Orlando Bloom penetra en la ¨¦pica de las cruzadas
El actor protagoniza la superproducci¨®n 'El reino de los cielos', dirigida por Ridley Scott
Su pelo casta?o, su mirada profunda pero tranquila y sus facciones marcadas, sumadas a su falta de experiencia profesional hac¨ªan de Orlando Bloom un pobre candidato para el guerrero elfo Legolas cuando Peter Jackson le llam¨® a formar parte de El se?or de los anillos. Por aquel entonces, Ridley Scott y Jerry Bruckheimer tambi¨¦n se fijaron de pasada en este joven actor brit¨¢nico, y cuando contaron con ¨¦l para Black Hawk derribado fue al primero al que tiraron del helic¨®ptero, como Bloom recuerda ahora con grandes carcajadas. Bruckheimer volvi¨® a llamarle para el taquillazo de Piratas del Caribe, que ser¨¢ pr¨®ximamente una trilog¨ªa, y Scott le ha concedido el honor de darle su primer papel protagonista en El reino de los cielos, su filme ¨¦pico sobre las cruzadas. "Afortunadamente, sigo viendo en Orlando la misma inocencia que ten¨ªa cuando le conoc¨ª", resume el realizador brit¨¢nico sobre las cualidades de su nuevo h¨¦roe. Bloom le responde de acuerdo a ese esp¨ªritu: "No s¨¦ por qu¨¦ pero de repente soy la ni?a bonita de los directores. Y no hay nada que me guste m¨¢s porque quiero trabajar con los mejores. No soy m¨¢s que un cr¨ªo con mucho que aprender. A¨²n me queda un largo camino", acepta el int¨¦rprete con humildad durante la promoci¨®n en Los ?ngeles de su ¨²ltima pel¨ªcula.
"Soy la ni?a bonita de los directores. Y no hay nada que me guste m¨¢s"
Est¨¢ claro que este actor nacido en Cambridge (Reino Unido) en 1977 no es de los que les gusta jactarse de la fama ni quejarse por los problemas que ella conlleva, aunque su paso por Espa?a para el rodaje de El reino de los cielos lo recuerda agitado. "Mi llegada fue como la de un circo. Tuve que contratar un guardaespaldas en Sevilla porque de otro modo no pod¨ªa ir a ning¨²n lado. La verdad es que me puso un poco nervioso", admite ahora. Bloom cita a Viggo Mortensen, en El se?or de los anillos; a Brad Pitt y Eric Banna, en Troya, y a Johnny Depp, en Piratas del Caribe, como sus ejemplos mejores y m¨¢s cercanos de lo que significa llevar el peso de una pel¨ªcula. A todos les ha visto mantener "la integridad como actores y la educaci¨®n como personas", un estilo que ¨¦l espera seguir ahora que su nombre encabeza un reparto que incluye a Jeremy Irons y a Liam Neeson. "Adem¨¢s, trabajar con Ridley lo hace todo m¨¢s f¨¢cil. Es un hombre que inspira grandeza y me alivi¨® muchas de las presiones propias de ser la estrella de la pel¨ªcula", a?ade.
El apoyo que le ha dado su familia en esta transformaci¨®n de joven actor a ¨ªdolo de la pantalla tambi¨¦n merece sus alabanzas, lo mismo que los seis a?os de arte dram¨¢tico que estudi¨® en Londres, donde se dio cuenta de que lo que quer¨ªa era ser actor, no una estrella. "Adem¨¢s, sabes que siempre habr¨¢ otro actor joven detr¨¢s de ti, y una nueva generaci¨®n de seguidoras con otros gustos a la hora de elegir a esa figura en la que poner sus sue?os y sus esperanzas. Es un instante pasajero, as¨ª que m¨¢s vale disfrutarlo", resume.
Ese instante puede verse prolongado con el rodaje de las dos pr¨®ximas entregas de Piratas del Caribe, que tienen previsto su estreno para el verano de 2006 y de 2007, respectivamente. El filme, inspirado en una atracci¨®n de Disneylandia, se convirti¨® hace dos a?os en una mina de oro que recaud¨® 504 millones de euros en todo el mundo, adem¨¢s de vender 30 millones de copias en DVD. Ahora vuelve a reunir a todos sus protagonistas, incluidos Depp, Keira Knightley y el director Gore Verbinski, en la isla de San Vicente, para rodar simult¨¢neamente este a?o las dos entregas.
"Todos est¨¢bamos de acuerdo en volverlo a hacer, aunque esta vez las pel¨ªculas ser¨¢n un poquito m¨¢s tenebrosas", adelanta. Bloom tambi¨¦n est¨¢ labr¨¢ndose una carrera en proyectos algo m¨¢s intimistas que estas grandes producciones que le han dado la fama, aunque hasta ahora en esta ¨¢rea ha pinchado en hueso. En el drama Elizabethtown, producci¨®n de Tom Cruise dirigida por Cameron Crowe, interpreta a un joven sure?o de tendencias suicidas. Para un enamorado de Desayuno con diamantes, que considera la pel¨ªcula m¨¢s rom¨¢ntica que conoce, Elizabethtown es una oportunidad de hacer algo diferente incluso a la hora de hablar, para lo que logr¨® transformar su leve acento brit¨¢nico en uno americano m¨¢s acorde con el papel. "De todos modos, se las apa?aron para ponerme una espada en la mano", dice jocoso.
Sobre su futuro personal, Bloom prefiere no soltar palabra y s¨®lo habla sin parar del nuevo amor de su vida, su perro Sidi, al que encontr¨® durante el rodaje de El reino de los cielos en las calles de Marruecos comiendo excrementos de camello y del que no se ha separado desde entonces.
Tampoco le importa hablar de las teor¨ªas budistas por las que intenta regir su vida, que en su boca suenan inocentes aunque el estilo de budismo que profesa es conocido como uno de los m¨¢s extremistas, casi rayando en la secta. Pero sobre el resto de su vida prefiere mantenerse callado. En su opini¨®n, es la ¨²nica forma de guardar la inocencia de la que hablaba Scott. "Te tienes que apartar de lo positivo y de lo negativo. Lo mejor es mantenerse apartado del ruido. Por eso no pierdo el tiempo hablando de mi vida ni leyendo lo que escriben de esos temas", concluye jugueteando con el collar de amuletos y colgantes que lleva al cuello y que, seg¨²n ¨¦l, resumen toda su vida: "La gente, los lugares, los recuerdos" que le han dejado huella.
Babelia
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