"De ni?a ya pensaba si podr¨ªa tener boda"
Menchu Ram¨ªrez, de 31 a?os, sol¨ªa preguntarse si cuando tuviera edad para hacerlo podr¨ªa casarse con una mujer. No es que le hiciera una especial ilusi¨®n el tema de la boda, como pinta el t¨®pico en las ni?as. Se trataba de algo muy distinto. "Siempre he tenido conciencia de la injusticia desde muy peque?a y ya me planteaba la cuesti¨®n del matrimonio", se?ala, "como cuando luchaba para que mis hermanos hicieran las mismas tareas en casa". Le indignaba no contar ni siquiera con la opci¨®n de ejercer un derecho que ten¨ªa el resto de personas. Si los tr¨¢mites parlamentarios no se tuercen, a partir de este verano lo podr¨¢ hacer. Y se casar¨¢ con Marina Valiente de 33 a?os, a quien conoci¨® en el Col.lectiu Lambda, la asociaci¨®n de lesbianas, gays y transexuales m¨¢s importante de la Comunidad Valenciana.
"El matrimonio te reconoce socialmente como pareja, aunque no deber¨ªa ser as¨ª"
Oficialmente llevan a?o y medio viviendo juntas, aunque su relaci¨®n surgi¨® un a?o antes. "Ella es de Alicante y viv¨ªa sola, por lo que fui yo quien se acopl¨® a su casa", comenta Marina, empleada en Lambda, quien toma las riendas de la conversaci¨®n al principio -"yo soy la menos habladora de las dos", se excusa Menchu-. "Primero pasas una noche, luego un fin de semana, pasa el domingo y sigues en su casa, te llevas el cepillo de dientes y llega un punto que, sin darte cuenta, est¨¢s viviendo con ella".
No recuerdan grandes traumas a la hora de comunicar su orientaci¨®n sexual a su c¨ªrculo m¨¢s pr¨®ximo, "aunque siempre choca y hay que dar tiempo". Incluso en el caso de Marina, que, como ella dice "era heterosexual hasta los 30 a?os y medio". "Tengo que agradecer a mi familia la capacidad que ha demostrado para asimilarlo", relata, "me sorprendi¨® mucho la mentalidad tan abierta que demostr¨® mi padre, de 72 a?os". Llegaron a Valencia de un pueblo de Ciudad Real, "y piensas que eso puede influir, pero para nada. Ni siquiera en mis t¨ªos cercanos, que ahora hacen campa?a en el pueblo". Claro que todo hubiera sido muy distinto sin el apoyo de las madres. "Facilitaron mucho la tarea de transmitir la noticia", apunta Menchu, que trabaja en una ¨®ptica. "Se dec¨ªan 'para que hablen otros de m¨ª, ya lo digo yo".
El matrimonio lo entienden como una camino de formalizar su uni¨®n. "Se te reconoce socialmente como pareja, es algo que se respeta en la sociedad, aunque quiz¨¢s no debiera ser as¨ª", aunque no dejan de lado las ventajas relativas a derechos tributarios, sucesorios, de protecci¨®n social o respecto a los hijos.
"Cuando las parejas heterosexuales se casan no piensan en estas cosas, las adquieren de golpe; pero en nuestro caso, por ejemplo, hasta ahora ten¨ªas que ir al notario para repartir tus bienes, con el coste a?adido que supone". Para otras situaciones ni siquiera hay f¨®rmulas alternativas: "si no eres un familiar, en caso de accidente no eres nadie; no tienes ning¨²n derecho". Si en lugar de matrimonio se hubiera arbitrado otro modelo, ten¨ªan muy claro que no se hubieran acogido porque, para Marina, "los derechos no se regatean". "No me prestar¨ªa al juego de una medida que no reconociera la igualdad total con el resto de parejas o que eludiera el t¨¦rmino matrimonio".
La boda ser¨¢ algo "muy ¨ªntimo" y limitada a "padres, hermanos y alg¨²n amigo". A¨²n no hay fecha ni lugar. "Probablemente en verano de 2006 y a mitad de camino entre Valencia y Alicante", sus lugares de nacimiento. "Y sin lista de boda", comentan entre risas. Tampoco hay nada claro sobre el viaje: "No descartamos nada". De momento, la opci¨®n que ha cogido m¨¢s fuerza es Portugal. Podr¨ªa ser otro destino, aunque siempre "igual que hacemos cuando nos vamos de viaje por Espa?a en verano", buscando alg¨²n lugar amable. "T¨² dir¨¢s qu¨¦ viaje puedes tener si vas a un pa¨ªs hom¨®fobo", comenta, "a pesar de que un abrazo entre dos chicas no llama tanto la atenci¨®n como entre chicos, son cosas a tener en cuenta".
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