General Motors: el fracaso de un modelo
TONY BLAIR, que se presenta a las elecciones del 5 de mayo presumiendo de coyuntura econ¨®mica, se enfrenta a las mismas con un problema endemoniado: MG Rover, el ¨²nico fabricante de autom¨®viles brit¨¢nico, est¨¢ en trance de liquidaci¨®n o de ser vendido a un competidor extranjero. Si as¨ª ocurriese, Reino Unido y Canad¨¢ ser¨ªan los ¨²nicos pa¨ªses del G-7 que no cuentan con industrias automovil¨ªsticas aut¨®ctonas.
Las dificultades de MG Rover no son ¨²nicas en ese sector, ni siquiera las m¨¢s importantes. ?stas se encuentran en EE UU. Detroit, la patria de la industria americana, se encuentra de luto. En 1998 sufri¨® el primer asalto de esta ¨²ltima etapa, cuando Chrysler -uno de los tres grandes fabricantes mundiales, junto a General Motors (GM) y Ford- fue adquirido por el consorcio alem¨¢n Daimler. Desde entonces, en vez de las tres grandes automovil¨ªsticas estadounidenses se habla de dos grandes y media. Se dice que la crisis visita a un fabricante de coches de Detroit al menos una vez por d¨¦cada. Esta vez parece haberle tocado al fabricante n¨²mero uno del mundo, GM.
Detroit se encuentra de luto: General Motors pierde mucho dinero, Ford gana menos y Chrysler pertenece ya a la alemana Daimler. Europeos, japoneses, coreanos y pronto los chinos competir¨¢n en el mercado de EE UU
Hace pocos d¨ªas, su presidente, Rick Wagoner ("el hombre tranquilo de Virginia", que un d¨ªa hubo de sustituir como director de compras al m¨ªtico espa?ol Jos¨¦ Ignacio L¨®pez de Arriort¨²a), anunciaba p¨¦rdidas en GM durante el primer trimestre del a?o por valor de 1.100 millones de d¨®lares, el peor arranque desde 1992, y rehusaba hacer un pron¨®stico sobre las cuenta de resultados de 2005.
Siendo mala la coyuntura, peor son los datos estructurales: p¨¦rdida continua de cuota de mercado en EE UU (desde el 35% en los a?os noventa al 27,2% en 2004), evoluci¨®n negativa de su cotizaci¨®n burs¨¢til (de 92 d¨®lares en 2000 a 26,9 el pasado d¨ªa 19), reestructuraci¨®n de sus filiales en Europa (Opel y Saab) y divorcio con Fiat. El mismo d¨ªa que se anunciaban los resultados de GM, la Bolsa de Mil¨¢n contemplaba un desplome de m¨¢s de un 11% en la cotizaci¨®n de Fiat, su mayor bajada en 19 a?os. El conglomerado italiano, que preside el jefe de la Confindustria (patronal italiana), Luca Cordero de Montezemolo, espera cerrar el a?o con ganancias gracias a un ingreso at¨ªpico: la entrada de 550 millones de euros procedentes de GM, en virtud de un acuerdo en el momento de las negociaciones de fusi¨®n por absorci¨®n de ambas compa?¨ªas. ?Podr¨¢ hacer el dep¨®sito GM, cuando se habla de su bancarrota? Un analista citado en The New York Times describ¨ªa la crisis de GM como semejante a la que hace unos a?os tuvo que afrontar la cadena K-Mart, asfixiada entre la m¨¢s novedosa Target y la m¨¢s econ¨®mica Wal-Mart. "No es ni el fabricante en serie de m¨¢s bajo coste, ni tampoco est¨¢ claramente situado de forma que los valores de la marca justifiquen que los consumidores paguen m¨¢s s¨®lo por tener en su garaje uno de sus modelos. GM est¨¢ atascado en el medio". En definitiva, GM padece parecidos problemas a otros muchos sectores econ¨®micos: costes muy superiores a los de su competencia europea, japonesa, coreana y pronto china (con presencia de coches ultrabaratos en un periodo no superior a los dos a?os).
La circunstancia se amplifica si se comentan las dificultades del otro gran fabricante norteamericano, Ford, que no ha tenido p¨¦rdidas, pero cuyos resultados han sido un 38% inferiores a los del primer trimestre del a?o anterior. De nuevo, la mayor falta de dinamismo se ha producido en el mercado americano, en el que las ventas de sus autom¨®viles han disminuido un 5%. Los beneficios, de 1.210 millones de d¨®lares, no fueron m¨¢s bajos porque la aton¨ªa americana ha sido compensada por m¨¢s ingresos en el ¨¢rea financiera del conglomerado y por su actividad en Europa despu¨¦s de un fuerte ajuste que ha durado dos a?os.
Los expertos a?aden otro problema estructural: estas grandes casas est¨¢n financiando sus coches a coste cero y vendi¨¦ndolos con enormes descuentos, lo que distorsiona el mercado.
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