Ponerse a la altura
La Ley de Reproducci¨®n Asistida, aprobada ayer por el Gobierno, tiene una parte de rectificaci¨®n y otra de actualizaci¨®n, ambas necesarias. Rectifica dos anomal¨ªas: la limitaci¨®n a tres ¨®vulos fecundados por cada ciclo de fertilizaci¨®n in vitro y la restricci¨®n de la investigaci¨®n con embriones sobrantes a aquellos que ya hab¨ªan sido generados antes de 2003. Ambas medidas fueron introducidas por el PP, en el contexto de una reforma legal que abr¨ªa la puerta a la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre, para evitar la acumulaci¨®n de embriones sobrantes de los tratamientos de fertilidad en los congeladores de las cl¨ªnicas, y amortiguar as¨ª el rechazo de la Iglesia cat¨®lica a toda posible investigaci¨®n con esos embriones. Pero eran medidas arbitrarias que obstaculizaban la investigaci¨®n y, sobre todo, los tratamientos de fertilidad. Ambas quedan suprimidas en la nueva ley.
Entre las t¨¦cnicas m¨¢s significativas que quedan legalizadas se encuentra la que permite seleccionar, entre varios embriones obtenidos por fecundaci¨®n in vitro, aquel cuyos genes son compatibles con los de un hijo anterior de la misma pareja, afectado por una grave enfermedad de la sangre que s¨®lo puede aliviarse mediante un trasplante de c¨¦lulas compatibles. Los detractores de esta t¨¦cnica hablan de "beb¨¦s-medicamento", y opinan que es una instrumentalizaci¨®n inaceptable de un ser humano para salvar a otro. Sin embargo, las parejas que recurren a esta posibilidad -entre 50 y 100 viajan cada a?o desde Espa?a a otros pa¨ªses para ello- quieren tener un hijo, y s¨®lo pretenden aumentar la probabilidad de que su cord¨®n umbilical pueda salvar la vida a su hermano. Los casos ser¨¢n examinados uno a uno por la Comisi¨®n Nacional de Reproducci¨®n Asistida, algo que permitir¨¢ obtener garant¨ªas para evitar abusos.
Las t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida avanzan muy deprisa, de ah¨ª que merezca especial aplauso que la ley lleve incorporados los mecanismos para su actualizaci¨®n continua. Los ciudadanos tienen derecho a beneficiarse de esos avances tan pronto como la comunidad m¨¦dica y cient¨ªfica los considere v¨¢lidos y seguros. El tiempo debe invertirse en garantizar la seguridad de cada nuevo m¨¦todo, no en demorar su incorporaci¨®n a la normativa.
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