Los manifestantes mantienen la protesta en las calles tras la ca¨ªda de Guti¨¦rrez

La presi¨®n de decenas de miles de personas en las calles de Quito hizo mella en el ¨¢nimo del presidente ecuatoriano, Lucio Guti¨¦rrez, que anoche abandon¨® el palacio presidencial e intent¨® huir del pa¨ªs, mientras en la capital se produc¨ªan choques entre polic¨ªas y manifestantes. Pero Guti¨¦rrez no lleg¨® muy lejos. A las dos horas, estaba detenido en un cuartel del Ej¨¦rcito, a las afueras de la ciudad.

Antes de la detenci¨®n, el vicepresidente, Alfredo Palacio, hab¨ªa tomado posesi¨®n en el Parlamento como nuevo jefe del Estado. Su primera decisi¨®n fue ordenar el cierre de las fronteras para evitar la salida de Guti¨¦rrez y de otros pol¨ªticos, entre ellos el ex presidente Abdal¨¢ Bucaram, cuyo regreso a Ecuador hace dos semanas sirvi¨® de desencadenante de la crisis.

Antes de abandonar el poder, Guti¨¦rrez, de 48 a?os, hab¨ªa hecho un ¨²ltimo intento de calmar a la poblaci¨®n y hab¨ªa exigido a Bucaram que saliera del pa¨ªs. Pero ya era tarde. Poco antes, el Congreso le hab¨ªa destituido por abandono del cargo. La ca¨ªda era imparable. Guti¨¦rrez huy¨® en helic¨®ptero del palacio presidencial y ten¨ªa previsto viajar a Chile o a Panam¨¢ para pedir asilo pol¨ªtico.

"Jam¨¢s estaremos de acuerdo con los enfrentamientos entre ciudadanos y por eso hemos decidido tomar una decisi¨®n hist¨®rica", anunci¨® el jefe de las Fuerzas Armadas, V¨ªctor Hugo Rosero, al explicar la retirada del apoyo al ya ex presidente, medida que supuso su muerte pol¨ªtica.

"Hoy han terminado la dictadura, la inmoralidad, la prepotencia, el terror y el miedo. Aqu¨ª no va a haber ni perd¨®n ni olvido", anunciaba el nuevo mandatario ante un numeroso grupo de diputados.

Las horas del presidente derrocado estaban contadas. A las 14.20 hora local (21.20 en la Espa?a peninsular), Guti¨¦rrez abandon¨® el palacio presencial.

Mientras el vicepresidente juraba su cargo, en la calle la muchedumbre tomaba la plaza de la Independencia al grito de "?Acabamos con el presidente, ahora vamos por el Congreso!".

Palacio, cardi¨®logo de profesi¨®n, no pertenece a ning¨²n partido y en los ¨²ltimos tiempos se hab¨ªa distanciado de Guti¨¦rrez. El hasta ahora vicepresidente denunci¨® tambi¨¦n la existencia de un "plan diab¨®lico orquestado para desbaratar las instituciones", entre ellas el Ejecutivo y el aparato judicial, si bien no dio m¨¢s detalles.

Decenas de personas acudieron de inmediato al aeropuerto y tomaron las pistas, para impedir que el destituido presidente abandonara el pa¨ªs. Simult¨¢neamente, la fiscal general en funciones, Cecilia Armas, emit¨ªa una orden de detenci¨®n contra Guti¨¦rrez por "el flagrante delito de haber ordenado a las Fuerzas Armadas y a la polic¨ªa reprimir a los manifestantes".

Fue la propia Armas quien, m¨¢s tarde, anunciar¨ªa a la prensa el arresto del ex presidente. Adem¨¢s, la polic¨ªa detuvo a 29 personas acusadas de disparar contra los manifestantes.

Al anochecer, la calma regresaba a Quito, que hab¨ªa amanecido en un clima muy tenso despu¨¦s de que durante la madrugada entre 20.000 y 50.000 personas protagonizaran fuertes enfrentamientos con la polic¨ªa antidisturbios que reprimi¨® violentamente el intento de los manifestantes de llegar hasta el palacio presidencial. Estos enfrentamientos se saldaron con un muerto y 180 heridos, de ellos m¨¢s de 80 por traumatismos producidos por palos y botes de humo que impactaron directamente contra sus cuerpos. El fallecido es un periodista chileno, Julio Garc¨ªa, de 58 a?os, quien muri¨® asfixiado por la acci¨®n de los gases lacrim¨®genos. Horas m¨¢s tarde, en el ministerio de Bienestar Social hubo un tiroteo que cost¨® la vida a dos estudiantes universitarios. Los manifestantes respondieron asaltando, saqueando e incendiando las instalaciones.

Cada vez m¨¢s arrinconado socialmente e incapaz de contener la ola de protestas que exig¨ªa su salida del poder y la convocatoria de elecciones, Guti¨¦rrez organiz¨® una marcha de unos 5.000 ind¨ªgenas tra¨ªdos en autobuses desde el centro del pa¨ªs y a los que se permiti¨® el acceso a la plaza de Santo Domingo. Los movilizados pertenec¨ªan a la Federaci¨®n de Ind¨ªgenas Evang¨¦licos, y desde diversos sectores se advert¨ªa de la posibilidad de que el mandatario ecuatoriano pretendiera introducir el factor religioso en la ya complicada ecuaci¨®n de la crisis pol¨ªtica que vive el pa¨ªs. Adem¨¢s, y para intentar calmar los ¨¢nimos, Guti¨¦rrez exigi¨® al ex presidente Abdal¨¢ Bucaram, alias El Loco, que abandonara el pa¨ªs. Bucaram regres¨® del exilio hace unas semanas, despu¨¦s de que la Justicia anulara su procesamiento por corrupci¨®n.

El alcalde de Quito, Paco Moncayo, opositor a Guti¨¦rrez declar¨® el estado de emergencia en la capital en previsi¨®n de que se desarrollara una batalla campal a las mismas puertas del Palacio de Carondelet, donde vive el presidente de la Rep¨²blica. Sin embargo, en los enfrentamientos que se produjeron en otras zonas de la ciudad coincidieron los movilizados por Guti¨¦rrez y los opositores. Los acontecimientos se precipitaban y el jefe de la polic¨ªa de Quito, Jorge Poveda, dimit¨ªa en desacuerdo con la represi¨®n contra los manifestantes.

Guti¨¦rrez hab¨ªa utilizado una gran violencia para reprimir las manifestaciones y diversas organizaciones denunciaron que los polic¨ªas disparaban botes de humo directamente contra el cuerpo de los manifestantes a pocos metros de distancia. "Hab¨ªa mujeres y ni?os y nos trataron como delincuentes, las Fuerzas Armadas no respetan a nadie", explicaba Hugo Arias, un estudiante presente en la marcha de la madrugada. Seg¨²n datos oficiales, la polic¨ªa hab¨ªa detenido a una cincuentena de personas desde que comenzaron los disturbios y hab¨ªa empleado 1.500 bombas lacrim¨®genas.

Adem¨¢s, bandas de personas llegadas del Este del pa¨ªs a bordo de autom¨®viles tomaron ayer el centro de la ciudad y, ante la pasividad de la polic¨ªa, comenzaron a agredir a viandantes y conductores que llevaban banderas y carteles a favor de la renuncia del Gobierno. Cientos de autobuses llegaron a la capital con ind¨ªgenas que acud¨ªan a apoyar a Guti¨¦rrez, algunos gritaban "?Presidente Guti¨¦rrez h¨¢gase dictador!", pero muchos confesaban simplemente no saber porqu¨¦ estaban ah¨ª. Desde primera hora de la ma?ana grupos de manifestantes marchaban por las principales arterias de la capital. El grito de "que se vayan todos", coreado durante la crisis argentina de 2001 ha encontrado otro vivero en Ecuador, donde la sociedad se considera traicionada por la clase pol¨ªtica.