Presi¨®n eclesial

La c¨²pula de la Iglesia cat¨®lica espa?ola est¨¢ decidida a agotar todos los recursos posibles para impedir la promulgaci¨®n de la ley del matrimonio homosexual, sujeta ahora a debate en el Senado. Una sociedad democr¨¢tica garantiza la libertad de expresi¨®n de todos, tanto m¨¢s de una confesi¨®n religiosa con la que se identifica un sector importante de la poblaci¨®n. Pero el pacto democr¨¢tico obliga igualmente a todos a cumplir las leyes que emanan del Parlamento. Llamar a la desobediencia a los legisladores o a los funcionarios, en ¨¦ste o en otros casos, es una intromisi¨®n inaceptable que choca con la legalidad.

Una vez m¨¢s la Iglesia se arroga el derecho de ser juez y parte a la hora de afirmar lo que es correcto o incorrecto en el ordenamiento civil de una sociedad libre que se ha dotado de un Estado no confesional. El comunicado, difundido ayer al t¨¦rmino de la primera reuni¨®n mantenida por el ejecutivo de la Conferencia Episcopal desde la llegada a la presidencia del obispo Bl¨¢zquez, es prepotente en su descalificaci¨®n de la ley con el argumento de que est¨¢ en contradicci¨®n con la raz¨®n y la moral; exhala dramatismo al tacharla de da?ina para el bien com¨²n, y demuestra escasa compasi¨®n al rechazar la tesis de sus defensores de que lo ¨²nico que busca es ampliar los derechos de un sector discriminado de la poblaci¨®n.

El comunicado de ayer es exageradamente duro, quiz¨¢s demasiado para lo que se presupon¨ªa que iba a significar la llegada del obispo de Bilbao a la presidencia de la Conferencia Episcopal. Es verdad que no aporta nada nuevo a lo que los prelados espa?oles han venido manifestando al respecto desde que el Gobierno socialista anunci¨® su plan el pasado octubre. Pocos d¨ªas despu¨¦s de la muerte de Juan Pablo II, el cardenal L¨®pez Trujillo, presidente del Pontificio Consejo para la Familia, atronaba contra el peligro de la desintegraci¨®n de la familia en Espa?a a ra¨ªz de la pol¨ªtica del Gobierno sobre derechos civiles, y as¨ª se lo hicieron ver en Roma los cardenales espa?oles al ministro de Justicia en presencia del Rey en v¨ªsperas de la inauguraci¨®n del papado de Benedicto XVI.

Alentar a la desobediencia de los funcionarios p¨²blicos para no celebrar matrimonios gay ampar¨¢ndose en una objeci¨®n de conciencia que no recoge el texto aprobado por la C¨¢mara baja, les colocar¨¢ a ¨¦stos en una situaci¨®n muy comprometida y de transgresi¨®n de la ley. As¨ª lo ha entendido incluso la mayor¨ªa de quienes se han opuesto a la nueva norma.