Ray Loriga dirigir¨¢ a Paz Vega en un filme sobre santa Teresa
El escritor rodar¨¢ en oto?o su segunda pel¨ªcula
Teresa de Cepeda Ahumada, una de las grandes mujeres m¨ªsticas de la historia universal, m¨¢s conocida como santa Teresa de Jes¨²s o santa Teresa de ?vila, ser¨¢ el personaje central de la segunda pel¨ªcula del novelista, guionista y director de cine madrile?o Ray Loriga.
Loriga rodar¨¢ el pr¨®ximo mes de octubre Teresa, despu¨¦s de dos a?os de trabajo en el gui¨®n. El autor de Tokio ya no nos quiere (que rod¨® en 1997 La pistola de mi hermano, basada en su novela Ca¨ªdos del cielo) llevar¨¢ al cine su visi¨®n de uno de los personajes clave de la literatura del Siglo de Oro espa?ol. Producida por Andr¨¦s Vicente G¨®mez y protagonizada por la actriz sevillana Paz Vega, la pel¨ªcula (con un presupuesto de casi ocho millones de euros) se rodar¨¢ durante nueve semanas en diferentes localidades castellanas y en unos estudios cercanos a Alicante.
"La pel¨ªcula", explica Loriga, "ocupa el periodo del El libro de la vida [concluido en 1562]. Teresa es una mujer joven que, como el personaje de La l¨ªnea de sombra de Conrad, se adentra en la madurez. Es el momento en que ella consigue domar la potencia enloquecida de su alma e inicia su conflictiva reforma dentro de la Iglesia cat¨®lica". "Lo que me interesa es presentar a una figura que en realidad est¨¢ muy lejos de la idea que tenemos de una santa", dice el director. "Quiero huir de la normalizaci¨®n del personaje. Teresa es una persona extra?a, incluso a veces monstruosa, y por supuesto quiero huir de la visi¨®n machista que se hace a partir de Freud y que la ve como una hist¨¦rica con orgasmos. Casi todas las mujeres tienen orgasmos, pero no todas las mujeres son santa Teresa de Jes¨²s".
Loriga explica que Teresa era una mujer muy guapa, radiante y coqueta, que se autodestruy¨® f¨ªsicamente, al mismo tiempo que crec¨ªa intelectual y espiritualmente. "Creo que Paz Vega se ajusta muy bien al personaje. F¨ªsicamente, por edad tambi¨¦n, y su momento como actriz es el id¨®neo. Paz tiene la entereza, el coraje, el talento y el entusiasmo necesario para este personaje, que no es nada sencillo".
"Para m¨ª, Teresa entra en la poes¨ªa de lo excepcional, por su genio, su grandeza y su bravura. Teresa vive adem¨¢s un momento hist¨®rico ¨²nico, entre Lutero, la Inquisici¨®n y la Reforma. Me parece una protofeminista que luch¨® por la dignidad de las mujeres cuando esos t¨¦rminos ni siquiera exist¨ªan".
Santa Teresa entr¨® con tan s¨®lo 20 a?os en el convento de las hermanas carmelitas de la Encarnaci¨®n de ?vila, una congregaci¨®n que contaba por aquel entonces con 170 monjas. All¨ª comienza su camino espiritual y de autodestrucci¨®n f¨ªsica, que la lleva a ser dada por muerta y casi enterrada a los 24 a?os. En 1539 se queda paralizada, y un a?o despu¨¦s se produce su lenta curaci¨®n. Se comienzan a fraguar sus ideas reformistas al mismo tiempo que combate aparatosos ¨¦xtasis m¨ªsticos que a punto est¨¢n de llevarla a la pira.
"Las visiones de santa Teresa me parecen un material cinematogr¨¢fico lleno de posibilidades", asegura Loriga sobre lo que considera uno de los mayores retos "visuales" de su proyecto.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.