Sin concesiones, con coraje
El espect¨¢culo compartido en el Teatro Real por los core¨®grafos Mats Ek y Nacho Duato es rotundo, poderoso. Son dos coreograf¨ªas de hoy. La de Ek se estren¨® el s¨¢bado, la de Duato no llega al a?ito de existencia tras su presentaci¨®n en el Liceo de Barcelona el pasado agosto y su paso hace unas semanas por el teatro Ch?telet de Par¨ªs. Las dos obras rezuman libertad, aunque desde diferentes enfoques. En cualquier caso hay una primera cota de libertad com¨²n en los cuerpos, en el movimiento, en la composici¨®n pl¨¢stica. La danza ha alcanzado una autonom¨ªa, o desarrollo si se prefiere, de lenguaje que parece no tener l¨ªmite. Es uno de los signos que, cada uno a su manera, brilla en Aluminio y Herrumbre.
Compa?¨ªa Nacional de Danza
Director art¨ªstico: Nacho Duato. Programa: Aluminio, de Mats Ek, con m¨²sica de John Adams( estreno absoluto) y Herrumbre ( 2004), de Nacho Duato, con m¨²sica de Pedro Alcalde, Sergio Caballero y David Darling. Teatro Real, Madrid, 23 de abril.
Siguiendo el orden cronol¨®gico de creaci¨®n, en Herrumbre tiene un peso determinante el compromiso de Duato con la sociedad y la denuncia de todo tipo de violencias. Y tambi¨¦n, claro, la presencia del terrorismo. Son factores cotidianos con los que, qui¨¦rase o no, se convive. "Podr¨ªa salvarse algo todav¨ªa, a¨²n es posible la llegada de una segunda mano que, piadosa, resta?e las heridas de la herrumbre, despliegue la caricia del aceite sobre la piel ro¨ªda del acero; m¨¢s todo, en general, est¨¢ perdido", ha escrito ?ngel Gonz¨¢lez en su poema Chatarra. Duato trata de extraer esa poes¨ªa de la chatarra y no renuncia para nada a la esperanza. Es algo que se manifiesta, de forma evidente, en el emocionante primer abrazo entre un hombre y una mujer; en el quinteto de mujeres que bailan en un momento en la parte derecha del escenario; en las velas rojas encendidas sobre la sobria y efectiva plancha escenogr¨¢fica del arquitecto iraqu¨ª instalado en Viena Jaffar Chalabi, en un gesto esc¨¦nico que supone un homenaje a las v¨ªctimas del 11-M y en suma a la condici¨®n humana y su solidaridad. La obra es dura, muy dura, y se sustenta en una m¨²sica impactante con los adagios para violonchelo de David Darling procedentes de Dark Wood y los estremecedores sonidos electr¨®nicos y ambientales de Sergio Caballero y Pedro Alcalde. Duato mueve a sus bailarines alternando escenas de crueldad y de ternura, en un grito contra la intolerancia, el sufrimiento y la muerte in¨²til, que adereza con remansos de serenidad con el amor como elemento imprescindible de redenci¨®n. Despliega por otra parte el core¨®grafo valenciano su convicci¨®n de poder dar respuestas desde el baile a los problemas fundamentales de nuestro tiempo. La Compa?¨ªa Nacional de Danza hace suyas estas ideas y baila con un frenes¨ª y una fuerza f¨ªsica imponentes. Convencen.
La libertad de Aluminio se sustenta en otros pilares. Mats Ek tiene un lenguaje y una est¨¦tica reconocibles. Es un gran m¨¦rito. La variedad de posturas y de circulaciones, tanto a nivel individual como en grupo, sigue provocando admiraci¨®n. Los bailarines se manifiestan al l¨ªmite de sus posibilidades. La obra tiene ritmo interior y exterior. Est¨¢ construida con coherencia, con las dosis adecuadas de misterio, socarroner¨ªa, humanidad, modernidad y est¨¦tica. A veces su perfeccionismo puede llevar a una sensaci¨®n de distancia, pero en ning¨²n caso de frialdad. La escenograf¨ªa, con las mesas, l¨¢mparas y platos de aluminio como objetos destacados, crea una atm¨®sfera muy en consonancia con el tono de la obra. Se ve con gusto. A nivel individual destaca quiz¨¢s Tamako Akiyama. En cualquier caso es la unidad del cuerpo de baile lo que sobresale, combinando con esmero la disciplina y el desenfado en todas sus acciones.
Pr¨¢cticamente se llen¨® el Real, con un p¨²blico de toda clase y condici¨®n, en gran medida joven. La danza en el siglo XXI demuestra con espect¨¢culos como ¨¦ste que tiene a¨²n muchas cosas que decir
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