Dudas para calmar
El 'caso Legan¨¦s' provoca miedo entre los m¨¦dicos y desconfianza en los pacientes
Asamblea del Colegio de M¨¦dicos de Madrid. 6 de abril. Un hombre se levanta, se presenta como facultativo de medicina interna del hospital Severo Ochoa de Legan¨¦s y dice: "Los pacientes tienen miedo a cada seguril [un diur¨¦tico] y a cada medicamento que les ponemos. M¨¦dicos y enfermeras tienen miedo a quitar el dolor".
?Qu¨¦ ocurrir¨¢ despu¨¦s del caso Legan¨¦s, en el que se ha destituido a la c¨²pula del hospital Severo Ochoa de esta localidad madrile?a por realizar sedaciones irregulares a enfermos terminales? ?Habr¨¢ que presentar un formulario al paciente hasta para ponerle un suero? ?Mirar¨¢n los m¨¦dicos hacia otro lado cuando un enfermo se ahogue en sus ¨²ltimas horas por miedo a ser denunciados? De momento, algunos pacientes desconf¨ªan. Sus familiares, tambi¨¦n. Y los m¨¦dicos dudan. Empiezan a plantearse actuar a la defensiva. Anotan m¨¢s. Y todos los facultativos consultados se quejan de lo mismo: de que no disponen de informaci¨®n oficial, que lo que saben lo saben por los medios de comunicaci¨®n. Y todos, que trabajan en la sanidad p¨²blica y la apoyan, desean que se aclaren los hechos cuanto antes.
"Veo 60 enfermos en cuatro horas y no anoto todo, no tengo ni cinco minutos para cada uno"
El caso se habla en la calle y en los pasillos en los hospitales. Los m¨¦dicos tienen miedo. Tambi¨¦n a identificarse. "Yo veo 60 enfermos en cuatro horas", dice una suplente de 33 a?os que trabaja en un centro de salud de Madrid y que no revela su nombre por temor a represalias laborales, "y no anoto todas las cosas en la historia porque no dispongo ni de cinco minutos por paciente. El problema es el de siempre. La saturaci¨®n. Esto ha pasado porque los m¨¦dicos de Legan¨¦s no se han plantado ante la presi¨®n asistencial. El caso es que la sanidad p¨²blica funciona por la gente, porque lo asumes todo". "Trabajamos a destajo. Hoy [por el viernes] s¨®lo he parado cinco minutos, entre las ocho y cuarto y las dos de la tarde", dice la m¨¦dica de familia Carmen Gonz¨¢lez, que trabaja en un centro de salud de M¨¢laga y pertenece a la Plataforma 10 Minutos, desde la que centenares de facultativos pelean por mejorar sus condiciones y disponer, al menos, de 10 minutos por paciente. "Un enfermo entr¨® en la consulta y me dijo que el d¨ªa anterior se hab¨ªa encontrado mal pero que hab¨ªa preferido esperar al d¨ªa siguiente. 'Es que con lo que est¨¢ pasando en las Urgencias, doctora'..., me explic¨®".
Guillermo Sierra, presidente (desde ayer saliente) de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial, dice: "Hay que pedir a los pol¨ªticos que pongan a disposici¨®n de los m¨¦dicos m¨¢s medios. Ya sabemos que no hay que sedar en Urgencias, pero si el sistema est¨¢ saturado, ?qu¨¦ hacemos? Hacemos lo que podemos. Cuando ocurre algo como lo de Legan¨¦s, el problema no es de los m¨¦dicos, es del gerente".
El efecto Legan¨¦s ha empapado todos los territorios m¨¦dicos, y en especial aquellos que afrontan diariamente la muerte: los sanitarios que trabajan en Urgencias, quienes aplican cuidados paliativos, los geriatras y los onc¨®logos.
"Hoy [por el mi¨¦rcoles pasado] me han comunicado que en varios hospitales, ni en uno ni en dos, ha disminuido el consumo de morfina", advierte Antonio Ant¨®n, presidente de la Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa M¨¦dica (SEOE). "Y nos llegan comentarios de compa?eros diciendo que hay crispaci¨®n. Lo que nos trasmiten es intranquilidad. Dudan. Se preguntan si hacen bien solicitando tan s¨®lo un consentimiento verbal para la sedaci¨®n. Y ante la duda, el que acaba perdiendo es el paciente y eso no puede ser".
?Qu¨¦ hacer cuando, seg¨²n datos de la propia SEOE, cuatro de cada cinco pacientes que necesitan cuidados paliativos son enfermos de c¨¢ncer? Esta sociedad cient¨ªfica debate la conveniencia o no de generalizar el permiso por escrito (el llamado "consentimiento informado"), una de las f¨®rmulas que, menos frecuentemente, usa el m¨¦dico que ha de aplicar una sedaci¨®n a un paciente. "Presentar un papel para la firma al hijo de una persona que est¨¢ agonizando es muy traum¨¢tico", reflexiona Ant¨®n. "Son cuestiones muy delicadas de plantear, la verdad. En general se utiliza el consentimiento oral del paciente o de la familia".
Ant¨®n, como presidente de la SEOE, adem¨¢s de los responsables de las sociedades de Cuidados Paliativos (SECPAL), Geriatr¨ªa y Gerontolog¨ªa (SEGG) y Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) ha firmado un comunicado para "evitar el descr¨¦dito injustificado de los profesionales y del sistema sanitario". Reclaman valoraci¨®n de lo sucedido por un grupo independiente y exigen un compromiso para generar consenso y resolver la situaci¨®n.
El presidente de SEMES, Luis Jim¨¦nez, dice que "hay m¨¦dicos que tienen miedo hasta de poner un sedante para quitar el dolor o que tienen dudas sobre si hay que pedir permiso para administrar analg¨¦sicos en un c¨®lico nefr¨ªtico". Un onc¨®logo de un hospital de la capital a?ade: "Hay compa?eros que a la hora de plantearse una sedaci¨®n terminal, se paran a pensar en ellos mismos antes que en el enfermo". Otra fuente m¨¦dica conocedora del colectivo afirma: "Hay mucha inquietud, y me consta que se est¨¢ dejando de sedar a pacientes terminales. Se lo piensan mucho. No es igual que antes".
Ant¨®n, el onc¨®logo, subraya que algo parece haberse roto en la relaci¨®n m¨¦dico-enfermo: "Nuestros compa?eros nos dicen que los familiares vienen con las u?as fuera. Que hay un cierto resquemor, cierto nivel de desconfianza. Les recomendamos que no se dejen influir. Que reflejen todo lo que hagan en la historia del paciente".
"Si, hemos comentado qu¨¦ es lo que puede pasar despu¨¦s de este asunto", dice Isidoro Rup¨¦rez, jefe de Geriatr¨ªa del Hospital de Cruz Roja de Madrid, "y creo que nada va a cambiar; los buenos equipos van a seguir hablando con el enfermo que se enfrenta a la muerte y van a pactar con ¨¦l y con su familia. En modo alguno un paciente que se ahoga o con agitaci¨®n va a tener que soportarlo". A diario, Rup¨¦rez y su equipo se enfrentan a la tarea de tener que sedar a sus enfermos. La media de edad de los 1.000 que atienden anualmente es de 85 a?os. Cien de ellos morir¨¢n.
La Sociedad Espa?ola de Cuidados Paliativos se ha planteado intensificar la formaci¨®n a los m¨¦dicos que aplican sedaci¨®n, dice Antonio Pascual, director de la unidad del hospital San Pablo de Barcelona. "Los colegas est¨¢n preocupados. Preguntan si lo que est¨¢n haciendo es correcto, consultan datos, dosis, f¨¢rmacos, la informaci¨®n a los pacientes..."
"Ahora cumples al m¨¢ximo con la burocracia, no sea que un d¨ªa te investiguen. Anotas cada detalle en la historia si tienes que practicar una sedaci¨®n. Apuntas el porqu¨¦, la dosis, la forma en que has pedido el consentimiento, todo", conf¨ªa un facultativo de un gran hospital de Madrid. "Todos queremos que esto se aclare cuanto antes. Es una herida abierta en la sanidad p¨²blica. A ver c¨®mo la cerramos".
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