"Las ideas liberales llegan a Am¨¦rica Latina gracias a la Constituci¨®n de C¨¢diz"

Carlos Malamud es profesor de Historia de Am¨¦rica en la UNED e investigador principal en el Real Instituto Elcano. Ha publicado varios libros y pronto saldr¨¢ a las librer¨ªas Historia de Am¨¦rica (Alianza).

Pregunta. ?C¨®mo surge la independencia de los pa¨ªses latinoamericanos?

Respuesta. Entre 1810 y 1825 se producen las independencias de las colonias americanas de Espa?a y Portugal. El proceso va a ser irreversible por el vac¨ªo de poder en la Pen¨ªnsula a consecuencia de la invasi¨®n napole¨®nica de 1808. No se puede entender Am¨¦rica sin tener en cuenta los vaivenes pol¨ªticos en la Pen¨ªnsula.

P. No se produjo la independencia como un solo territorio.

R. El movimiento emancipador, que ser¨¢ muy fragmentado, va a tener un cierto fundamento ideol¨®gico en la idea de que eran los pueblos los que recuperaban la soberan¨ªa y ello llevar¨¢ a la ruptura del imperio. La independencia se hace en contra del pasado espa?ol reivindicando cada parcela nacional. Esto implica que esas nuevas rep¨²blicas proyecten hacia atr¨¢s su pasado, con lo que el pasado colonial conjunto se convierte en 20 pasados diferentes, lo que dificulta el conocimiento conjunto.

P. ?Qu¨¦ papel tuvo Bol¨ªvar?

R. Se elevaron algunas voces en contra de la divisi¨®n, como la de Sim¨®n Bol¨ªvar. Sin embargo, hoy se hace de ese discurso bolivariano por la unidad latinoamericana, un gran mito que excede ampliamente lo que ¨¦l deseaba. A lo ¨²nico que aspiraba era a reconstituir la unidad del viejo imperio espa?ol, pero jam¨¢s so?¨® con la unidad de Am¨¦rica Latina, primero porque no exist¨ªa como tal y segundo porque Brasil estaba mucho m¨¢s all¨¢ de sus planes y de sus sue?os.

P. La independencia se present¨® como un choque entre criollos y peninsulares.

R. La independencia se present¨® as¨ª por las historiograf¨ªas nacionales latinoamericanas del XIX. En realidad, los cortes sociales no eran exactamente as¨ª, hab¨ªa partidarios de la Corona que eran criollos y viceversa. Los cortes regionales eran m¨¢s importantes que los nacionales. A medida que se cambiaba la situaci¨®n en la Pen¨ªnsula iban modific¨¢ndose las posturas ideol¨®gicas de las personas. Hab¨ªa gente que fue primero realista, luego constitucionalista y, finalmente, independentista. La postura de las ¨¦lites mexicanas y peruanas era distinta a las de R¨ªo de la Plata, Chile o Venezuela; ¨¦stas eran m¨¢s partidarias del proceso emancipador, y las otras dos, m¨¢s refractarias.

P. A pesar del signo antiespa?ol, la Constituci¨®n de C¨¢diz tuvo un gran impacto.

R. La democracia no es una idea importada de fuera. Las independencias, de las que pronto se celebrar¨¢n los bicentenarios y en los que Espa?a deber¨ªa estar presente, fueron una revoluci¨®n pol¨ªtica que acaba con el absolutismo y la sociedad de s¨²bditos para dar origen a otra de ciudadanos, de individuos; va a ser el origen de las democracias. Supone la introducci¨®n de las elecciones, el liberalismo, las ideas constitucionales gracias a la Constituci¨®n de 1812.

P. ?Qu¨¦ ocurri¨® luego?

R. Vargas Llosa, en Conversaciones en la catedral, se pregunta cu¨¢ndo se jodi¨® el Per¨². Podemos extender esta pregunta a todos los pa¨ªses. En un reciente libro, V¨ªctor P¨¦rez-D¨ªaz -Sue?o y raz¨®n de Am¨¦rica Latina (Taurus)- pone el acento en que las culpas de los males deben buscarse precisamente en los propios latinoamericanos, en sus ¨¦lites y actitudes de sus ciudadanos. Esto hace que los Estados sean muy d¨¦biles, aunque durante buena parte del siglo XX el Estado tuvo un car¨¢cter casi elefanti¨¢sico. Y esto iba muy bien con las ideolog¨ªas aut¨¢rquicas y nacionalistas que imperaban en la regi¨®n.

P. ?C¨®mo es hoy la situaci¨®n?

R. Hoy nos encontramos con una situaci¨®n singular. Asistimos a un denominado giro a la izquierda y as¨ª tenemos gobiernos como el de Lula en Brasil, Tabar¨¦ en Uruguay o Lagos en Chile, que desarrollan programas de izquierda. Estos gobiernos suelen equipararse en an¨¢lisis superficiales con otros como los de Ch¨¢vez y Kirchner, de un signo m¨¢s claramente populista. Es evidente que poco tiene que ver con la izquierda un r¨¦gimen como el de Ch¨¢vez, que aboga por constituir una sociedad c¨ªvico-militar, o el de Kirchner, claramente peronista, que convive con otros dirigentes como Menem o Duhalde.