La coalici¨®n PNV-EA cede cuatro esca?os al perder el apoyo de m¨¢s de 140.000 votantes
ISABEL C. MART?NEZ / CARLOS E CU?
La coalici¨®n nacionalista PNV-EA sufri¨® ayer un severo rev¨¦s al perder m¨¢s de cuatro puntos sobre sus resultados de 2001 y quedarse sin cuatro de sus 33 esca?os en la C¨¢mara vasca. El proyecto del lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, y su Gobierno tripartito, incluso la posibilidad de seguir gobernando con esa f¨®rmula, quedan as¨ª seriamente comprometidos, ya que ni siquiera con el apoyo de Ezker Batua lograr¨¢ alcanzar, no ya la mayor¨ªa absoluta, cifrada en 38 esca?os, sino ni siquiera los 36 esca?os que obtuvo en 2001. El resultado pone en cuesti¨®n la misma utilidad y pervivencia de la coalici¨®n.
El candidato a lehendakari de la coalici¨®n, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, parece haber sufrido en esta ocasi¨®n el efecto del que consider¨® v¨ªctimas a sus oponentes constitucionalistas en 2001. Entonces, en el cierre de la campa?a, les augur¨® la derrota por haberse "pasado de vueltas" hasta provocar una reacci¨®n contraria a la que deseaban.
Su persistencia en el plan de libre asociaci¨®n parece haber merecido esta vez esa misma consideraci¨®n en una buena parte del electorado al que apelaba. El fracaso de la coalici¨®n con su apuesta por el plan soberanista de Ibarretxe resulta inapelable, pese a haber conservado la posici¨®n de candidatura m¨¢s votada en el conjunto de Euskadi y tambi¨¦n en los tres territorios. ?sta fue la condici¨®n que resalt¨® y en la que se apoy¨® Ibarretxe en su comparecencia de anoche, para afirmar que la coalici¨®n seguir¨¢ liderando Euskadi.
Lejos de reconocer un par¨®n en su estrategia, y a pesar de que no se refiri¨® a su plan, insisti¨® en que hoy mismo llamar¨¢ a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero a las 8.00 para "elaborar una hoja de ruta para negociar y decidir entre todos, aqu¨ª en Euskadi". No quiso siquiera apuntar las claves de su posible Gobierno. Se limit¨® a se?alar: "Tendremos que buscar entre todos los que estamos en el Parlamento las soluciones. Ya no se pueden echar balones fuera. No podemos esperar m¨¢s". Mientras, unos pocos gritaban "independencia" y los m¨¢s "ari, ari, ari, Ibarretxe lehendakari" con caras largas.
Los resultados dejan seriamente tocado el liderazgo de su candidato a lehendakari. S¨®lo el recurso a los votos de EHAK o un giro hacia los socialistas, previa renuncia a su proyecto soberanista, permite su continuidad. Se puede hablar sin duda del peor momento del nacionalismo gobernante, excepci¨®n hecha de las elecciones de 1987, tras la escisi¨®n de lo que ahora es Eusko Alkartasuna. La coalici¨®n ha experimentado su mayor p¨¦rdida en el territorio m¨¢s radicalmente nacionalista, Guip¨²zcoa, donde ha retrocedido m¨¢s de seis puntos, desde el 44,5%, hasta el 38,1%, y 56.000 votos, probablemente porque tambi¨¦n fue all¨ª donde m¨¢s sufragios arrebat¨® en 2001 a Batasuna.
En Vizcaya y ?lava su p¨¦rdida ha sido m¨¢s matizada, pero clara tambi¨¦n, por encima de los tres puntos en ambos casos, y de m¨¢s de 71.000 y de 13.000 votos. Los esca?os perdidos se sit¨²an dos en Guip¨²zcoa, uno en Vizcaya y otro en ?lava. Las tres capitales y los principales n¨²cleos urbanos han tenido el mismo comportamiento y la coalici¨®n ha bajado seis puntos en San Sebasti¨¢n, m¨¢s de tres en Vitoria y casi ese mismo porcentaje en su feudo de Bilbao, donde siempre ha conservado la alcald¨ªa.
La bajada en la participaci¨®n desde la excepcionalidad de 2001 -tradicionalmente perjudicial en las elecciones auton¨®micas para los partidos constitucionalistas- ha tenido esta vez tambi¨¦n su efecto en las filas del nacionalismo gobernante. Ahora parece que se han confirmado las dudas, mostradas encuesta tras encuesta, sobre si repetir¨ªa su voto el 27% del electorado que dio su confianza a la coalici¨®n PNV-EA en 2001.
La coalici¨®n PNV-EA ha quedado muy lejos de la mayor¨ªa absoluta a la que comenz¨® aspirando al abrir la campa?a, pidiendo una marea de votos. Ayer las palabras "marea" y "clamor", que han dominado la campa?a, desaparecieron de su discurso.
Ibarretxe contaba con la no presencia en las urnas de la ilegalizada Batasuna, que obtuvo siete esca?os en 2001. La campa?a la cerr¨®, sin embargo, haciendo expl¨ªcita su aspiraci¨®n de obtener s¨®lo "un esca?o m¨¢s" que la suma entre el PSE-EE y el PP. Su p¨¦rdida se ha cifrado en 140.349 votos sobre los 604.000 obtenidos entonces, con una participaci¨®n de once puntos menos.
El resultado es claramente insuficiente para los prop¨®sitos de la coalici¨®n e incluso arriesgado para la conservaci¨®n del entendimiento entre ambos partidos, que, como en 2001, se separar¨¢n de inmediato en dos grupos parlamentarios.
En el seno del PNV entrar¨¢n previsiblemente en juego las fuerzas en tensi¨®n de quienes han seguido con m¨¢s dudas la arriesgada apuesta de Ibarretxe, aglutinados en torno al presidente de su ejecutiva, Josu Jon Imaz, y los m¨¢s fervientes partidarios de la opci¨®n soberanista, encabezados por Joseba Egibar, y colocados ahora en una situaci¨®n de mayor debilidad.
La situaci¨®n que dibujan los resultados limitar¨¢ en buena medida el liderazgo de Ibarretxe en el terreno interno y dar¨¢ m¨¢s juego al sector mayoritario en la ejecutiva nacionalista y al presidente del partido, Josu Jon Imaz, cuya contestaci¨®n interna hubo ocasi¨®n de medir en la oposici¨®n que encontr¨® a su apuesta por el s¨ª a la Constituci¨®n Europea. El contenido de su larga conversaci¨®n "discreta" con el presidente del Gobierno el oto?o pasado sigue perteneciendo a¨²n al terreno de la inc¨®gnita.
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