Rabassa, al canto
15.000 viviendas de golpe y cuatro millones de metros cuadrados sobre los que edificarlas, con sus infraestructuras, su parque, su camisita y su canes¨², no hay cuerpo que lo aguante, si adem¨¢s viviendas y superficie se han escamoteado del PGOU, para ventil¨¢rselas en el plan parcial de Rabassa. El mayor espect¨¢culo urban¨ªstico que jam¨¢s contemplaran los vecinos de Alicante, en toda su historia, podr¨ªa dar, si se torciera, en perspectiva de guillotinas donde cercenar disparatadas actuaciones, dando por supuesto que a sus espaldas se han librado ya, y se libran, batallas entre campistas y zaplanistas, enfrentamientos empresariales de grupos marcados con los hierros de uno y otro sector, y discrepancias sustanciales, aunque negadas, en el Grupo Socialista de la oposici¨®n. ?Cabe presumir, en medio de tanto alboroto, de tanta controversia y de tanta descalificaci¨®n mutua, que el suculento fest¨ªn haya despertado una voracidad, en parte como respuesta a las promesas electorales, y en parte movida por otros intereses m¨¢s opacos? Cabe, cuando la confusi¨®n impera y la desconfianza preside una adjudicaci¨®n provisional y abrupta que a¨²n tiene que hacer mucho camino. Cabe, cuando el alcalde D¨ªaz Alperi atribuye al redactor del PGOU, el urbanista catal¨¢n Llu¨ªs Cantallops, una demora inaceptable en la entrega de la documentaci¨®n prevista; y ¨¦ste, Cantallops, le replica que desde el pasado diciembre est¨¢ en el Ayuntamiento dicha documentaci¨®n, de la que excluye Rabassa, seg¨²n las instrucciones de la Concejal¨ªa de Urbanismo. As¨ª las cosas, el alcalde D¨ªaz Alperi, en unas declaraciones de ¨²ltima hora, calific¨® de chapuza los papeles recibidos: "Lo que ha presentado -seg¨²n este mismo diario- es una chapuza. Un documento incompleto, que tendr¨¢ que ser corregido por los t¨¦cnicos municipales". En medio de la agria pol¨¦mica, el pleno municipal aprueba el plan de Rabassa y se lo adjudica al grupo empresarial de Enrique Ortiz. Previamente a la adjudicaci¨®n, el portavoz del Grupo Socialista Blas Bernal introduce una enmienda para que el plan se someta de nuevo, por un plazo de 20 d¨ªas, a exposici¨®n p¨²blica, y obtiene 26 votos afirmativos, salvo el de la portavoz de EU, que desde el primer momento justific¨® su oposici¨®n al planeamiento. Lo que se desprende de este encabritado montaje es que D¨ªaz Alperi ha hecho sonar la flauta de Hamelin y se ha llevado detr¨¢s no s¨®lo a los ediles de la facci¨®n zaplanista, sino tambi¨¦n a la oposici¨®n socialista, cada cual con sus razones y sinrazones, pero unos y otros abanderando, ?demag¨®gicamente?, las 8.000 viviendas de promoci¨®n oficial que se contemplan en el proyecto y que seg¨²n algunos expertos no estar¨¢n disponibles hasta el 2012. Esta ca¨®tica farsa, donde a quien menos se ha tenido en cuenta es a la asociaci¨®n de vecinos de Rabassa y a los ciudadanos en general, como de costumbre, nos deja adem¨¢s a un Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll, supremo provincial del PP, sumido en una duda hamletiana: ?Me han enga?ado o no me han enga?ado? Esta es la tr¨¢pala. Y, al Grupo Socialista, un tir¨®n de orejas del PSOE y del PSPV -?pero c¨®mo en el mismo pleno donde os subisteis los sueldos?-, aunque el presidente de los socialistas valencianos y alcalde de Elche, Diego Maci¨¤, advirti¨® de que nada de expedientes. La farsa contin¨²a; la ciudad ni se sabe.
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