Absoluciones de libro
La Audiencia exculpa a dos condenados inicialmente por faltas de violencia dom¨¦stica
La juez decana de Barcelona, Maria Sanahuja, afirm¨® hace meses, y sus compa?eros lo ratificaron despu¨¦s, que los juzgados se estaban saturando por denuncias de casos leves de malos tratos que no deber¨ªan acabar en el juzgado de guardia. "Es como si las urgencias de los hospitales se llenasen por resfriados", dijo, a modo de met¨¢fora, y se gener¨® una gran pol¨¦mica. La Audiencia de Barcelona dict¨® ayer dos de esas sentencias por casos de faltas -el equivalente en la justicia a un resfriado en la sanidad- y absolvi¨® a un hombre y una mujer condenados inicialmente.
En el caso de Antonia R. F., fue el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 3 de Vic el que la conden¨® el pasado octubre por una falta de coacciones, cometida cuando se encontr¨® a un hijo suyo en el parque y le dio un beso. Quien la denunci¨® fue la actual compa?era sentimental del padre, que es quien tiene asignada la guardia y custodia porque la madre atraviesa problemas psicol¨®gicos.
"No pueden solucionarse todos los conflictos bajo la perspectiva de la sanci¨®n penal. Ni hablar", dice ahora la sentencia de la Secci¨®n Octava de la Audiencia, en la que se cuestiona "la legitimaci¨®n de la denunciante para reclamar por una guarda que legalmente no posee". El tribunal apela al "inter¨¦s superior de los menores" y precisa que "no parece l¨®gico ni prudente que se pretendan penalizar contactos concretos y espor¨¢dicos". Y a?ade: "Rechazar la posibilidad de un mero saludo, por efusivo que pueda resultar, entre cualquier progenitor y sus hijos en un lugar p¨²blico es tanto como forzar a ¨¦stos a negar la relaci¨®n parentofilial p¨²blicamente".
En el caso de Javier R. C., fue el Juzgado de lo Penal 19 de Barcelona el que le conden¨® por una falta de vejaci¨®n injusta a dos fines de semana de arresto y a no acercarse a su ex mujer a menos de 1.000 metros durante un mes. En una bronca de la pareja antes de separarse y ante un mosso d'esquadra ¨¦l le dijo a ella: "Yo quiero a una mujer que me haga la faena y me ponga de comer".
Ahora, la Secci¨®n S¨¦ptima admite que "debe aceptarse que no es adecuado y es de mal gusto la expresi¨®n proferida" por el hombre, pero coincide con el otro tribunal en que el derecho penal no ha de entrar en ese terreno. Dicen los jueces que el hombre "expres¨® un mero deseo gen¨¦rico" amparado por su derecho constitucional a la libertad de expresi¨®n, y que no atent¨® contra la dignidad de la v¨ªctima. En todo caso, ah¨ª est¨¢ la v¨ªa civil para pleitear, sugiere la Audiencia, pero no la penal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.