Blair estrena su nuevo mandato entre presiones para que se vaya cuanto antes
El ex ministro Cook pide que deje paso a su sucesor antes de las pr¨®ximas citas electorales
La vida no va a ser f¨¢cil para Tony Blair en su tercera legislatura. La presi¨®n desde la izquierda laborista para que el reci¨¦n elegido primer ministro se vaya cuanto antes se adivina feroz. Robin Cook, el ¨²nico ministro que dimiti¨® para intentar evitar la guerra de Irak, le pidi¨® ayer que deje el Gobierno antes de que le echen los votantes dentro de un a?o en las elecciones locales. La prensa escrutaba ayer el nuevo gabinete, analizando la relaci¨®n de fuerzas entre blairistas y brownistas y especulando sobre el grado de cooperaci¨®n y consulta entre Blair y Gordon Brown a la hora de decidir los cambios.
El n¨²mero de votos al Partido Laborista es el segundo m¨¢s bajo desde el a?o 1935
Nunca hubo tanta unanimidad sobre el escaso futuro del primer ministro
Los resultados definitivos de las elecciones del 5 de mayo dejan a los laboristas con 356 esca?os, 57 menos de los que ten¨ªan tras los comicios de 2001, y una mayor¨ªa absoluta de 67 esca?os, 100 menos que la que ten¨ªan al arrancar la legislatura anterior. El porcentaje de votos cosechado por el partido de Tony Blair se ha quedado en el 35,2%, 5,5 puntos menos que en 2001 y el porcentaje m¨¢s bajo que haya tenido ning¨²n Gobierno mayoritario en toda la historia de la democracia brit¨¢nica.
S¨®lo 9,5 millones de votantes apoyaron el jueves al laborismo, cuatro millones menos que en 1997, cuando volvieron al poder tras 18 a?os de ostracismo, y la cifra m¨¢s baja desde 1935 con la ¨²nica excepci¨®n del annus horribilis de 1983, cuando Michael Foot eligi¨® un programa rabiosamente de izquierdas para batir a Margaret Thatcher cuando la Dama de Hierro estaba en la cima de su popularidad tras la guerra de las Malvinas.
Nunca hab¨ªa habido tanta unanimidad sobre el escaso futuro de Tony Blair, aunque este hombre acostumbra a renacer de sus cenizas pol¨ªticas con tanta facilidad como se recupera del cansancio f¨ªsico: le basta un fin de semana en el campo para presentarse el lunes fresco como una rosa cuando el viernes anterior parec¨ªa al borde del derrumbe. Pero todo ha cambiado esta vez. Nadie parece cuestionar que los laboristas han ganado las elecciones a pesar de Blair y que la guerra de Irak ha sido el factor fundamental de la ca¨ªda en picado de la popularidad de un primer ministro que parec¨ªa tener un carisma incombustible.
Robin Cook, que aunque dej¨® el Gobierno por su oposici¨®n a la guerra siempre hab¨ªa tenido en p¨²blico una consideraci¨®n personal hacia Blair, se ha dejado de cautelas y le ha pedido que se vaya "cuanto antes". En un art¨ªculo en The Guardian se congratulaba ayer de la tercera victoria laborista y hac¨ªa hincapi¨¦ en que ¨¦stos hab¨ªan arrasado en las dos primeras elecciones debido en parte al carisma de Blair. "Pero en esta ocasi¨®n Tony Blair ha sido elegido porque el Gobierno laborista era m¨¢s popular que ¨¦l", escribe. Y le da un consejo al primer ministro: "Si quiere ser recordado por su ¨¦xito electoral debe tener la sensibilidad de dimitir antes de que se produzca el examen p¨²blico de su popularidad en las elecciones locales, en las auton¨®micas o en un refer¨¦ndum europeo".
En sus p¨¢ginas de informaci¨®n, The Guardian especula con la agenda del traspaso de poderes, que se puede ver condicionada al refer¨¦ndum de final de mayo en Francia sobre la Constituci¨®n Europea. Si gana el s¨ª, Blair deber¨ªa elegir entre quedarse hasta el refer¨¦ndum brit¨¢nico o marcharse de inmediato, justo tras la cumbre de julio del G-8. Si gana el no, la crisis europea que se suscitar¨¢ obligar¨¢ a Blair a quedarse porque el Reino Unido ser¨¢ presidente de turno de la UE en el segundo semestre de este a?o, pero el traspaso de poderes ya no quedar¨ªa condicionado al refer¨¦ndum brit¨¢nico.
La fecha que se dibujar¨ªa entonces es el congreso de los laboristas en septiembre de 2006, aunque los blairistas dicen que el objetivo del primer ministro es seguir otros 18 meses en el poder, hasta la primavera de 2008. En ese caso a Brown le quedar¨ªan uno o dos a?os como primer ministro para preparar las siguientes elecciones, que legalmente se pueden retrasar hasta mayo de 2010.
La composici¨®n del nuevo Gobierno ha dividido a la prensa. Mientras The Guardian asegura que Tony Blair ha consultado dos veces con Gordon Brown antes de decidir los cambios, Financial Times afirma que Brown "no ha sido consultado de ninguna forma en ning¨²n momento sobre la formaci¨®n de la lista" de componentes, lo que a su juicio es una se?al de que la cooperaci¨®n mantenida por el primer ministro y el aspirante durante la campa?a electoral podr¨ªa no continuar.
El diario estima en 40 el n¨²mero de nuevos diputados laboristas decididamente rebeldes y advierte de que el ¨¦xito de los laboristas depender¨¢ cr¨ªticamente de la relaci¨®n entre Brown y Blair. "Una combinaci¨®n de circunstancias -divisiones entre los dos l¨ªderes m¨¢ximos, un alto n¨²mero de rebeldes en el grupo parlamentario, un resurgir de la oposici¨®n- pueden hacer que el Gobierno laborista empiece a parecerse a los que hubo a finales de los a?os 60 con Harold Wilson", que acab¨® perdiendo frente al conservador Edward Heath en 1970.
Peter Riddell, el veterano analista pol¨ªtico de The Times, cree que la mitad de los ministros que componen el Gobierno reci¨¦n nombrado no acabar¨¢n la legislatura debido al cambio de poderes entre Tony Blair y Gordon Brown. Riddell distribuye los ministros del actual Gobierno en tres categor¨ªas. Por un lado est¨¢n los que se ir¨¢n en cuanto falte Blair porque s¨®lo est¨¢n ah¨ª por su amistad personal, como lord Falconer, responsable de Justicia; los que tienen muchas posibilidades de irse, a causa de su excesiva cercan¨ªa a Blair (como Geoff Hoon, Tessa Jowell o Hilary Armstrong) y los que saltar¨¢n porque la ¨²nica raz¨®n que explica que no se hayan ido antes es que hacen de puente entre los dos bandos, como John Prescott y Margaret Becker, dos aut¨¦nticos dinosaurios pol¨ªticos del laborismo.
En el segundo grupo se enmarcan los pr¨®ximos a Brown que ya se encuentran en el Gobierno (Alistair Darling, Douglas Alexander) o que llegar¨¢n a ¨¦l en cuanto Brown sea primer ministro (como Ed Balls y Ed Miliband). Y el tercer grupo lo forma gente sin vinculaciones personales con Brown pero que puede ocupar puestos clave en su Gobierno, como Jack Straw, John Reid, Alan Johnson, Ruth Kelly, David Miliband, John Hutton, Des Browne o Alan Johnson.
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