Un fallo judicial que cierra las heridas abiertas

Eduardo Zaplana recibi¨® el pasado d¨ªa 16 de marzo el respaldo del Tribunal Constitucional, que avala la creaci¨®n de la Universidad Miguel Hern¨¢ndez de Elche. La batalla judicial y la defensa en los tribunales del principio de autonom¨ªa universitaria que recoge la Constituci¨®n comenz¨® en 1997 cuando 119 diputados socialistas presentaron un recurso de inconstitucionalidad contra la segregaci¨®n forzosa de centros de la Universidad de Alicante. Ocho a?os m¨¢s tarde el recurso ha sido desestimado, aunque con el voto particular de dos de ellos que discrepan de la decisi¨®n final al entender que deber¨ªan haber consultado a la Universidad afectada.

La sentencia, en s¨ªntesis, seg¨²n explic¨® un experto constitucinalista, se fundamenta en que la Generalitat readscribi¨® centros y facultades a la nueva Universidad y no "suprimi¨®" ninguno. Tanto la LRU, vigente en la ¨¦poca, como la LOU actual, contemplan que para suprimir alg¨²n centro se debe dar audiencia a la instituci¨®n afectada. Los magistrados del Alto Tribunal entienden que aunque la decisi¨®n del Consell fue "v¨¢lida" aunque "no fue ¨®ptima" ya que, a su juicio, quiebra el principio de lealtad institucional que debe regir la relaci¨®n entre las distintas Administraciones. El Constitucional agrega que la decisi¨®n no puede decirse que fuera "arbitraria ni irracional" aunque s¨ª "discutible", pero insiste en que no se vulner¨® la autonom¨ªa universitaria ya que ¨¦sta no incluye el derecho de las universidades a contar con unos u otros centros. Esta misi¨®n corresponde al Estado o al Gobierno de la Comunidad Aut¨®noma.

El ex rector Andr¨¦s Pedre?o, con el respaldo un¨¢nime del resto de rectores espa?oles, entendi¨® que esta segregaci¨®n vulneraba el principio de autonom¨ªa universitaria. La sentencia rechaza como "carente de cualquier fundamentaci¨®n argumentativa" la acusaci¨®n de que la medida de segregar centros se adopt¨® como "castigo".

En el campus de Sant Vicent del Raspeig esta sentencia cay¨® c¨®mo un jarro de agua fr¨ªa. Todos reconc¨ªan que el Constitucional no les pod¨ªa dar la raz¨®n en firme, puesto que el da?o de la segreaci¨®n es irreversible y que Medicina volviera Alicante ahora tendr¨ªa unas consecuencias incalculabres. Sin embargo, confiaban en que el Alto Tribunal reconociera al menos que se vulner¨® la autonom¨ªa universitaria y que el Consell deber¨ªa haber dado audiencia a la universidad afectada. Ahora en el campus todos "acatan" pero no "comparten" el sentido de la sentencia, y conf¨ªan que el tiempo vaya cerrando la brecha abierta entre las dos instituciones acad¨¦micas y se camine hacia la normalidad institucional.