Adi¨®s al 'rey le¨®n' de la bici
Mario Cipollini anuncia por sorpresa su retirada a 10 d¨ªas del Giro
Con un email a media tarde Mario Cipollini, el hombre m¨¢s r¨¢pido del pelot¨®n de la ¨²ltima d¨¦cada, anunci¨® ayer al mundo su retirada fulgurante. "Anunciar mi retirada a poco m¨¢s de una semana para el comienzo del Giro es una decisi¨®n dolorosa, pero honrada", se?ala Cipollini, de 38 a?os, el ciclista espectacular que convirti¨® las volate (sprints) del Giro, uno de los puntos fuertes de la carrera rosa, en un gran jard¨ªn privado.
Con su retirada, repentina, inesperada, pero tard¨ªa, Cipollini evita el ¨²ltimo duelo en el Giro con Alessandro Petacchi, el melanc¨®lico; deja el campo libre a su sucesor, quien, t¨ªmido y callado, podr¨¢ pisar uno a uno todos todos sus registros, o acercarse a ellos, pero nunca podr¨¢ llenar el hueco que deja la personalidad violenta, exuberante, italiana, de Cipollini.
Cipollini ha sido un ciclista y un personaje ¨²nico.
Como corredor, desde que en 1969 su f¨ªsico soberbio (1,89 metros, 76 kilos) llegara en tromba al ciclismo italiano -tres victorias en el Giro de Puglia para abrir boca, una etapa en el Giro de Italia para ense?ar el color del futuro- hasta que lo deja, soberbio igualmente pero casi en el anonimato -esta temporada ha ganado dos pruebas menores, una etapa en la Vuelta a Qatar, y el Giro a la Provincia de Lucca, su provincia, en la Toscana-, Cipollini no ha dejado de establcer marcas impresionantes. Ha sido campe¨®n del mundo -Zolder 2002, el Mundial m¨¢s r¨¢pido de la historia, corrido a 46,83 kil¨®metros por hora de media-, ha ganado la Mil¨¢n-San Remo, dos victorias de gran prestigio, pero, sobre todo, ha sido el hombre de todos los n¨²meros.
Al frente de su tren de lanzadores, cuatro corredores que s¨®lo viv¨ªan las etapas pendiantes de sus necesidades, una estructura heredada de los grandes sprinters de los a?os 50 y 60, de Van Steenbergen y Van Looy, Cipollini, de larga carrera, tiene el primado mundial de triunfos en etapas de todo tipo de pruebas, con 141. De ellos, 42 los consigui¨® en sus 14 Giros de Italia, lo que le hace plusmarquista absoluto. En el Tour de Francia se ha impuesto en 12 ocasiones y en s¨®lo tres en la Vuelta a Espa?a. Unas cantidades nada desde?ables, m¨¢s a¨²n teniendo en cuenta su costumbre de abandonar antes de las etapas monta?osas de la mayor¨ªa de las grandes vueltas, despu¨¦s de informarse detenidamente de las ofertas vacacionales en los pa¨ªses que se disputaban, y de se?as y n¨²meros telef¨®nicos de azafatas y guapas de podio.
As¨ªmismo, es el ganador de las etapas en l¨ªnea m¨¢s r¨¢pidas jam¨¢s disputadas en el Tour (la Laval-Blois de 1999: 50,355 kil¨®metros por hora) y en el Giro (Circuito del Lido de Venecia, 1997: 48,521 kil¨®metros por hora).
Su momento m¨¢s bajo como ciclista lo vivi¨® en el Giro pasado. Lo comenz¨® proclamando una rivalidad ¨²nica con Petacchi, y lo abandon¨® tras la sexta etapa sin haber conseguido ninguna victoria. Petacchi termin¨® con nueve.
Como personaje, Cipollini ha sido un hombre fuerte dentro de los equilibrios del ciclismo italiano y mundial, que en ning¨²n momento dud¨® a la hora de ejercer el poder que emanaba de su indiscutible popularidad. As¨ª lo demostr¨® forzando la continuidad del Giro tras la redada de San Remo de 2001 (en la negociaci¨®n logr¨® que se anulara la etapa m¨¢s monta?osa, que no le conven¨ªa en absoluto); as¨ª lo demostr¨® tambi¨¦n cuando con su victoria en el Mundial de 2002 demostr¨® que en la squadra azzurra era posible formar un equipo unido para un solo l¨ªder. As¨ª lo not¨®, dolorosamente, el manchego Francisco Cerezo, a quien, en la salida de la etapa de Albacete de la Vuelta 2000, solt¨® un tremendo pu?etazo en la cara.
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