"Trae la cabeza de Bin Laden en hielo"
Un agente de la CIA revela las precisas ¨®rdenes que recibi¨® en Afganist¨¢n
Una semana despu¨¦s de los atentados del 11-S en Washington y Nueva York, Gary Schroen, uno de los agentes de la CIA con m¨¢s conocimientos sobre Afganist¨¢n, aterriz¨® en secreto en ese pa¨ªs con otros seis miembros de los servicios de espionaje de EE UU. S¨®lo llevaban encima armas, un ordenador, transmisores de radio, paquetes de caf¨¦ y tres millones de d¨®lares en billetes de 100. Aunque su misi¨®n era clara -encontrar y capturar al inspirador de los atentados, Osama Bin Laden-, recibieron una orden que jam¨¢s hab¨ªan escuchado antes: "Tu misi¨®n", le dijeron a Schroen, "es encontrar a Bin Laden, matarlo y traernos su cabeza en una caja de hielo l¨ªquido, para que yo se la lleve despu¨¦s al presidente. A sus lugartenientes, pod¨¦is cortarles las cabezas y clavarlas sobre estacas".
Era la primera vez, en su larga carrera de agente secreto, que le conminaban a matar a alguien
Schroen le dijo a su jefe: "Se?or, ¨¦sas son las ¨®rdenes m¨¢s claras que he recibido nunca. Puedo conseguir estacas sobre el terreno en Afganist¨¢n, pero no s¨¦ c¨®mo me voy a apa?ar para lo del hielo l¨ªquido. Pero ya se nos ocurrir¨¢ algo".
Este relato figura en el libro que Schroen est¨¢ a punto de publicar en EE UU, titulado First In: An Insider's Account of How the CIA Spearheaded the War on Terror in Afganistan (El primero en llegar: relato desde dentro sobre c¨®mo la CIA lider¨® la guerra contra el terrorismo en Afganist¨¢n). Schroen ha confirmado los detalles de esa conversaci¨®n en entrevistas a Reuters y la Nacional Public Radio. Sus superiores no han desmentido que ¨¦sas fueran las ¨®rdenes.
Para ¨¦l era la primera vez, en su larga carrera de agente secreto, en la que un superior le conminaba a matar a alguien. Una semana antes de que este grupo secreto de la CIA entrase en Afganist¨¢n, Bush ya hab¨ªa declarado su famoso deseo de que Bin Laden fuera capturado "vivo o muerto". Fue un desliz verbal, seg¨²n reconoci¨® a?os despu¨¦s el presidente; ahora se confirma que conten¨ªa una orden real.
El "jefe" que deseaba llevar al Despacho Oval la cabeza de Bin Laden era Cofer Black, uno de los m¨¢ximos responsables de la Oficina Central de Inteligencia y director en ese momento de la secci¨®n antiterrorista. Cuando el mundo se preguntaba en qu¨¦ momento EE UU invadir¨ªa Afganist¨¢n (ocurri¨® tres semanas despu¨¦s), este grupo de operaciones encubiertas ya buscaba contactos con la Alianza del Norte en la zona del valle de Panshir para tratar de localizar el escondite del l¨ªder de Al Qaeda. Parec¨ªa claro que la Casa Blanca deseaba pruebas palpables de su muerte; no quer¨ªan una operaci¨®n militar a¨¦rea sobre un grupo de supuestos terroristas entre los que pudiera estar Bin Laden. Quer¨ªan su cabeza para mostrarla en Washington.
A sus 63 a?os, Schroen acaba de jubilarse, aunque todav¨ªa asesora a la CIA en materias antiterroristas. "Salvo en alguna operaci¨®n paramilitar", cuenta ahora, "nunca en mis 32 a?os de servicio me hab¨ªan dado la orden de matar a alguien. Y de hecho, hasta ese d¨ªa mis ¨®rdenes y las ¨®rdenes bajo las que operaba la CIA eran las de tratar de capturar a Bin Laden vivo".
Con cuidado para evitar que sus comentarios no sean interpretados como una cr¨ªtica, este ex agente lamenta que la pista de Bin Laden se enfriase cuando Bush desplaz¨® de Afganist¨¢n al personal de inteligencia mejor entrenado para dedicarlo a preparar la invasi¨®n de Irak. Aunque Schroen cree que Pakist¨¢n tiene recursos y capacidad para capturar al jefe de Al Qaeda, el coste pol¨ªtico puede ser tan alto para ese pa¨ªs como para evitar esa captura: "Bin Laden es como Robin Hood para muchas facciones del mundo isl¨¢mico".
El ex agente le reconoce a Bin Laden una gran capacidad de desaparici¨®n y una habilidad para moverse por la zona: "Nunca llegamos a saber en d¨®nde iba a estar la noche siguiente".
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