Philip Morrison, f¨ªsico 'arrepentido' del Proyecto Manhattan
El f¨ªsico Philip Morrison, que ayud¨® a ensamblar con sus propias manos la primera bomba at¨®mica, como miembro del Proyecto Manhattan en el laboratorio de Los ?lamos, y luego hizo campa?a durante el resto de su vida contra las armas que pod¨ªan causar tal devastaci¨®n, falleci¨® mientras dorm¨ªa el 22 de abril en su hogar de Cambridge, Massachusetts. Ten¨ªa 89 a?os.
Charles Weiner, historiador de la ciencia del Instituto de Tecnolog¨ªa de Massachusetts (MIT), aseguraba el otro d¨ªa que "el mundo ha perdido a una de las principales voces de la conciencia social en la ciencia".
Philip Morrison naci¨® en 1915 en Somerville, Nueva Jersey. Cuando ten¨ªa cuatro a?os sufri¨® la polio, que le dej¨® parcialmente incapacitado. Se cri¨® en Pittsburgh y asisti¨® al Instituto Carnegie de Tecnolog¨ªa (ahora Carnegie Mellon), y posteriormente a la Universidad de California en Berkeley, donde obtuvo un doctorado en F¨ªsica bajo la tutor¨ªa de J. Robert Oppenheimer.
Despu¨¦s de un breve periodo de docencia, Morrison fue reclutado para el Proyecto Manhattan en Los ?lamos que puso en marcha los experimentos de la bomba at¨®mica. Sus tareas inclu¨ªan peligrosas pruebas a las que llamaban "hacer cosquillas en la cola al drag¨®n", en los que los cient¨ªficos un¨ªan cada vez m¨¢s las piezas de una bomba para estudiar qu¨¦ ocurr¨ªa, mientras se aproximaba el momento en que el montaje fue "cr¨ªtico".
Al poco tiempo, Morrison se encontraba entre un grupo de f¨ªsicos enviados a la isla de Tinian para fabricar la bomba que se lanz¨® sobre Hiroshima. Un mes despu¨¦s del lanzamiento form¨® parte de un equipo que recorri¨® la ciudad para evaluar los da?os. Los bombardeos convencionales hab¨ªan destruido otras ciudades japonesas siguiendo un patr¨®n de tablero de damas, dejando ¨®xido rojo entremezclado con tejados grises y vegetaci¨®n, como recordaba en una entrevista para The New Yorker.
"Luego rodeamos Hiroshima, y s¨®lo hab¨ªa una enorme cicatriz llana, de color rojo ¨®xido, pero nada de verde o gris, porque no hab¨ªan quedado tejados ni vegetaci¨®n". "Entonces estaba bastante seguro de que nada de lo que viera despu¨¦s me iba a afectar tanto", a?adi¨®.
Aunque Morrison aprob¨® la creaci¨®n de la bomba ante el temor a que los alemanes la construyeran primero, se sinti¨® alarmado por la decisi¨®n de lanzarla sin previo aviso. Su experiencia de primera mano en el ciclo completo de creaci¨®n y apocalipsis le marcaron de por vida, dec¨ªa este fin de semana en una entrevista Kosta Tsipis, f¨ªsico y experto en control de armamento del MIT.
En 1946, Morrison abandon¨® Los ?lamos y se uni¨® a otro jefe de proyecto de bombas, Hans Bethe, en Cornell, donde sus intereses de investigaci¨®n se orientaron desde la f¨ªsica nuclear a la astrof¨ªsica, y de los rayos c¨®smicos a la cosmolog¨ªa.
Se convirti¨® en un en¨¦rgico defensor del control de armas internacional, ayudando a fundar la Federaci¨®n de Cient¨ªficos Estadounidenses, escribi¨® para el Bulletin of Atomic Scientists, yendo a reuniones y firm¨® declaraciones contra el militarismo junto a personajes como Albert Einstein y Paul Robeson.
En sus a?os de estudiante universitario se afili¨® al Partido Comunista, y en Berkeley se le calific¨® de "problem¨¢tico". En 1953, Morrison fue llamado a comparecer ante el subcomit¨¦ de Seguridad Interna del Senado, donde testific¨® que, aunque hab¨ªa sido comunista hac¨ªa mucho tiempo, ya no lo era y hab¨ªa dejado de serlo cuando era joven. Cornell pronto le comunic¨® que podr¨ªa conservar su empleo.
En sus cuatro d¨¦cadas como catedr¨¢tico de F¨ªsica del Instituto de Tecnolog¨ªa de Massachusetts, adonde se traslad¨® en 1964, Morrison era conocido como un fascinante orador e inspirador y divulgador cient¨ªfico, el profesor original de la "f¨ªsica para poetas". Se dio a conocer al gran p¨²blico en 1987 a trav¨¦s de su serie para la televisi¨®n p¨²blica PBS The Ring of Truth y durante un largo y prol¨ªfico periodo como cr¨ªtico literario, para Scientific American. Entre su legado se encuentra la b¨²squeda de inteligencia extraterrestre, originada en un breve ensayo, que escribi¨® para Nature en 1959 con Giuseppe Cocconi en Cornell.
En el MIT escribi¨® varios libros y estudios sobre control armament¨ªstico, a menudo en colaboraci¨®n con su colega Kosta Tsipis. El m¨¢s reciente fue Reason to Hope, que debat¨ªa las formas de superar la guerra y la superpoblaci¨®n. Tambi¨¦n ayud¨® a escribir el gui¨®n y narr¨® la pel¨ªcula de 1977 Powers of Ten, con Charles y Ray Eames, que en 1992 convirtieron en un libro.
Las actividades de Morrison como divulgador cient¨ªfico y su trabajo como cr¨ªtico armament¨ªstico eran una misma cosa, afirm¨® Charles Weiner, del MIT, que describi¨® su estilo como apasionado pero no elitista.-
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