Los narcos disparan a la prensa
Dos periodistas mexicanos han sido asesinados a tiros y otro ha desaparecido
En una semana tres periodistas han sido v¨ªctimas de los zarpazos del crimen organizado en distintos Estados de M¨¦xico. Los tres hab¨ªan denunciado a trav¨¦s de los medios la actuaci¨®n de carteles de narcotraficantes y de redes de corrupci¨®n. El 2 de abril, el reportero Alfredo Jim¨¦nez Mota, de 25 a?os, especializado en temas de seguridad p¨²blica y drogas, desapareci¨® sin dejar rastro. Trabajaba en la ciudad de Hermosillo (Estado de Sonora) para el diario El Imparcial. Tres d¨ªas despu¨¦s, un pistolero dispar¨® en nueve ocasiones a la periodista Guadalupe Garc¨ªa Escamilla, de Radio Est¨¦reo 91, en Nuevo Laredo (Tamaulipas). Falleci¨® el pasado fin de semana en el hospital donde hab¨ªa sido internada. El 8 de abril, Ra¨²l Gibb Guerrero, director y propietario del diario La Opini¨®n de Poza Rica (Veracruz), fue acribillado mientras conduc¨ªa su camioneta. Cuatro sicarios lo interceptaron entrada la noche cuando llegaba a su domicilio. Es el quinto periodista asesinado en menos de un a?o. Otros ocho informadores corrieron mejor suerte en lo que va de 2005 y s¨®lo sufrieron atentados fallidos, agresiones f¨ªsicas, amenazas de muerte o simples insultos.
La C¨¢mara de Diputados mexicana ha pedido al presidente Vicente Fox medidas efectivas para la protecci¨®n de los periodistas y una investigaci¨®n eficaz sobre los atentados recientes. La Unesco, por boca de su director general, Koichiro Matsuura, ha calificado el asesinato de Ra¨²l Gibb de "grave ataque a la libertad de prensa y de expresi¨®n", y organizaciones oficiales, como la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos (CNDH), y no gubernamentales, como Amnist¨ªa Internacional y Reporteros sin Fronteras, advierten de que las condiciones de trabajo de los periodistas se han deteriorado en M¨¦xico.
La investigaci¨®n period¨ªstica es una actividad de alto riesgo desde hace tiempo en aquellos Estados donde operan los carteles de la droga. Mientras los pa¨ªses desarrollados debaten sobre las amenazas y los l¨ªmites a la libertad de prensa, en otras zonas del mundo el periodismo es una cuesti¨®n de vida o muerte. Hace dos semanas que el joven periodista Alfredo Jim¨¦nez est¨¢ en paradero desconocido. Una treintena de colegas de distintos medios de Sonora acudieron el mi¨¦rcoles a las oficinas de la Procurador¨ªa (Fiscal¨ªa) General de la Rep¨²blica (PGR) para exigir que se agilicen las investigaciones. Los padres del reportero entregaron una carta al gobernador del Estado, Eduardo Bours Castelo, en la que exigen mayor compromiso de parte de las autoridades en las investigaciones.
Nadie se ha puesto en contacto con la familia ni se ha atribuido secuestro alguno. "No hemos encontrado un solo testigo que nos diga c¨®mo desapareci¨® Alfredo", explica Jorge Morales, subdirector editorial de El Imparcial. Alfredo Jim¨¦nez sab¨ªa mucho de los tent¨¢culos del narcotr¨¢fico y public¨® "cosas muy fuertes de la PGR", dice el subdirector del diario. En sus art¨ªculos m¨¢s recientes revel¨® supuestos planes de narcotraficantes para asesinar a funcionarios p¨²blicos, as¨ª como v¨ªnculos de la polic¨ªa local con grupos delictivos. El delegado de la fiscal¨ªa ha reconocido que el ministerio p¨²blico federal cit¨® al periodista para pedirle explicaciones sobre la presunta violaci¨®n de un expediente.
Los ataques a periodistas se enmarcan en la escalada de violencia que han desencadenado las bandas de narcotraficantes en respuesta a los duros golpes que han recibido estos ¨²ltimos a?os. Un informe de la Procuradur¨ªa se?ala que 15 grandes jefes, 39 financieros, 64 lugartenientes y 185 sicarios est¨¢n presos. Seg¨²n esta informaci¨®n, en el vac¨ªo de poder que impera hoy en el narcotr¨¢fico mexicano, los distintos jefes tratan de imponer su autoridad incluso desde la c¨¢rcel. En este fuego cruzado, los periodistas se han convertido en un adversario que conviene acallar.
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