Mista salva a un raqu¨ªtico Valencia

El Albacete puso todo su empe?o en salir derrotado de Mestalla. Renunci¨® al ataque, se gan¨® por reiteraci¨®n de faltas la expulsi¨®n de Buades al comienzo de la segunda parte y, finalmente, su portero Valbuena espant¨® una mosca mientras le llegaba un disparo de Mista a la altura de las narices. Con todas esos regalos se encontr¨® el Valencia, que no tuvo m¨¢s remedio que ganar. Pese a que su juego, prometedor al principio, se empantan¨® hasta entrar en una segunda parte alarmante. Penosa. Con la enemistad de la grada, que le declar¨® la guerra a sus jugadores hasta que el gol de Mista les oblig¨® a una tregua. Un tanto que lleg¨® justo cuando L¨®pez hab¨ªa desterrado a Mista al extremo izquierdo. Y fue como si se aireara. Se tomara un respiro y decidiera: marc¨® su octavo tanto y, poco despu¨¦s, centr¨® perfecto para que Angulo, abucheado hasta entonces, se redimiera con un cabezazo en plancha inapelable. Los pitos recayeron en Angulo y en Aimar, que pareci¨® tocado an¨ªmicamente tras una semana en la que se le acus¨® de haberse borrado de Mallorca. Se cuestion¨® su honradez y se afloj¨® en el segundo tiempo. A pesar de lo cual, propici¨® la expulsi¨®n de Buades y le dio el pase de gol a Mista. Aunque estuvo lejos de su nivel. La mejor noticia para el Valencia fue el regreso de Baraja, personalidad may¨²scula en el centro del campo. Otra cosa es que las bandas no funcionen -a la espera del a?orado Vicente-, o que el entrenador tardara tanto en soltar lastre: sustituy¨® a Carboni y a Albelda -dos piezas defensivas donde no hab¨ªa qu¨¦ defender- ya entrada la segunda parte, cuando el Valencia adquiri¨® una energ¨ªa para ganar. La que dieron Sissoko y Di Vaio, sobre todo el primero, esencial para un grupo tan apurado de ox¨ªgeno.

La gente ya bajaba por las escaleras, apagando el ¨²ltimo bostezo, cuando presenci¨® el lujazo de la tarde, aunque fuera protagonizado por un rival: el zigzag por el extremo de Mark Gonz¨¢lez, que dej¨® media docenas de cad¨¢veres en su veloz carrera hacia Palop, que desvi¨® el disparo con la pierna. El meta valenciano ocup¨® por sorpresa la titularidad y aprovech¨® esta postrera ocasi¨®n para reivindicarse en su duelo eterno con Ca?izares.