'Oraciones' muestra el v¨ªnculo de Rusi?ol con Granada

Las impresiones del artista y escritor catal¨¢n Santiago Rusi?ol sobre diferentes aspectos que consideraba como "los momentos venturosos" que goza el ser humano "mientras la vida sigue adelante" han sido recopilados en el libro Oraciones (Ellago Ediciones), traducido y prologado por Lourdes S¨¢nchez Rodr¨ªguez, profesora de Filolog¨ªa Catalana en la Universidad de Granada. El amplio estudio que la investigadora presenta en el ep¨ªlogo del libro analiza con detenimiento la relaci¨®n de Rusi?ol con Andaluc¨ªa, especialmente con Granada, y con personajes destacados de su vida cultural entre los que se encontraba el escritor ?ngel Ganivet.

La primera visita de Rusi?ol a Granada se produjo en 1887 y, en opini¨®n de S¨¢nchez Rodr¨ªguez, propici¨® un "giro est¨¦tico" en la obra del artista. Durante el poco m¨¢s de un mes que estuvo en la ciudad, alojado en la fonda Siete Suelos, se vio seducido por su arquitectura y sus jardines. Adem¨¢s del impacto que le caus¨® la Alhambra, Rusi?ol se interes¨® de una manera especial por el flamenco, al que relacion¨® con "la melancol¨ªa del esp¨ªritu y la expresi¨®n de la tristeza", pero siempre con cierta iron¨ªa tratando de huir de "todo lo que el flamenco pudiera tener de folcl¨®rico".

Tercera visita

Ya a finales del siglo XIX, aquel artista catal¨¢n no era un viajero rom¨¢ntico de los muchos que hab¨ªan inundado la ciudad a?os antes. M¨¢s bien se pod¨ªa entrever la figura de un intelectual "al que le interesaba transmitir en sus trabajos lo que a¨²n permanec¨ªa vivo en los paisajes y que s¨®lo su mirada pod¨ªa captar", afirma la investigadora. Ocho a?os despu¨¦s de su primera visita, Rusi?ol emprendi¨® un nuevo viaje acompa?ado de un grupo de amigos pintores con quienes alquil¨® un carmen en la subida al Generalife con el prop¨®sito de encontrar nuevas posibilidades en torno a la luz. Pero ser¨¢ su tercera visita la m¨¢s recordada por lo que guarda de simb¨®lica. En 1897 el pintor regresa a Granada y mantiene una serie de encuentros con ?ngel Ganivet y la conocida tertulia del llamado Grupo del Avellano. Los dos autores se hab¨ªan conocido unos meses antes en la localidad catalana de Sitges. Encantado por la obra del pintor barcelon¨¦s Ganivet lleg¨® a escribir: "Rusi?ol es el pintor de nuestros cipreses, el devoto de la melancol¨ªa de nuestra ciudad".

Precisamente de esa extra?a melancol¨ªa que recorre los jardines de Granada se llena Oraciones, un libro que constituye no s¨®lo una clara apuesta por la naturaleza y su enmascarado encanto espiritual, sino un s¨ªmbolo de toda una ideolog¨ªa que niega el progreso.