Silencio nuclear

Se supo que el sistema de refrigeraci¨®n de la central nuclear de Vandell¨°s II ven¨ªa degrad¨¢ndose desde principios de los noventa, sin que se pusieran los medios para repararlo definitivamente y sin dar informaci¨®n detallada y en tiempo al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). Finalmente, en agosto de 2004 se produjo una rotura pero, tras algunas reparaciones, sigui¨® funcionando con permiso del CSN hasta marzo de este a?o. Actualmente se encuentra en parada por recarga con una lista exhaustiva de modificaciones y mejoras impuestas por el Consejo para autorizar su puesta en marcha y conexi¨®n a la red.

El informe elaborado por los servicios t¨¦cnicos del CSN, discutido por el pleno el 17 de marzo, conten¨ªa graves acusaciones a los gestores de Vandell¨°s, refiri¨¦ndose a los fallos en el dise?o del sistema, su falta de diligencia en el mantenimiento del mismo, la primac¨ªa de los criterios de rentabilidad econ¨®mica sobre los de seguridad y la ocultaci¨®n de informaci¨®n relevante al Consejo. La aver¨ªa no afecta al n¨²cleo del reactor, pero es importante porque compromete uno de los sistemas de refrigeraci¨®n. Las normas de seguridad de una central nuclear deben ser especialmente exigentes, y en esta ocasi¨®n no se han cumplido. Seg¨²n han manifestado los cuatro consejeros que forman el CSN junto con la presidenta, ¨¦sta no envi¨® al Congreso y al Gobierno el informe analizado el 17 de marzo, sino otro "maquillado" en el que se omit¨ªan las referencias m¨¢s cr¨ªticas a la gesti¨®n de la central.

Los ciudadanos no tienen por qu¨¦ conocer los problemas t¨¦cnicos de funcionamiento de una central nuclear; para proteger su seguridad existen ¨®rganos como el CSN. El episodio es grave, sobre todo porque vulnera la confianza ciudadana en un ¨®rgano de supervisi¨®n que se supone riguroso, competente e independiente. Justo lo contrario de lo que puede deducirse de la actuaci¨®n de la presidenta en este caso. En una inusual coincidencia de criterio, todos los consejeros (elegidos a propuesta del PP, PSOE y CiU) han criticado en¨¦rgicamente el modo de proceder de la presidenta (elegida a propuesta del PP) e, incluso, han anunciado que dimiten de todas las comisiones del Consejo. Se ha creado as¨ª una situaci¨®n sin precedentes, de enorme gravedad, debido al papel que debe jugar el Consejo en el control del sector nuclear. Una situaci¨®n que requiere una respuesta en¨¦rgica acorde con la importancia del envite por parte del propio Consejo, del Congreso y del Gobierno.