Aznar y la superioridad moral

En su ¨²ltima intervenci¨®n p¨²blica del 19 de abril, el ex presidente Aznar hizo, entre otras, las siguientes declaraciones: "El centro reformista es la conciencia clara de que las ideas de la libertad son superiores a las ideas del socialismo. Superiores por sus resultados, pero tambi¨¦n moralmente superiores".

La frase es antidemocr¨¢tica en el sentido m¨¢s radical posible: en sus propios fundamentos. La democracia supone aceptar que no hay opciones pol¨ªticas que pueden ser superiores moralmente a otras. Pueden ser m¨¢s eficaces, m¨¢s convenientes en un momento u otro, pero nunca preferibles moralmente. S¨®lo cabr¨ªa hablar de inferioridad moral en aquellas opciones que niegan la democracia y que abogan por el terrorismo o el racismo, por ejemplo. En el resto no habr¨ªa superioridad moral posible, sino si acaso seguidores de esas tendencias pol¨ªticas que individualmente puedan ser mejores moralmente.

Si un programa pol¨ªtico socialista (PSOE) o centro reformista en la denominaci¨®n aznariana (PP) es superior a otro, eso supondr¨ªa que podr¨ªamos hablar de que sus millones de votantes son superiores moralmente a los del otro. Entonces, llamar pepero o socialista a alguien no ser¨ªa lo ¨²nico que leg¨ªtimamente puede ser, una descripci¨®n ausente de valoraci¨®n moral, sino que pasa a convertirse en un insulto.

La democracia supone respetar al otro, aunque sus opciones pol¨ªticas no sean las m¨ªas. No es posible respetarlo si me concept¨²o como mejor a ¨¦l. Supone aceptar tambi¨¦n que mi opci¨®n pol¨ªtica puede estar equivocada y que la rival puede ser superior. Como no sabemos cu¨¢l es la opci¨®n mejor, acudimos a las urnas y votamos.

Un diputado socialista ha ca¨ªdo en un error similar al de Aznar al llamar fachas a sus adversarios en el pleno de las Cortes del d¨ªa 20. Con esos insultos volvemos a tiempos de enfrentamientos (fachas y rojos) que deb¨ªan ser cosas del pasado y que desgraciadamente vuelven a aparecer peri¨®dicamente.