La "Europa de la cultura" respalda el proyecto de gran biblioteca digital
13 ministros respaldan la excepci¨®n cultural a las leyes del mercado
Jean-Claude Junker, el luxemburgu¨¦s presidente de turno de la UE, tuvo que saludar ayer en tres oportunidades desde el escenario de la Com¨¦die Fran?aise a una asamblea de 800 intelectuales y artistas. Su ¨¦xito repos¨® en su talento y humor de orador, pero tambi¨¦n en prometer m¨¢s dinero para quienes le escuchaban: "Hay que sacar el presupuesto cultural de la UE de la mediocridad". El respaldo a la iniciativa gala de una biblioteca digital europea lo present¨® como la "necesaria reacci¨®n" de un continente "ante la virulencia del ataque de los otros".
Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, presidente de la Comisi¨®n Europea y al que Jacques Chirac ha vetado en la televisi¨®n francesa por considerar que su presencia favorece el no, intervino ante esa misma asamblea para afirmar con "profunda convicci¨®n" que, "dentro de la escala de valores, la cultura va delante de la econom¨ªa". Dur?o Barroso dijo que la futura Constituci¨®n "refuerza todo lo que estimamos importante en materia cultural" en la medida en que "innova pero preserva lo ya adquirido".
Como m¨ªnimo 13 de los ministros de Cultura presentes en Par¨ªs -la espa?ola Carmen Calvo no asisti¨® por razones de ¨ªndole personal- firmaron una declaraci¨®n a favor de "una Europa de la cultura" que parte de "la convicci¨®n de que la cultura est¨¢ en el origen" de la existencia misma del continente y es una "dimensi¨®n fundamental de su identidad". Todos esos ministros reconocen que "los bienes y servicios culturales y audiovisuales no son mercanc¨ªas ordinarias", y a los "Estados, regiones, ayuntamientos y otro tipo de colectividades locales", el derecho a poner en marcha las medidas que estimen m¨¢s adecuadas para la defensa y promoci¨®n de sus expresiones culturales y art¨ªsticas.
Como ya figura en la Constituci¨®n, se recuerda que "la negociaci¨®n de acuerdos comerciales relativos a los servicios audiovisuales y culturales requerir¨¢ el acuerdo un¨¢nime de los Estados miembros". Es decir, que cada pa¨ªs guarda para s¨ª el derecho a subvencionar, como estime m¨¢s adecuado, su producci¨®n audiovisual.
Los testimonios a favor de otra pol¨ªtica cultural europea fueron numerosos, brillantes y contradictorios. El m¨²sico Jordi Savall record¨® lo mucho que hab¨ªa tardado la m¨²sica en descubrir la noci¨®n de patrimonio y puso ese retraso en relaci¨®n con la idea de que "un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro". La core¨®grafa Sasha Waltz quiso que los asistentes imaginaran "Europa como un cuerpo. Cada pa¨ªs es imprescindible para que el mosaico est¨¦ entero".
La cantante portuguesa Katia Guerrero, despu¨¦s de hacer el elogio del fado como veh¨ªculo cultural, cant¨® uno a capella y sedujo a todos; Teresa Berganza explic¨® c¨®mo su trayectoria, cantando compositores de distintos pa¨ªses y en distintas lenguas, es una demostraci¨®n viva de la existencia de Europa, argumentaci¨®n compartida por el actor polaco Andrzej Seweryn; Jeanne Moreau reivindic¨® "una UE que defienda el universalismo frente a la mundializaci¨®n", y el arquitecto Ricardo Bofill lament¨® que "no sepamos explicar la ciudad, que es un invento europeo, que no es una mera aglomeraci¨®n sin paseos, ni plazas, ni mezcla". La cineasta Isabel Coixet dijo ver Europa "en los ojos de Juliette Binoche o en el flamenco que escuchan los camioneros finlandeses", entre otras referencias, y alguien cit¨® a Victor Hugo para que Europa sea "la patria sin las fronteras, el comercio sin las aduanas, la verdad sin el dogma, Dios sin los sacerdotes, el amor sin el odio".
El brit¨¢nico Robert Palmer, especializado en intervenciones culturales en lugares conflictivos, evoc¨® "la inflaci¨®n ret¨®rica, que no econ¨®mica, que llevan aparejados ese tipo de debates" y, despu¨¦s de preguntarse "si el arte puede salvar al mundo", respondi¨® con la afirmativa: "Son nueve artistas haciendo un mural en Belfast, la orquesta palestina tocando bajo la batuta de Barenboim en Ramala, el concierto en tres idiomas en Sarajevo... Son hechos, no palabras. Tambi¨¦n es un hecho que, en 2004, 14 de los 15 pa¨ªses de la UE recortaron su presupuesto destinado a cultura". Como buen anglosaj¨®n, Palmer puso sordina al autobombo.
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