¨¢tico, est¨¢ al frente del ejecutivo, aunque tambi¨¦n puede delegar, y es la m¨¢xima autoridad judicial del peque?o pa¨ªs mediterr¨¢neo- sino que adem¨¢s a?ade el eclesi¨¢stico a los otros tres, porque M¨®naco es un Estado confesional cat¨®lico.
El car¨¢cter democr¨¢tico del Consejo Nacional -sus 24 legisladores son elegidos por sufragio popular- est¨¢ en abierta contradicci¨®n con los poderes absolutos que tiene el pr¨ªncipe gobernante.
Peor a¨²n, el papel tutelar de Francia -proporciona el primer ministro y otro miembro del Gabinete, suministra todos los miembros de las fuerzas de seguridad monegascas, etc¨¦tera- tampoco puede eternizarse en un M¨®naco que, a pesar de que conserva sus peculiaridades fiscales -no existe el impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas-, tiene que adaptarse a las exigencias de Naciones Unidas, organizaci¨®n en la que ingres¨® en 1993, y del Consejo de Europa, del que forma parte desde 2004.
"M¨®naco tiene un problema: pol¨ªtica y econ¨®micamente es un pa¨ªs; industrialmente es una ciudad, pero su urbanismo es el de un barrio", afirma el alto funcionario monagesco que prefiri¨® no ser identificado. En las poco m¨¢s de 200 hect¨¢reas del territorio monegasco encuentran refugio 350.000 cuentas corrientes.
S¨®lo 32.000 habitantes
En el min¨²sculo territorio viven 32.000 personas, de entre las cuales no mucho m¨¢s de 6.000 tienen la nacionalidad monegasca. 40.000 personas acuden diariamente para trabajar en ese reducto principesco, 12.000 de las cuales lo hacen en f¨¢bricas. "Como no tenemos espacio, hemos inventado la f¨¢brica en altura", aseguran. Laboratorios farmac¨¦uticos, componentes de autom¨®vil o productos pl¨¢sticos se fabrican en edificios de 12 plantas.
"Y Raniero III nos deja una legislaci¨®n social ¨²nica en Europa", explica el alto funcionario, que prefiere guardar el anonimato. "Un monegasco tiene derecho a una vivienda cuyo alquiler nunca puede superar el 25% de su salario. Nuestra protecci¨®n m¨¦dica es total y de gran calidad; la semana de trabajo es de 35 horas, pero puede ser de m¨¢s si trabajador y empresario se ponen de acuerdo".
Seg¨²n ¨¦l, el pr¨ªncipe Alberto II de M¨®naco tiene tambi¨¦n que "modernizar la oferta hotelera; ya no basta con estar en el principado para que la gente venga y pague lo que haga falta; el lujo no reside s¨®lo en los estucos, el tama?o de la habitaci¨®n y la calidad de los dorados. Hay que desarrollar el turismo de negocios, ofrecer otras cosas adem¨¢s de mar, sol y seguridad".
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