Pochettino rompe al Zaragoza

Un regalo. Eso es lo que hizo ayer, por falta de convicci¨®n en s¨ª mismo, el Zaragoza. Ni siquiera apret¨® cuando redujo distancias con el gol de Villa y media hora por delante hasta la conclusi¨®n del partido. El Espanyol, necesitado de puntos para certificar su presencia en alguna competici¨®n europea, lo acept¨® de buen grado.

No hizo grandes cosas el conjunto blanquiazul, pero s¨ª lo suficiente para noquear a un rival antes de enfilar hacia el t¨²nel de vestuarios en el descanso. Tamudo, que volvi¨® a ser el delantero definidor y tabla salvavidas, y Maxi fueron los goleadores, pero la actuaci¨®n de Pochettino, que fue el central que exig¨ªa la ocasi¨®n, seguro, contundente, decant¨® la balanza. Tamudo, con sus tantos, se convierte en el segundo m¨¢ximo goleador de la historia del conjunto barcelon¨¦s con 87 goles en sus nueve temporadas tras los 111 de Mara?¨®n.

La duda que se planteaba el aficionado periquito antes del encuentro resid¨ªa en c¨®mo responder¨ªa su defensa, retocada y plagada de caras nuevas por las diversas sanciones que acarreaban dos de los te¨®ricos titulares, Lopo e Ibarra. Pero Mauricio Pochettino, el central blanquiazul m¨¢s veterano y, por tanto, m¨¢s experimentado, resolvi¨® la inc¨®gnita por la v¨ªa r¨¢pida. Acostumbrado a mandar, organizar la defensa y sacar la l¨ªnea para provocar el fuera de juego, el argentino se multiplic¨® cuando m¨¢s lo necesit¨® su equipo. No s¨®lo se mostr¨® inexpugnable por arriba, cosa habitual en ¨¦l, sino que desestabiliz¨® al Zaragoza con su colocaci¨®n. Sobre todo a Villa, el ariete ma?o por excelencia. Si el jugador llegaba desde atr¨¢s con el bal¨®n controlado, Pochettino retrasaba su posici¨®n para que no le desbordase por velocidad. Si, por el contrario, el jugador esperaba de espaldas el bal¨®n, el central se pegaba a ¨¦l como si de su sombra se tratase. El delantero, as¨ª, no pod¨ªa revolverse, de hecho, casi no pod¨ªa ni andar un paso por el ¨¢rea.

Pochettino y el debutante Sergio S¨¢nchez, que sali¨® por Domi -sufri¨® traumatismo craneoencef¨¢lico por un encontronazo fortuito con el centrocampista zaragocista Generelo-, le ganaron la partida. Villa, no obstante, tambi¨¦n supo aprovechar el ¨²nico fallo de coordinaci¨®n entre los dos centrales para marcar su gol. Insuficiente, sin embargo, para remendar el agujero.

Sali¨® con frescura el Zaragoza en los primeros compases, cuando Pochettino todav¨ªa se desga?itaba en recolocar a sus compa?eros. Pero una vez pasados los primeros 10 minutos, el Espanyol se adue?¨® por completo del partido. La ant¨ªtesis de Pochettino fue Delio Toledo, lateral reconvertido a central debido a la sanci¨®n de Milito y que desde febrero no pisaba un campo de f¨²tbol a causa de una lesi¨®n.

Ra¨²l Tamudo, gracias a su garra, lucha y oportunismo, lo mare¨® a su antojo y volvi¨® a demostrar que es el ¨²nico hombre del Espanyol capaz de resolver un partido por si mismo. Caz¨® el ariete con la cabeza un bal¨®n que colg¨® con temple David Garc¨ªa e inaugur¨® el marcador. Se movi¨® hacia el lado opuesto a la trayectoria de Maxi, que realiz¨® una brillante galopada, para dejarle un espacio magn¨ªfico al argentino, que defini¨® con acierto. Y sentenci¨® al aprovechar un pase de Maxi y cruzar el bal¨®n ante la salida desesperada de Luis Garc¨ªa. Suficiente para ganar.

El Zaragoza apenas existi¨®; ni supo sacar el bal¨®n cuando los de Lotina presionaron, ni Movilla removi¨® el cuero, ni Savio, que es la mejor baza aragonesa, el m¨¢s desequilibrante, apareci¨®. Y el Espanyol, que no necesit¨® a Iv¨¢n de la Pe?a, apagado y reconvertido a la banda, se bast¨® con Pochettino, Maxi y Tamudo para vencer, ante su asombro, con pasmosa facilidad. El Zaragoza dej¨® escapar un tren europeo en el que el Espanyol se acomoda entre los mejores dentro del amplio pelot¨®n que pelea a rebufo del Barcelona y del Real Madrid.