Por una 'pax europea'
Despu¨¦s de 400 a?os, ?podremos incorporar los restos del Imperio Otomano a un nuevo imperio europeo? ?Cu¨¢ntos a?os hacen falta para desmantelar un imperio? ?Y cu¨¢ntas guerras? En el caso del Imperio Otomano, da la impresi¨®n de que la respuesta es alrededor de 400 a?os y, por lo menos, 20 guerras, incluida la guerra mundial que comenz¨® en Sarajevo. Y es posible que todav¨ªa tengamos que ver alguna m¨¢s. Seg¨²n una encuesta reciente, tres de cada cuatro macedonios creen que va a haber un nuevo conflicto militar en su pa¨ªs. ?Qui¨¦n se apunta a otra guerrita en los Balcanes?
Es curioso ver cu¨¢ntos de los problemas m¨¢s acuciantes que tiene hoy Europa derivan de la mara?a de grupos ¨¦tnicos, sistemas de Gobierno y religiones que dej¨® tras de s¨ª el Imperio Otomano. Si se superpone un mapa de los puntos m¨¢s conflictivos de la actualidad sobre las fronteras del imperio de Solim¨¢n el Magn¨ªfico en el siglo XVI, se ve que encajan casi a la perfecci¨®n. Su reino comprend¨ªa lo que hoy llamamos los Balcanes, un t¨¦rmino que se ha convertido en sin¨®nimo de guerra y conflicto, pero tambi¨¦n abarcaba los territorios actuales de Irak, Siria, L¨ªbano, Palestina e Israel. Llegaba por la orilla del mar Rojo hasta Yemen, y, por la costa del norte de ?frica, desde Egipto hasta Argelia. La responsabilidad de los problemas derivados de la presencia de Israel en Oriente Pr¨®ximo s¨®lo la tenemos Adolfo Hitler y nosotros, pero el resto debemos agradec¨¦rselo a Solim¨¢n.
El patio trasero de Europa no puede tener una 'pax americana'. Eso nos corresponde a nosotros. ?La perspectiva de una 'pax europea' no compensa el riesgo?
Algunos de los problemas que tiene hoy Europa derivan de la mara?a de grupos ¨¦tnicos, sistemas de gobierno y religiones que dej¨® el Imperio Otomano
La posibilidad de que la UE acepte a Turqu¨ªa es una de las razones por las que los franceses podr¨ªan votar 'no' al tratado constitucional a finales de mayo
Ahora, una nueva comisi¨®n independiente, presidida por el ex primer ministro italiano Giuliano Amato, ha propuesto una soluci¨®n para, al menos, parte del legado de Solim¨¢n. Despu¨¦s de hacer notar que en Kosovo, todav¨ªa, la primavera pasada hubo un estallido de violencia entre serbios y albaneses y que el ¨ªndice de desempleo es superior al 60%, la comisi¨®n subraya que el limbo pol¨ªtico en el que se encuentran actualmente los Balcanes es insostenible. No podemos seguir adelante con este mosaico de Estados d¨¦biles y protectorados de la UE, con virreyes casi imperiales como Paddy Ashdown en Bosnia y situaciones legales sin resolver como las que afectan a Kosovo.
Seg¨²n la comisi¨®n Amato, la decisi¨®n que debe tomar la UE es sencilla: ampliaci¨®n o imperio. O los miembros de la UE aceptamos que vamos a tener colonias virtuales en nuestro patio de los Balcanes durante varias d¨¦cadas, o empezamos a crear las condiciones para que los Balcanes puedan integrarse en la Uni¨®n Europea. La comisi¨®n se inclina decididamente por la ampliaci¨®n. El a?o que viene, la UE deber¨ªa comprometerse a poner en marcha un plan para incorporar los Balcanes en 2014, un acontecimiento que podr¨ªa celebrarse con una cumbre en Sarajevo que coincidiera con el centenario del estallido de la Primera Guerra Mundial. Ser¨ªa una forma de dar un significado nuevo y m¨¢s positivo a una expresi¨®n popularizada durante la ¨²ltima guerra de Bosnia: "De Sarajevo a Sarajevo".
Las ruinas de un imperio
La comisi¨®n cree que Bosnia puede funcionar eficazmente como Estado, siempre que tenga una perspectiva clara de pertenencia a la UE. S¨®lo eso ser¨¢ incentivo suficiente para que los serbobosnios, los bosnios croatas y los bosniacos (es decir, los bosnios m¨¢s o menos musulmanes) cooperen. En vez de ser un protectorado de la UE, tendr¨¢ que preparase para ser Estado miembro. Por otro lado, Serbia y Montenegro tendr¨ªan que decidir si quieren integrarse como un Estado o comodos.
Lo m¨¢s ingenioso es la soluci¨®n propuesta para Kosovo. Se trata de un proceso en cuatro etapas, que parte de la ambigua situaci¨®n actual, definida por la resoluci¨®n 1.244 de Naciones Unidas al acabar la guerra en 1999, pasa por la "independencia sin plena soberan¨ªa", que permite que la comunidad internacional conserve sus poderes en materia de derechos humanos y protecci¨®n a las minor¨ªas; luego, por la "soberan¨ªa guiada" cuando empiecen las negociaciones de ingreso en la UE, y termina en el nirvana de la "soberan¨ªa compartida", exacta a la que disfrutan (o no disfrutan) los miembros actuales de la UE como Eslovenia, Polonia o el Reino Unido.
Existe una versi¨®n de la historia de los Balcanes en la que el siglo XX es una larga lucha para crear naciones-estado a partir de las ruinas de un imperio. La propuesta de la comisi¨®n Amato refina esa versi¨®n con una nueva variante. No es una "construcci¨®n nacional", ese t¨¦rmino que de forma tan poco apropiada utilizan las organizaciones internacionales y las ONG, ni tampoco la "construcci¨®n de un Estado", que ser¨ªa m¨¢s adecuada, sino que tiene un matiz especialmente europeo: la "construcci¨®n de un Estado miembro". Si el plan sigue adelante -como deber¨ªa-, un pa¨ªs como Kosovo no tendr¨¢ jam¨¢s una "independencia nacional" plena, cl¨¢sica, en el sentido decimon¨®nico, sino que ser¨¢ como un joven que pase, en etapas estrictamente vigiladas, del hogar familiar a un matrimonio de conveniencia.
Los autores del informe, en cuyo estilo conciso me parece ver la mano de su brillante director ejecutivo, el b¨²lgaro Iv¨¢n Krastev, presentan la alternativa que afronta la UE como "ampliaci¨®n o imperio". Sin embargo, vista desde Kosovo, se podr¨ªa decir que tambi¨¦n es "de imperio a imperio". Porque la Uni¨®n Europea es una especie de imperio, una versi¨®n moderna -o, seg¨²n algunos, posmoderna-, no de los imperios romano o brit¨¢nico, con su centralismo, sino del Sacro Imperio Romano de la Edad Media, en el que la mayor parte del poder real estaba en manos de sus miembros. Y lo que se propone ahora es que este imperio europeo posmoderno o neomedieval absorba los restos del imperio de Solim¨¢n. Una idea que queda todav¨ªa m¨¢s clara si se a?ade la intenci¨®n declarada de la UE de aceptar el coraz¨®n del imperio otomano, hoy llamado Turqu¨ªa.
Todo esto da un poco de v¨¦rtigo. El Parlamento Europeo acaba de dar luz verde a que Bulgaria y Rumania se incorporen a la UE en 2007. Con el ingreso de Croacia, Turqu¨ªa y el resto de los Balcanes, de aqu¨ª a s¨®lo 10 a?os esto significar¨ªa que la Uni¨®n Europea tendr¨ªa unos 35 Estados miembros y alrededor de 600 millones de habitantes, de los cuales, uno de cada seis ser¨ªa musulm¨¢n. Y eso sin contar los aspirantes del este de Europa, como Ucrania tras su revoluci¨®n naranja y Bielorrusia y Moldavia despu¨¦s de las revoluciones de terciopelo (a¨²n sin color) que esperamos que tengan. Tampoco incluye ninguno de los Estados sucesores del imperio otomano en Oriente Pr¨®ximo o el norte de ?frica, aunque Marruecos ya ha preguntado alguna vez si pod¨ªa solicitar la entrada. En su caso, la UE tendr¨¢ que elaborar una pol¨ªtica de vecindad que no dependa de la promesa de una futura pertenencia.
Lo ir¨®nico es que, mientras en todas las fronteras de este nuevo tipo de imperio hay gente que grita: "?Aceptadnos! ?Colonizadnos!", los Estados miembros se est¨¢n planteando dudas sobre su propia raz¨®n de ser. Y las dos cosas tienen una relaci¨®n de causa y efecto. La posibilidad de que la UE acepte a Turqu¨ªa es una de las razones por la que los franceses podr¨ªan votar no al tratado constitucional europeo a finales del pr¨®ximo mes. Hasta ahora, la ampliaci¨®n no ha debilitado la UE, sino que la ha fortalecido. Pero llegar¨¢ un momento en el que la expansi¨®n ilimitada acabar¨¢ por hacer que la uni¨®n pierda fuerza. Washington tiene que tener cuidado de no estirar en exceso los l¨ªmites imperiales, pero Bruselas tambi¨¦n. Si la Uni¨®n Europea engloba todos los restos del Imperio Otomano, quiz¨¢ termine por tener el mismo destino que el Imperio Otomano. "El enfermo de Europa" podr¨ªa acabar siendo la propia Europa.
No obstante, la l¨®gica de la comisi¨®n Amato es irresistible. En los Balcanes, la opci¨®n es Europa o guerra. Se habla mucho ¨²ltimamente sobre una pax americana que fuera sucesora de la pax romana. Estados Unidos desempe?¨® un papel vital en la pacificaci¨®n de los Balcanes durante los a?os noventa, y ahora podr¨ªa contribuir al mantenimiento de la paz en la zona mediante su apoyo a la ampliaci¨®n de la OTAN. Pero el patio trasero de Europa no puede tener una pax americana. Eso nos corresponde a nosotros. ?Acaso la perspectiva de una pax europea, que incluya todo el continente, no compensa el riesgo indudable?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.