Una exposici¨®n confronta la imagen de aves y felinos en el arte de distintas culturas
Piezas de diferentes civilizaciones 'dialogan' en el Museo Barbier-Mueller de Barcelona
Son dos objetos extremadamente parecidos y los dos imitan la forma de la cabeza de la misma ave, un c¨¢lao, pero uno es un hacha ceremonial de Java del siglo I antes de Cristo y el otro un cuchillo de los kota de Gab¨®n del siglo XIX. Comparar la imagen en distintas culturas de aves y felinos -dos de los grandes temas del arte zoomorfo en todo el mundo- es la idea central de la exposici¨®n que se inaugur¨® ayer en el Museo Barbier-Mueller de Barcelona con 120 piezas. El mundo precolombino, el africano, el asi¨¢tico, el de Ocean¨ªa y el europeo est¨¢n representados.
La exposici¨®n incluye piezas del propio museo -en el que est¨¢n depositadas en pr¨¦stamo a la ciudad de Barcelona las obras precolombinas de la colecci¨®n Barbier-Mueller- y de los otros fondos de esa enorme colecci¨®n (5.000 obras), cuya sede principal est¨¢ en el Museo Barbier-Mueller de Ginebra.
Esculturas africanas de madera sensacionales, preciosos ornamentos escitas y chinos, valios¨ªsimas cer¨¢micas precolombinas, raros objetos melanesios y hasta una gran cabeza de le¨®n romana en m¨¢rmol, una peque?a esfinge griega arcaica y un vaso sumerio del 3000 antes de Cristo figuran en el sorprendente y abigarrado conjunto, un bestiario barroco y maravilloso que expresa pl¨¢sticamente la especial relaci¨®n del hombre en todas las culturas con las aves y los felinos. En el imaginario universal, m¨¢s all¨¢ de su funci¨®n pr¨¢ctica como animal dom¨¦stico u ornamental, el ave significa la vinculaci¨®n con el cielo y muchas veces se hace s¨ªmbolo del alma. El felino -tigre, jaguar, puma, leopardo o le¨®n- es s¨ªmbolo del poder, de la fuerza, y tambi¨¦n una presencia del ultramundo, peligrosa pero susceptible de aportar conocimiento. La dimensi¨®n sobrenatural de aves y felinos es patente en muchas de las obras expuestas y se refuerza con una iluminaci¨®n que deja en penumbra las salas, envolviendo la visita en misterio (aparte de que es dificil¨ªsimo leer las cartelas).
Entre las piezas m¨¢s sobresalientes, aunque Jean Paul Barbier, presidente-fundador de los museos Barbier-Mueller, afirma que "no hay plazas de honor" en esta confrontaci¨®n de obras, se pueden citar un precioso y elegante perfumador vietnamita de bronce del siglo I o II antes de Cristo, decorado con un pavo o un f¨¦nix, una asombrosa m¨¢scara dogon en forma de p¨¢jaro, una pieza ornamental de hueso del mango de un sable escita que representa una pantera o una vasija pre-hopi del suroeste de EE UU. Tambi¨¦n figura en el conjunto un relieve del imperio antiguo egipcio en el que aparece un hombre portando un pato.
La exposici¨®n Aves y felinos. Artes comparadas (hasta el 29 de enero de 2006) es extremadamente original en su planteamiento y dise?o: el comisario es el propio coleccionista de los objetos, Barbier, y ¨¦l mismo ha decidido la selecci¨®n de las piezas y su agrupamiento y distribuci¨®n en las salas en funci¨®n de un criterio personal esencialmente est¨¦tico y declaradamente subjetivo. La mirada del coleccionista, su gusto, las relaciones que establece entre sus objetos, es el principal hilo conductor de la exposici¨®n. Hasta tal punto es as¨ª que en medio de la exhibici¨®n puede contemplarse una veleta de hierro francesa en forma de gallo, del siglo XIX, que alguien podr¨ªa opinar que canta -y nunca mejor dicho- en el conjunto. El propio Barbier, que present¨® la exposici¨®n ayer, defendi¨® la inclusi¨®n: "Es la producci¨®n de un artesano franc¨¦s, pero en este caso fue visitado por Dios y devino artista. Es un accidente muy interesante para m¨ª, y que se produce una y otra vez en ?frica, por ejemplo, donde entre m¨¢scaras sin inter¨¦s, fabricadas en cadena, s¨²bitamente aparece una que es indudablemente la obra de un artista. ?sas son las piezas que mi suegro
[el fallecido Josef Mueller] y yo hemos coleccionado durante a?os".
La exposici¨®n, que carece de cat¨¢logo por razones presupuestarias, pretende que el p¨²blico entre en el juego de ir descubriendo poco a poco las similitudes entre las piezas, su di¨¢logo, y se sienta a su vez "un poco como el coleccionista", en palabras de la directora del museo, Ana Casas.
Barbier hizo un recorrido comentado por la exposici¨®n y explic¨® algunas de las an¨¦cdotas que hay detr¨¢s de cada pieza. El excepcional mortero inca de piedra negra adornado con dos felinos, por ejemplo, lo adquiri¨® Josef Mueller en una subasta del arte de los pueblos degenerados -seg¨²n los nazis- del Museo de Berl¨ªn en 1935. Un enorme p¨¢jaro estilizado de los iban de Sarawak, que form¨® parte de la colecci¨®n Rockefeller y fue donado al Metropolitan, sali¨® a subasta porque el museo neoyorquino no ten¨ªa secci¨®n de Indonesia y no sab¨ªa d¨®nde ponerlo. Barbier pensaba que no podr¨ªa pagar el precio, pero se encontr¨® con que era el ¨²nico pujador y lo consigui¨® al precio de salida: la oferta que hizo ¨¦l, tres mil d¨®lares. "?Y es una pieza ¨²nica!", exclam¨® encantado.


Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.