Devoluci¨®n
Me alarmo ante los excesos demag¨®gicos de quienes se conformaron en la transici¨®n con lo poco de s¨ª que dio ¨¦sta para el abigarrado conjunto de v¨ªctimas de la Dictadura, cuando observo que sacan las u?as mucho despu¨¦s de cuando todo esto debi¨® zanjarse. Y me irrita todav¨ªa m¨¢s profundamente que la derecha democr¨¢tica espa?ola y, con ella, la valenciana se esconda en una difusa nominalidad legal para desdecirse del compromiso que en su d¨ªa adoptaron las Corts Valencianes.
La primera utilidad de los documentos requisados por los vencedores al paso de la ocupaci¨®n del territorio valenciano fue servir de prueba documental para condenar a miles y miles de personas por el simple hecho de haber tenido cargos pol¨ªticos de elecci¨®n democr¨¢tica, cuando no para fabricar cuantas circunstancias pudiesen invocarse para conseguir condenas.
Con el tiempo, conocimos que, adem¨¢s, el archivo salmantino constitu¨ªa un aut¨¦ntico bot¨ªn de guerra donde permanec¨ªa la amenaza latente de buscar en ¨¦l nombres para impedir, con los informes que se confeccionaban sobre los mismos, la vuelta a Espa?a de exiliados que ni siquiera fueron procesados en la posguerra. En tiempos mucho m¨¢s recientes, y ya en democracia, no obstante, esa documentaci¨®n sirvi¨® para que muchos investigadores tuvi¨¦ramos la oportunidad de buscar entre sus copiosas carpetas, detalles olvidados de grupos pol¨ªticos o de publicaciones locales del periodo republicano.
El problema suscitado desde diferentes ¨¢mbitos con las peticiones de devoluci¨®n de la documentaci¨®n a autonom¨ªas o ayuntamientos, a actores pol¨ªticos y sindicales y a actores individuales (a veces, reivindicadas por los propios familiares) planteaba, en principio, s¨®lo un problema de dispersi¨®n documental, algo que la tecnolog¨ªa puede remediar f¨¢cilmente (guardando copia de todo), para que, en todo caso, el archivo no pierda coherencia, tanto como testimonio de lo que fue el infame bot¨ªn, como para que los investigadores no tengan que desplazarse a varios archivos si su investigaci¨®n lo exige.
Pero el asunto de ahora mismo no es precisamente ¨¦se, porque con la aprobaci¨®n de la ley que permite devolver los papeles incautados entonces en Catalunya a la Generalitat catalana, que es hoy, como entonces, el Gobierno territorial leg¨ªtimo que gestiona los archivos p¨²blicos propios, la decisi¨®n un¨¢nime de las Corts Valencianes instando a la devoluci¨®n del patrimonio valenciano incautado y todav¨ªa preso en Salamanca no puede ser ahora escamoteada con excusas t¨¦cnicas de poca entidad y menor traza.
Nuestro autogobierno no es regalo de nadie, y su doble legitimidad (la foral, perdida por la fuerza de las armas, y la democr¨¢tica, avalada por una m¨¢s que solvente mayor¨ªa de valencianos contempor¨¢neos) le faculta para reivindicar lo propio para siempre, y recuperar aquel bot¨ªn de guerra deber¨ªa ser un motivo de uni¨®n y no de excusas sospechosas de mala conciencia.
Recuerdo, a prop¨®sito de esta devoluci¨®n, y con la nostalgia de quienes no tienen por qu¨¦ arrepentirse, cuando prepar¨¦ minuciosamente -hace de eso casi ?treinta a?os!- la recuperaci¨®n (es decir, ir a por ellas, sin permiso, claro, y jug¨¢ndonos el tipo) de las banderas arrebatadas al ej¨¦rcito del Arxiduc en Almansa, y la cosa no prosper¨®, porque no hall¨¦ colla suficiente ni apoyo de quien deb¨ªa (...), y se me ocurre que para el pr¨®ximo 25 d'abril ser¨ªa un buen regalo del presidente Camps a esta peque?a patria, traerlas con acuerdo previo de las Corts incorporado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.