Cuando el consumo supera la producci¨®n
El deterioro de la balanza comercial estadounidense inquieta a la econom¨ªa mundial
Estados Unidos tiene un problema: consume mucho m¨¢s de lo que es capaz de producir. Es una opini¨®n compartida por los economistas en Wall Street y que se refleja en el fuerte deterioro de su doble d¨¦ficit, exterior y fiscal. Sin embargo, hay analistas que lo ven en positivo y opinan que esta situaci¨®n es una muestra de la fortaleza del motor econ¨®mico estadounidense, mientras se conf¨ªa en que el fen¨®meno de la globalizaci¨®n devuelva el equilibrio.
Para financiar el colosal agujero exterior, EE UU necesitar¨ªa captar capital extranjero por un valor de 1.824 millones de d¨®lares diarios
La degradaci¨®n de la balanza de pagos de EE UU se ve con preocupaci¨®n desde el exterior, ante el temor de que sea un problema estructural. El d¨¦ficit por cuenta corriente estadounidense lleg¨® hasta los 187.900 millones de d¨®lares durante el cuarto trimestre de 2004, el ¨²ltimo dato estad¨ªstico disponible. Para el conjunto del a?o, el agujero equival¨ªa a 665.900 millones de d¨®lares, 135.200 millones m¨¢s que en 2003. Esto equivale a un 5,7% del PIB o, lo que es lo mismo, a gastar casi seis puntos porcentuales m¨¢s de lo que se produce, como indican desde Economic Policy Institute (EPI).
Para financiar ese colosal agujero, la econom¨ªa estadounidense necesitar¨ªa captar capital extranjero por un valor de 1.824 millones de d¨®lares diarios, si quiere mantener estable el valor del d¨®lar y prevenir subidas de tipos de inter¨¦s m¨¢s pronunciadas que el cuarto de punto seguido hasta ahora por la Reserva Federal (Fed). Una situaci¨®n que no es sostenible, seg¨²n los expertos del EPI, mientras ponen de relieve que el debilitamiento del d¨®lar se est¨¢ mostrando insuficiente para contener esta erosi¨®n.
La Casa Blanca confiaba en que la depreciaci¨®n del d¨®lar diera alas a sus exportaciones, para hacerlas m¨¢s competitivas en el mercado internacional. La misma estrategia que utiliza China y que tanto se critica Washington. Los datos oficiales muestran, de hecho, un m¨¢ximo del lado de las ventas estadounidenses en el extranjero. Pero su incremento es muy lento, de apenas una d¨¦cima, frente al 1,6% de incremento en las importaciones. Esto est¨¢ provocando que un mes tras otro el d¨¦ficit comercial de EE UU bata su propio r¨¦cord, que en febrero alcanz¨® los 61.040 millones de d¨®lares.
Lastre para el crecimiento
"La respuesta a la debilidad del d¨®lar est¨¢ siendo floja", se?alan los analistas del banco de inversiones Goldman Sachs, mientras califican los ¨²ltimos datos comerciales como decepcionantes. UBS calcula que este empeoramiento "restar¨¢ 1,5 puntos al crecimiento del primer trimestre".
El presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, sin embargo, no se muestra muy preocupado con los n¨²meros rojos en la balanza por cuenta corriente de EE UU, porque asegura que se encargar¨¢ de corregirla el mercado global. Es m¨¢s, entre su entorno se?alan que el alto nivel de las importaciones refleja la fortaleza de la econom¨ªa de EE UU, y la t¨ªmida evoluci¨®n de la exportaciones la debilidad de Europa y Jap¨®n. "El resto del mundo sigue viendo a EE UU como la m¨¢quina del crecimiento", se?alan desde Goldman Sachs.
Desde UBS apoyan la misma tesis. "Gran parte de la fortaleza de las importaciones es el reflejo de una demanda robusta en EE UU m¨¢s que de una mayor penetraci¨®n de los productos extranjeros". El Banco Mundial, por su parte, conf¨ªa en que el d¨¦ficit exterior de EE UU se reduzca hasta el 5,3% del PIB para el a?o 2007, gracias al repunte de la actividad econ¨®mica global, a la subida de tipos de inter¨¦s y a la contenci¨®n del gasto p¨²blico. Pero la correcci¨®n de un d¨¦ficit exterior superior al 4% se ha hecho algunas veces de una forma m¨¢s traum¨¢tica, v¨ªa bruscos saltos en el tipo de cambio o con un alza de los tipos de inter¨¦s mayor de la prevista.
Como se?alan desde Wall Street, esta fijaci¨®n en ver en EE UU el motor mundial perder¨¢ fuerza conforme los tipos de inter¨¦s vayan tomando cuerpo y acerc¨¢ndose a una situaci¨®n neutral. El horizonte no est¨¢ exento de riesgos, entre los que destacan el temor a un repunte en el precio del petr¨®leo, un mayor debilitamiento del d¨®lar y el consiguiente repunte de la inflaci¨®n. Y todo aderezado con la continua degradaci¨®n de las cuentas p¨²blicas estadounidense. Y ah¨ª es donde la Reserva Federal activa todas las alertas, con la vista puesta en la ola de jubilaciones entre la generaci¨®n del babyboom en 2008, por su efecto en el sistema de salud y de pensiones.
En marzo, el Gobierno estadounidense gast¨® 71.200 millones de d¨®lares m¨¢s de los que recaud¨®, por lo que el d¨¦ficit federal a medio camino del ejercicio fiscal de 2005 -concluye en septiembre- se eleva ya a 294.700 millones. Es una cifra inferior a los 301.400 millones que se computaron en el mismo periodo del ejercicio anterior, gracias a una mayor recaudaci¨®n de impuestos. Los analistas de UBS advierten, sin embargo, de que el d¨¦ficit est¨¢ en l¨ªnea para situarse cerca de los 413.000 millones con los que se cerr¨® el ejercicio 2004.
El d¨¦ficit acumulado durante los ¨²ltimos 12 meses fue de 406.000 millones, apenas 1.000 millones de diferencia con el mismo periodo del a?o anterior. "Los desembolsos siguen creciendo tan r¨¢pido que incluso con un s¨®lido aumento de los ingresos no servir¨¢ para mellar el d¨¦ficit", remachan. A partir de todos esto, en Wall Street se muestra preocupaci¨®n por c¨®mo EE UU va a financiar sus d¨¦ficit. "Que China reeval¨²e su divisa o no, no ayudar¨¢ a solucionar los desequilibrios", indican los analistas. Por eso, los agentes del mercado de divisas no creen que el d¨®lar est¨¦ listo "para dar la vuelta a la esquina" y empiece a apreciarse de forma sostenida.
El tir¨®n de las empresas
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pide a Washington que empiece por corregir su d¨¦ficit p¨²blico y anime a fomentar el ahorro privado, mientras se pide al resto de las econom¨ªas del planeta que adopten medidas para estimular su demanda interna y el crecimiento, para que EE UU no sea la ¨²nica potencia que tire del carro del crecimiento.
Pero hay visiones m¨¢s optimistas. En un reciente estudio elaborado por la consultora McKinsey se argumenta que la situaci¨®n econ¨®mica no es tan dram¨¢tica; y explica adem¨¢s que una tercera parte del incremento del d¨¦ficit exterior de EE UU se debe a la expansi¨®n de las corporaciones estadounidenses. Es decir, al comercio de las empresas estadounidenses con sus propias filiales extranjeras. Por eso aconseja que cambie el m¨¦todo de c¨¢lculo de la balanza comercial para reflejar esta situaci¨®n. Otra cosas bien diferente es que los ingresos sean repatriados en EE UU.
La recuperaci¨®n mundial pende de dos hilos... al menos
Las alarmas llegan desde el Fondo Monetario Internacional (FMI). El informe de primavera de la instituci¨®n que dirige Rodrigo Rato advierte que la recuperaci¨®n econ¨®mica mundial (4,3% de previsi¨®n para este a?o, pero inferior al m¨¢s del 5% que esperaba el Fondo en informes anteriores)no puede seguir bas¨¢ndose ¨²nica y exclusivamente en la econom¨ªa estadounidense; debe consolidarse con la vuelta a tasas notables de crecimiento en Europa y Jap¨®n. El problema es que en ninguna de ambas ¨¢reas econ¨®micas parece inminente la ansiada recuperaci¨®n. Al Fondo le asiste la raz¨®n macroecon¨®mica, puesto que el crecimiento estadounidense tambi¨¦n pende de un hilo. Exactamente del hilo que une los desaforados d¨¦ficit exterior y presupuestario con la debilidad del d¨®lar y la debilidad para crear empleo.
Ahora bien, el Fondo ha unido la debilidad de la recuperaci¨®n mundial con una carga de profundidad contra el Estado del bienestar europeo. Asegura el jefe de los economistas de la instituci¨®n, Rhaguram Rajan, que con las tasas actuales de crecimiento tendencial (en torno al 1,6% y sin expectativas de mejora) Europa no puede permitirse el Estado del bienestar.
El principal accionista del FMI es Estados Unidos. Debe ser una mera coincidencia que suscite ahora la cuesti¨®n de las redes de protecci¨®n social en Europa, precisamente cuando Gerge W. Bush tiene problemas pol¨ªticos para que la opini¨®n p¨²blica, el Congreso y el Senado acepten sin m¨¢s su plan de recorte de la Seguridad Social. ?No deber¨ªa resolver antes George Bush sus dos problemas mayores -los d¨¦ficit- antes de romper un sistema de protecci¨®n que no es un obst¨¢culo para la econom¨ªa?
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