Dennis Lehane explora las fronteras de la locura en la novela 'Shutter island'
"He querido que el lector se sienta como drogado", dice el autor de 'Mystic river'
Dennis Lehane (Dorchester, Massachusetts, EE UU, 1966) se adentra en Shutter island (RBA) en un mundo escalofriante: el del tratamiento y experimentaci¨®n con enfermos mentales con antecedentes penales. El autor de Mystic river se aleja de la ciudad de Boston, escenario de todas sus novelas, y sit¨²a la acci¨®n en una isla, casi arrasada por un hurac¨¢n, durante cuatro d¨ªas de septiembre de 1954. A ella llega un agente federal, Teddy Daniels, para investigar la extra?a desaparici¨®n de una presa. Pero, en realidad, Daniels busca algo m¨¢s.
Existen rumores de que en ese hospital penitenciario se trata a los presos con narcol¨¦pticos, que se practican lobotom¨ªas y de que la mayor parte de su financiaci¨®n procede de un fondo creado por el Comit¨¦ de Actividades Antiamericanas. Se menciona el macartismo. Son tiempos de la guerra fr¨ªa. "La primera regla de un escritor es que no debe explicar el trasfondo de una novela", afirm¨® Lehane durante la presentaci¨®n de la obra. "Como pista puedo decir que las narraciones nunca tienen que ver con la ¨¦poca en que suceden, sino en que se escriben. Ahora bien, si lo que preguntan es si existen similitudes entre los Estados Unidos de 1954 y los de ahora, les dir¨¦ que no andan desencaminados".
Pronto el lector se encuentra entre aguas tan pantanosas como las de la isla, inseguro, con una sensaci¨®n de peligro inminente. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando realmente? ?Qui¨¦nes son los locos y qui¨¦nes los cuerdos? "?sa es la intenci¨®n, que el lector se sienta tambi¨¦n drogado".
Shutter island es otra vuelta de tuerca en su narrativa. Juega con el lector y busca su complicidad. La sorpresa final es may¨²scula, aunque tambi¨¦n es cierto que da pistas a lo largo de la novela. Es una construcci¨®n de riesgo, pero atractiva. "El objetivo es servir a la idea principal de la novela". Y el tema es la delgada frontera que separa la locura de la cordura y los experimentos que se hicieron en Estados Unidos. "Un cr¨ªtico de mi pa¨ªs me acus¨® de hab¨¦rmelo inventado, pero tanto el uso de f¨¢rmacos como las lobotom¨ªas son reales. Los experimentos de la CIA son conocidos, pero me document¨¦ en el Colegio de Psiquiatr¨ªa".
Lehane est¨¢ muy satisfecho de la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de Mystic river, su anterior novela, que signific¨® su salto a la fama. Y eso que al principio no quer¨ªa saber nada de la pel¨ªcula. "Desped¨ª incluso a mi agente de Hollywood, pero cuando me llam¨® mi agente literario para decirme que Clint Eastwood quer¨ªa hablar conmigo, fue otra cosa. En Mystic river intent¨¦ contar todo lo que sab¨ªa sobre violencia. El mundo no es bueno y a veces la violencia es necesaria, pero no es sencillo. Eastwood entendi¨® perfectamente la novela".
Wolfgang Peterson (La tormenta perfecta, Troya) esta interesado en llevar al cine Shutter island. Lehane no lo ve claro. "Se pueden tomar libertades y no me importa, pero esta novela es muy compleja y si le falla una pata se desmorona todo. A no ser que trabajes con alguien como Eastwood es imposible controlar a los estudios".
El escritor, que tuvo varios oficios -descargador, librero, ch¨®fer, consejero sobre malos tratos a la infancia-, se inici¨® en el g¨¦nero negro con una serie, que comenz¨® en 1994, de cinco novelas protagonizadas por una pareja de detectives, Patrick Kenzie y Angela Genaro. En Espa?a se han publicado dos, Desapareci¨® una noche y Plegarias en la noche, ambas en RBA. "Ten¨ªa la idea de Mystic river en la cabeza desde 1993, pero entonces no ten¨ªa la suficiente fortaleza para escribirla. Si hubiera fracasado con ella, habr¨ªa continuado con Kenzie y Genaro hasta que se hubieran hecho viejecitos". Los dos investigadores se sirven de m¨¦todos nada ortodoxos y no desde?an utilizar la violencia. "Los echo de menos. A Kenzie, sobre todo, que me permit¨ªa una voz humor¨ªstica y l¨²dica, pero en la quinta novela dej¨® casi de hablarme. Si vuelven los acoger¨¦. De hecho, me ayudaron a comprar mi primera casa y a amueblarla".
Babelia
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